Capítulo 4

0 1 0
                                    

Araceli

¿Cómo comunicarme? No lo sabía, solo sollozaba llamándole a mi hermana pero hacia una semana que no había acudido a mi llamado, quizá ahora no quería verme, o simplemente se tomó en serio lo que le dije. Sollocé y hable con Stefan en mi cabeza. Quise hablar con papá pero no pude. Con Jamie... No, no lo haría quizá debía aprender esta lección y aprender a vivir sin que mi hermana limpiara mis desastres. Y, si a eso le sumamos el hecho de que el hombre que amo es medio hermano de mi papá, y va a tener un hijo con una mujer que nada tiene que ver su sangre, pues ya no valía la pena pedir ayuda. A lo mejor si yo moría pasaba con Jamie lo que se supone tiene que pasar conmigo.

Que ella sea libre de todo y feliz con Damon eso, era un mejor final feliz; a que yo siguiera viva. Cuando uno ama su propio arte, ningún sacrificio parece demasiado arduo.

Ahora, si yo continuaba con vida y ella muriera, yo pasaba a ser su media hermana, pero hija del hermano de quien estaba enamorada. Eso me convertía en novia de mi tío, en cuñada de mi padre y de mi tía, en tía de mi hermana, en nieta de mi bisabuelo, en tía política de Damon y en madrastra del hijo de Klaus.

Me quede pensando en esa barbaridad. Barbaridad o no, deseaba eso. Quería a Niklaus y me dolía, pero esto era una clase de pago por lo que le hice a mi hermana. Vi cuando alguien entró lanzando a una chica, estaba hambrienta, pude secarla con solo morder su cuello, el olor de la sangre que le salía me hacía sentirme mal. Quería matarla, pero no podía hacerlo, ellos creían que era una bruja, no iba a descubrirme ahora.

Estaba en tal grado de desesperación que yo traté de calmarla, pero sin efecto. Finalmente, cayó de rodillas y me imploró que no le hiciera daño. Traté de levantarla, y le dije, tan seriamente como pude que no lo haría, que confiara en mí.

Niklaus

Elijah nunca había sufrido ningún daño, salvo cuando recién llegamos a Mystic Falls fuimos acorralados por los Augustines, en esa ocasión tuvimos miedo de que tanto vampiros, brujas, hombres lobo y viajeros hubieran encontrado una nueva modalidad de matar a un original. Estaba blanco como si lo hubiéramos puesto a dormir.

-Elijah...-

Mi móvil sonó. Tanto mi hermana como Martine, estaban intentando averiguar que rayos pasaba con mi hermano mayor.

-abuelo... ¿Qué pasa? ¿Todo bien con ustedes?-

-Nik... Es Araceli...- Escuchar que estaba en problemas me hacía rabiar.

-¿Qué pasa con ella?-

-Alguien la tiene-

-Dile al idiota de Damon que si....-

-él la ha localizado en un sótano en Le Rue Bourbon-

-¡Mierda!-

-estamos en camino allá-

-descuida abuelo... Quien la tenga... Pagará con sangre- Dije colgando. Elijah se había desvanecido. No podía despertarlo.

-¿qué pasa?-

-era el abuelo, ese perro la tiene-

-¿Quien, de que hablas?-

Rebekah

-Marcel... Marcel tiene a Ara secuestrada... Ese infeliz va a responder ante mi...- dijo mi hermano.

-Marcel... Lo dudo Nik... Él no sabe de ella-

-pero seguramente supo que alguien hizo magia aquí-

-pero...-

-quédate con ellos... Voy a- no terminó de hablar y salió de inmediato de la casa.

Así que ese era el plan.

-voy a ver que mi hermano no cometa una idiotez, ¿podrías cuidar de él?-

-descuida- dijo ella.

Salí lo más rápido que pude, a prevenirlo y a intentar averiguar si era verdad, por fortuna lo encontré camino a la casa.

-¡¡Marcel!!-

-hola, ¿lista para esta noche?-

-dime que no la tienes-

-¿a quién?-

-Dime que no fuiste tú quien se llevó a Araceli-

-¿cómo sabes de ella?-

-Marcel... ¿Porque?... Niklaus ya sabe que la tienes... ¿Porque ella?-

-ella es su debilidad... Ella es su arma secreta-

-Marcel... El original... El original esta en tu casa-

Corrí tras él y entramos a la casa.

-Klaus... ¿A que debo tu visita?-

-a darte la oportunidad de que me la devuelvas-

-¿a quién?-

-No te hagas el ingenuo conmigo... Devuélveme a Araceli... Ahora-

-no te voy a devolver nada... Porque no tengo a nadie y no se quien sea.-

-segunda oportunidad... Devuélveme a la chica...-

-no sé de qué hablas...-

Tenía suficiente arrogancia como para enfrentarse a mi hermano. Eso no era válido para él. Me puse tras Marcel en señal de apoyo. No quería que lo matase.

-Rebekah...-

-no la tiene Nik-

Eso fue la gota que derramo el vaso de la paciencia de mi hermano.

Comenzó a golpear a vampiros, a romperles el cuello.

Niklaus

Cuando me di cuenta de que era un prisionero, una especie de sensación salvaje se apoderó de mí. Corrí arriba y abajo por las escaleras, empujando cada puerta y mirando a través de cada ventana que encontraba; pero después de un rato la convicción de mi impotencia se sobrepuso a todos mis otros sentimientos. Ellos me volvieron a atacar y vi en la mano de Marcel una daga de plata. Me hizo enfadar estaba de rodillas, sometido por los vampiros de Marcel con cadenas llenas de verbena. Agaché la cabeza y decidí encender mi naturaleza.

Rebekah

Abrió los ojos, nunca en 1000 años lo había visto así, los ojos se le tornaron como de hombre lobo pero con las venas de los ojos de vampiro. Vi como las venas de su cuerpo se volvían duras.

-No... Marcel. Devuélvenosla.- dije con temor

-No, tiene que irse y dejarnos a ti y a mí en paz, que nos deje vivir como teníamos que hacerlo cuando...-

-No... Niklaus no lo hagas, por favor- dije evitando que las lágrimas se apoderaran de mí.

-Mantente fuera de esto Rebekah, no quiero hacerte daño...-

-¿No quieres hacerle daño? Ya se lo has hecho lo suficiente.-

-No Marcel, no lo provoques más.- Estaba asustada, no había visto nunca a mi hermano usar sus dos poderes.

-Rebekah, es la última vez que te lo digo, mantente fuera de esto, me la va a devolver así tenga que sacarle el corazón a todos y cada uno de sus vampiros.-

-Podemos llegar a un arreglo quizá.- dije.

-No pienso llegar a un arreglo en cuanto a Araceli se trata, no lo he hecho antes, menos ahora, me la devolverá o verá a todos sus compinches muertos.- Me miró –Es por ella, se lo debemos.-

Con la cabeza gacha salí de la que solía ser nuestra casa un par de siglos atrás.

In The Shadows: Born To DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora