12: ¿Qué pasa aquí?

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Tenía una pistola en la cabeza y un guardia detrás de mí, custodiándome

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Tenía una pistola en la cabeza y un guardia detrás de mí, custodiándome. A su lado, cuatro guardias más. Y Craig frente a nosotros, a la defensiva, observando con tiento cada paso que daban.

—No le hagáis daño. Os daré lo que pidáis por ella.

—Os queremos a los dos — respondió el guardia que me sujetaba.

—Muertos.

No quedaban muchas escapatorias para huir de la situación. Uno de ellos se acercó a Craig, cuya pistola se encontraba en la mochila y no podía desenfundarla de ninguna manera. Este levantó las manos en señal de derrota y el guardia comenzó a cachearle, por delante y por detrás. Abrió la mochila y cogió la carpeta de la cabaña con las fotos de Colly.

—Mirad que tenemos aquí... ¿Os acordáis de Peter? ¿Ese cerdo que nos traicionó? Parece que estos dos han encontrado su botín.

—Menudos idiotas si no rebuscasteis en los cajones — espetó Craig.

El guardia le dio una patada en las piernas que le hizo caer de rodillas al suelo.

—Mira lo que hago con tus estúpidas fotos.

El tipo cogió un mechero y prendió fuego a la carpeta, lanzándola a un lado y provocando que los pocos brotes verdes que había por la zona comenzaran a arder.

—Esto no verá nunca la luz. ¡Nunca! – gritó - ¡Por el bien de Serendipia!

—Colly fue elegida democráticamente. Le quitasteis al pueblo su libertad de elección. ¡Ella era nuestro bien! — le increpé.

El hombre se giró hacia mí, mirándome con ojos asesinos. Me temí que mi arrebato de valentía me costara una paliza en el mejor de los casos. Pero ya no tenía miedo. Tenía al peligro delante de mí, y no era tan terrible como pensaba. Eran una panda de cobardes que se defendían usando la fuerza y no la razón. Y yo tenía más cerebro que todos ellos juntos, a pesar de que me doblaran la edad.

Me atreví a desafiarle con la mirada, y él me respondió con un puñetazo en el estómago. Aunque el dolor era muy fuerte, mi centinela me seguía sujetando para no caerme, él y su pistola.

—¿Quieres que sigamos conversando, niña?

Aunque quisiera no iba a ser posible, porque con un disparo en la nuca se desplomó sobre mis pies. 'Chúpate esa', pensé. Y el artífice de esto había sido Craig, que ya estaba armado.

El resto de La Guardia mantenían su pistola apuntándole y lo propio hacían conmigo. Mi mente seguía pensando a toda velocidad como escabullirme sin recibir un disparo.

—¡Quieto o la matamos! — dijo mi verdugo.

Un nuevo guardia se acercó por detrás de Craig y este le respondió con una patada en el pecho, que el otro respondió con un puñetazo en su boca. Seguidamente todos se enzarzaron en una pelea. Craig tenía buenas habilidades de lucha y se movía con agilidad entre sus enemigos, propinándoles una sarta de patadas y más puñetazos que ni mi ojo podía captar de lo rápido que los lanzaba.

RESISTENCIA [EN EDICIÓN] [COMPLETA] #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora