Capítulo 39

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-No te veía así desde... desde que regresaste a casa en San Remo de la milicia.-

-Stefan, de verdad, he vivido con ella quizá 1 o 2 años, realmente, la amo, es la mujer que deseé siempre, antes de convertirme en vampiro claro está. Ella es la mujer perfecta para mí. Tengo que superarla, lo lograré y sé que será estando al lado de la hija de Klaus, por ahora viviré a su lado sus últimos momentos y hacer con ella todo lo que quiera, sea divertido o no.-

-No me queda nada más que... Ve y sé feliz el tiempo que le queda, hazla feliz y... sé feliz Damon. Te lo mereces después de todo. Perdóname por todo lo idiota que pude ser.-

-Descuida, perdóname por todo.- dije. –Nos veremos- dije, tomé mi chaqueta de cuero y salí de mi casa, miré mi antiguo auto azul, mi camaro, sonreí.

-¡Damon!-

-Dime.-

-¿No te llevaras tu auto?- Dijo mirando mi nuevo auto, un Audi Q5 color plata. Estaba abriendo la portezuela del lado contrario para dejar mi chaqueta y algunas cosas que había tomado antes de salir, de la mesita de la entrada.

-No Stef, lo dejaré aquí, cuando vuelva a visitarles lo usaré. Aunque si me llevo algunas cosas de él.-

-¿Cómo qué?-

-La billetera que está dentro.-

-¿Cuál billetera?-

-Adentro, en la guantera había una billetera, la que me regalaste en mi cumpleaños 24, antes de conocer a la zorra esa.-

-No, es que esa billetera no está ahí.-

-¿Qué?-

-No, cuando traje tu auto de Nueva Orleans, ahí no había nada, salvo una caja con la marca de Jamie, y unas hojas de algunas plantas.-

Corrí hasta el auto, y verifique, en efecto, solo estaba eso, pasé la mano sobre el auto, la guantera, para provocarme una premonición y ver quien lo había tomado, pero no había nada, no había premonición. Nadie lo había tomado.

-¡¡Mierda!!-

-¿Qué pasa?-

-Nada. Creo que es hora de irme, nos veremos luego.- dije y lo abracé por última vez, estaba casi seguro que sería la última vez que lo vería, iba a morir, y estaba tranquilo por dejarlo, perdonarlo y que él me perdonara, moriría feliz, porque moriría por el amor de mi vida y para salvarle la vida a mi hermano, mi vida ya no sería miserable. Sabía que ella era poderosa, y que buscaría una forma de comunicarse conmigo, y estaba tranquilo. Me subí a mi nuevo auto y conduje despidiéndome de mi viejo hogar. Respiré por última vez las maldiciones y los árboles frescos de Mystic Falls. Fui a la casa de las brujas Bennett y entré; esta vez sin miedo, sabía que no me sacarían.

-Sheila. Necesito hablar contigo, contigo también Bonnie- dije

Encendí un incienso de canela. No respondieron.

-Emily, necesito hablar con ellas, diles que vengan. Gillian ayúdame a hablar con ellas. Bonnie, Sheila, quiero hablar con ustedes.... Por favor.-

Encendí una vela blanca, y otro incienso, escuché los arboles susurrar por el viento, y ambas brujas aparecieron.

-Damon, Qué cambiado estás- dijo Bonnie.

-Ni lo sueñes, no te vamos a ayudar a eso, Esther puede sentirnos y nos mataría.-

-No te ofendas Sheila, pero ya estás muerta-

-No lo hagas Damon, déjala cumplir su destino, o sería peor.-

In The Shadows: Born To DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora