RESISTENCIA [EN EDICIÓN] [COMPLETA] #PGP2018

22: Un nuevo tirano

Cuando volví en mí seguía viéndolo todo oscuro, a pesar de estar bien despierta. Me encontraba en mi habitación tenue de La Guarida. Mis ojos se fueron acomodando a la falta de luz y miré hacia todos los ángulos del cuarto para ubicarme en el espacio.

En uno de ellos, estaba Craig. Sentado frente a mí en el borde de la cama.

—¿Cómo te sientes?

—Como si me hubiera pasado una apisonadora por encima —dije, y me incorporé para verle mejor—. ¿Estoy en el cielo?

—Creo que esto se parece más al infierno.

—Lo decía porque había visto un ángel. A ti —bromeé—. Eres mi Ángel de la Guarda. Me has salvado la vida.

—Estamos en paz el uno con el otro.

—Volvería a hacerlo. A salvarte —susurré.

—Y yo. Mil veces más.

Craig tomó mi cabeza con sus manos y entrelazó sus dedos entre mi cabello, para después besarme con delicadeza, como si fuera una muñeca de porcelana a punto de romperme. Aunque ya no sentía el mismo afán de protección que antes. Creo que le ha quedado bastante claro que soy autosuficiente. Ahora me toca con ternura, con amor. Nunca nadie me había besado así, pero supe que era amor del bueno, del que no se rompe con facilidad.

—¿Cómo pudiste ser tan inconsciente de envolverte en un explosivo? Había formas menos kamikazes de salvarnos.

—Era lo primero que tenía a mano. Después de burlar la seguridad, subir unos pisos y destrozar una puerta.

—La he subestimado todo este tiempo, señorita Sheets. Es usted increíble —dijo, volviéndome a besuquear.

—¿Se acabó todo, verdad? —dije, rompiendo la atmósfera del momento —. Las bombas, las muertes.

—Creo, creo que sí. O al menos, estamos mejor que antes. Sin esa perra —murmuró, mirando con desdén al infinito.

—¿Quién ocupará ahora su cargo? Ya no existe más linaje familiar de los Sanders aparte de tu abuela Bethany. Y tú, claro. Podrías ser el siguiente Presidente.

—¿De verdad piensas que La Guardia se pondría de mi parte para dejarme gobernar? Me matarían antes de poder pisar el despacho presidencial.

—Tal vez es hora de hacer elecciones. Elecciones democráticas, por fin.

—Esperemos unos días a ver que pasa. Tenemos cosas importantes de las que ocuparnos... Shawn. —Su voz se quebró cuando pronunció su nombre —. Soy consciente de que cada misión implica sus riesgos, pero no esperaba que él...

—Dios mío. ¡Sissy!

Ambos acudimos a la sala de mando, donde habían depositado el cadáver de Shawn y Mike para asearlos y darles sepultura posteriormente. Thomas estaba consolando a la novia de Mike, pero no había ni rastro de Sissy.