Oposición

7 1 0
                                    

- Frank, ¿estoy escuchando bien? ¿O acaso la edad me está afectando? 
- Has escuchado bien y correctamente cada una de mis palabras mi querido Lucio
- El viejo yankee se ha vuelto loco
- Oh, claro que no Vlad. Únicamente ya estoy cansado de una vida de matón, mi arrugado y decrepito cuerpo necesita tomar un largo descanso
- Y claro que lo tomara, el día en que mueras podrás descansar en paz. Además, dejara a ese niñato en tu lugar es un verdadero insulto para todos nosotros, incluso para los que han muerto en nuestro servicio
- Yo sé que es un poco joven y tiene muy poca experiencia pero es un chico hábil y muy listo cuando se tratas de los negocios, no fallara, nunca lo ha hecho 
- Eso es lo de menos, el problema es que tu chico se expone demasiado. Yuri, el vídeo
En ese momento el perro del matón ruso le entrego una tableta con la app del Youtube abierta
- Mira la pantalla, Frank
En ese momento Vlad le dió play al vídeo.
Oh, mierda. Era un vídeo de la primera vez que pelee con el nuevo noviecito de Adha
- Oh, miren eso esta es la parte que más me gusta, la parte del golpe
Mierda, de sólo verlo me vuelve a doler
- Ese chico sí que sabe golpear, hahaha
En ese momento el viejo Frank me volteo a ver de reojo y al parecer estaba muy molesto
- Y este no es el único que hay, aquí está el más reciente
Vlad, eligió un vídeo de la pelea que tuve con aquel imbécil esta madrugada
- No lo puedo creer, no es sólo que le era difícil pelear con el chico si no su cara al ser alcanzado por las descargas eléctricas de los oficiales, joder, tu chico es un estuche de monerías, hahaha
- El ruso tiene razón, Frank. Tu chico se expone demasiado y eso no es nada bueno en este negocio
La cara de Frank lo decía todo, estaba encolerizado de nuevo, y parece que los otros capos lo habían notado
- Frank, sabemos el descontento que te causa esto pero mientras no entrenes bien a ese cachorrito no podrás dejarla dentro de la casa, ¿entiendes? Así que ponlo ha hacer méritos
- Bueno, yo lo habías dicho Frank, somos viejos y necesitamos descansar, hasta luego
En ese momento los mafiosos se levantaron de su lugar y sin decir nada más se dirigieron a la salida, seguidos por sus fieles perros matones.

El viejo Frank irradiaba ira por donde le vieres
- Emm, ¿Frank? ¿Pasa algo?
Se quedó callado, producía un maldito silencio demasiado incomodo. Su rostro seguía con ese gesto de ira eterna, se podía observar como las venas de su balancea cabeza se marcaban.
Parecía que el maldito viejo iba a explotar.
De la nada volteó así mi de una manera muy brusca, sus estaban inyectados de sangre
- Sabes hijo, llevo más de cincuenta años en este maldito negocio, no he tenido ni un puto día en el que no tenga que preocuparme por un maldito tiro en la cabeza. Siempre tengo que dormí con un arma bajo la almohada por ese maldito miedo a morir acribillado, estaba con un pie afuera de este maldito infierno pero tú, ¡tú! ¡Has arruinado esta maldita oportunidad!
¡Mandaste todo a la mierda, maldito hijo de perra!
- F-Frank...
- ¡Frank y una mierda! ¡Estoy hasta la mierda de todo esto! ¡Tú cagaste todo esto! ¡Tú no haces más que meterte en problemas! ¡Tú y esa estúpida chica ya me tienen hartos! ¡Te me vas a la mierda junto con ella! ¡Malnacido hijo de...!
En ese momento el viejo se quedo callado como si le hubieran disparado, el viejo estaba teniendo un maldito paro cardíaco
- ¡Mike! ¡Llama al puto número de emergencias!
- ¿¡Qué mierda dices!?
- ¡¡¡Que llames al puto número emergencias!!! ¡Pide una puta ambulancia!
Mike vino corriendo tan rápido oyó mis palabras
- Oh, mierda. Marcare a emergencias de inmediato
- ¡Muévete de una puta vez! Vamos viejo resiste, por favor

- ¿Familiares del señor Frank Miletto?  - Yo
Estábamos en el Hospital General de la ciudad. Al parecer el viejo había sobrevivido a al infarto, por lo menos eso refleja la cara de la enfermera
- Usted es Rick Miletto, ¿cierto? 
- Emmm...correcto
- Venga conmigo por favor
La enfermera me llevo a través de el laberinto de pasillos blancos con olor a desinfectante
- Pase
Habíamos llegado a la habitación de Frank. Estaba dormido, parecía estable, el doctor estaba a un lado de los aparatos que usaban para medir sus signos
- ¿Rick?
- Sí Doctor, el mismo
- Mire, la situación de su padre es algo delicada y sinceramente no creemos que vaya a salir del hospital después de un largo tiempo. Lo siento muchisimo 

Creo que el doctor pudo haber sido más delicado en sus palabra, lo que me dijo lo sentí como un maldito cubo de agua fría sobre mi cabeza. 
Se retiro sin antes darme un par de palmaditas en la espalda. 

Me acerqué hacia la cama del viejo, estaba aun dormido. Su rostro no dejaba de tener esa mueca de enojo, daba un poco de mal rollo.
Me senté cerca de él, en un pequeño sillón individual y tomé su mano
- Hola viejo, perdón, ¿vale? No era mi intención el hacerte enojar de esta manera y lo sé me he estado comportando como un perfecto idiota, perdóname, en serio.  Tú eres quien menos se merece esto. No quiero perderte, menos de esta forma, perdóname mi viejo  
No podía más, sentí como por mis mejillas empezaban a caer lágrimas, me puse de pie y besé la frente de mi viejo 
- Hijo... 
- ¡Viejo!
- Eres una pesadilla latente para pedir disculpas, hahaha
- Pensé que ya no habría de escuchar tu voz en un buen rato, el doctor me dijo que tu estado era delicado y...
- Tranquilo Rick, sabes que estaré por aquí por un largo tiempo, ya lo dicen: "Hierba mala nunca muere". Así que tú tranquilo hijo, estaré bien pero necesito que mientras esté en cama necesito que te hagas cargo de el negocio familiar 
- Viejo, ¿cómo puedes pensar en eso estando en ese estado? 
- Mira Rick, desde un principio sabes que te he estado enseñando todo sobre este furtivo negocio, así que tarde o temprano tendrás que aplicar todos esos conocimientos. Ten toma esto
Frank se quito un anillo de plata con el escudo familiar, siempre lo ha llevado y nunca se lo quita
- ¿Qué haces? Es una de tus cosas más preciadas
- Es el legado de toda una familia, ahora te toca a ti tener éste legado en tus manos

Puso mi mano extendida sobre la suya y en mi palma dejó caer aquel anillo de plata 
- Yo sé que lo harás bien, hijo
En ese momento sentí como la fuerza de su mano era más débil.
Volteé a ver su rostro, y como si estuviera en una película a cámara lenta, pude ver como se desvanecía su vida, como poco a poco el brillo de sus ojos se iba apagando, le vi dar su último aliento.

Vi frente a mis ojos como su vida se había terminado.

Tú, Mi UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora