Persecución

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Ya era de noche y venía manejando por las afueras de la ciudad. 
Aún seguía un poco nervioso por lo de esta mañana, Frank hablaba muy en serio con lo de matarnos si no conseguía lo que pedía. ¡Ah! Puta mierda, estoy muerto.
Tengo que olvidarme de ese maldito asunto un momento, estoy que me comen los putos nervios.

Tendré que visitar un viejo lugar para despejarme.

Manejé hacía el lugar especial. Aún recuerdo la primera vez que vine, y lo recuerdo bien porque días después me acosté con una chica ahí. Soy un imbécil de primera. Me iba acercando al sendero que lleva directo al mirador y vi bajar una moto en ese momento, ¡era el niño bonito hijo de perra! ¡Esta vez no lo dejo ir vivo!

Termine mi cigarrillo después de contemplar la luna y decidí tomar camino al departamento, podría ser que ya este Dante en casa, tal vez cogiendo con la amiga de Adha, podría ser gracioso interrumpirle de nuevo.
Subí a la moto y bajé la colina de aquel lugar, no sé pero después de pensar todo eso y contemplar el cielo nocturno me he sentido mejor, al final de todo no fue un largo y aburrido día.

Estaba a nada de dar rumbo al depa cuando vi que unas luces se acercaban peligrosamente a mi desde atrás. Era aquel pendejo, tenía todo el odio del mundo dentro de su mirada, podría jurar que echaba fuego. 
- ¡Vas a morir, cabrón hijo de puta!
Después de eso oí como el motor revolucionaba, el puto loco iba a embestirme, este cabrón iba en serio, aceleré para sacarle la vuelta y esquivarlo.
Su maldito coche estuvo a centimetros de llevarme, no podía arriesgarme​, lo más que pude, perdí un poco el control cuando aceleraba para evitarlo.

La carretera se me hacía eterna, no sabía si podría perderlo, detrás de mí escuchaba su motor acelerando y veía sus faros acercándose cada vez, tenía miedo de ese loco hijo de perra, en serio venía a matarme, ¿cómo mierda dió conmigo? No me parecía una puta casualidad.
Oí su motor más cerca, no puedo creer que cuando lo necesito mi maldita moto no de para más. Mierda, sentí como su parachoques rozaba la llanta trasera de la moto, no puede ser, solo un milagro podría salvarme de esta. Aceleré lo más que podía, él igual y parecía que su puto coche lo llevaba el Diablo, ¿en serio iba morir?
Aún no podía creer la situación en la que me encontraba, mierda, oh mierda, alcanzó a tocar la llanta de atrás y me desestabilizó un poco, joder, necesitaba un puto milagro.
Y como si alguien me hubiera escuchado a pocos metros de mi había una salida, aceleré lo más que pude para tomarla, lo logré y con ello pude esquivar la muerte. Salí hacía una de las calles principales y él se siguió de largo por la carretera. Escuché sus frenos al darse cuenta que lo había esquivado, no podía cantar victoria aún, así que seguí por la calle principal.

Parecía que esa noche las calles estaba muy solas.
La luz roja de un semáforo me indicaba el alto.
No lo puedo creer, ¿le habré perdido? Creo que sí, di un gran suspiro de alivio y recargue mi cabeza en el manubrio de la moto, me sentí mejor por un momento.
No pasó mucho tiempo cuando escuché un motor a lo lejos, venía a toda prisa.
No fueron ni segundos cuando el coche con el Diablo arriba pasó enfrente mío, freno al verme, intentando dar media vuelta hacia mi.

Mi cuerpo no reaccionaba, estaba totalmente congelado, joder, haz algo. Veía los faros acercándose más y más, el sonido de sus llantas avanzado cada vez más cerca mío.
Haz algo Leo, haz algo.
Mi celular empezó a vibrar, eso me hizo reaccionar y aceleré la moto, de nuevo ese puto loco iba detrás mío.

Mi celular de nuevo, como pude lo saqué de mi chamarra, era Dante
- ¿Bueno?
- Ey, ¿dónde estás? Los de la hermandad Doble Omega están dando una fiesta y...
- Perfecto, voy para allá
Colgué y aceleré lo más que pude en dirección al campus.

Ese loco seguía detrás mío, la esperanza de perderlo al llegar a la casa de la hermandad era cada vez mayor.

Había un alboroto en todo el lugar será fácil perderlo.
Dejé la moto en donde pude y entré corriendo.
Había demasiada gente, tenía que buscar a Dan.

Recorrí todo el piso de abajo y no le hallaba, la música estaba a tope así que si gritaba no me podría oír, subí al segundo piso, iba por el pasillo de las habitaciones cuando sentí que alguien me jaló la chamarra, por suerte era Dante
- Eh, ¿quieres una cerveza? Te ves nervioso
- No, tenemos que salir de aquí
- ¿¡Qué!?
- Leo, ¿por qué no has traído a Adha?
Era Pam
- No es hora de platicar, tenemos que salir de aquí
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Después les explicaré, pero hay que irnos
- Pero si acabas de llegar
- ¡Tenemos que ir...!
La música paro de golpe en ese momento, toda el lugar enmudeció

- ¡Maldito hijo de perra! Deja de huir y sal este momento, ¡maricón!

Era Rick.

Tú, Mi UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora