Tempestad

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Seguí observando el vehículo un par de minutos. Dentro del bar parecía que se había armado una revuelta, los gritos de varios hombres intentando calmar a los que peleaban, mujeres gritando mientras se veían sus sombras alejándose de los golpes, el ruido de botellas cayendo al suelo y rompiéndose, se podía ver por las ventanas de entintados grises y purpuras como poco a poco esa batalla campal se iba recorriendo, un parpadeo, por una de las ventanas salía un hombre disparado y después de este uno lanzándose a él.
El idiota que estaba en el suelo no parecía tener fuerzas para siquiera cubrirse de lo golpiza que le estaban propinando, ya tenía el rostro hinchado, los labios abiertos y de una de sus cejas emanaba sangre. El que se encontraba encima de este último hacia parecer aquella escena como si de algo personal se tratase, volteé a ver su rostro; era Rick. Su barba descuidada. Sus ropas con manchas de alcohol y sangre. Su mirada hundida en ira mezclada con el alcohol. Sus nudillos llenándose de la sangre de aquel pobre imbécil. La decadencia misma representada en un solo hombre.

Una multitud se congregaba solo para ver en qué terminaría este espectáculo de sangre. Todos veían pero absolutamente nadie se acercaba a detenerlo. El tipo del suelo parecía ya inconsciente, su mirada estaba perdida y no daba señal alguna de poder hacer algo.

Un crujido.

Rick se levantó después de eso, al estar de pie miro el cuerpo de ese pobre diablo con desdén y le escupió. Limpio la sangre que le había caído en el rostro y camino dirección hacia mi. En ese momento me congele, ¿me habrá reconocido? ¿Acaso seré yo el siguiente? ¡Oh, mierda!
Su paso era decidido, firme, pesado. Yo solo pude meter la mano dentro de mi chamarra para tomar la empuñadura del arma. Cada segundo que pasaba el acercaba más y más, sus ojos llevaban el mismo infierno saliendo de ellos.
Cuando paso al lado mío solo me empujo con el hombro y se dirigió a la puerta de su coche, abrió, encendió y se fue muy tranquilamente del lugar.
Joder, mi corazón corría como un caballo. No tengo idea si el alcohol le había bloqueado la memoria o talvez fue la sangre caliente que corría en ese momento por todo su cuerpo, haya sido lo que haya sido doy gracias a que no me conociese.
No debía perder tiempo, fui directo a mi coche y emprendí la marcha, la radio policial estaba como loca, estaban buscando a Rick por todos lados, la policía no sabía que se trataba de él, buscaban al culpable que había matado a golpes al tipo del bar
-Aquí CG a todas las unidades cercanas al Sector 2, se busca a presunto homicida. Vehículo deportivo color rojo. Inicien búsqueda y captura
-CG, aquí Patrulla MK-0600. Visualizamos deportivo rojo en dirección al cementerio local
-Muy bien 0600, vayan detrás de él

¿El cementerio? ¿Para qué carajos se dirige hacia allá? Sea lo que sea, tengo que terminar lo que él empezó.

Tomé el camino más corto que podía haber para poder interceptarle, fue cuestión de minutos para poder ver de nuevo su coche calles antes del cementerio. De ahí solo le seguí muy despacio, con las luces apagadas y algo de distancia.

Se adentro hacia un lugar que era familiar para mi, ¿va hacia la tumba de Adha? ¿Qué carajos?
Detuvo su carro y bajo tambaleante, dejando detrás suyo el vehículo, con la puerta abierta y las luces encendidas, como si ya nada le importase. Estacione mi carro justo detrás del suyo, Rick ya llevaba varios metros de distancia, iba en la misma dirección en la que yacía la tumba de Adha.
Bajé del coche, cuando abrí la puerta, sentí como pequeñas gotas de lluvia humedecían mi brazo, fije la mirada en el cielo, una tormenta se estaba acercando. Le di poca importancia a ese asunto y me dirigí hacia el mismo lugar que Rick.
El cementerio de noche, era un lugar frío, donde dominaba una oscuridad profunda, solo poca luz de luna que se colaba por en medio de los nubarrones iluminaba el lugar. Mismos que poco a poco le atenuaban y dejaban caer de manera más estrepitosa el agua con la que cargaban. El pasto se convertía en charcas con lodo, el clima frio del lugar era aún más evidente. Los rayos eran ahora los encargados de iluminar el lugar espasmódicamente.

A la lejanía le pude ver, recargado, y de rodillas, en aquella lápida que en talladas letras tenía el nombre de mi amada. Me coloqué detrás suyo, saque la Glock que llevaba balas con el nombre de ese malnacido. Apunté el arma a su nuca, solo era necesario jalar del gatillo y todo habría terminado.
-Eres un cobarde Leon, jamás lo harías- dijo Rick sin siquiera voltearme a ver
-¿Qué tan seguro estás de eso?
-Entonces... ¿¡Qué demonios estás esperando!?- exclamo en un grito girando bruscamente hacia mi -¡Vamos cabrón! ¡Hazlo! ¡Vuélame los putos sesos!- puso su frente en la boca del arma -¿¡Qué esperas hijo de puta!? ¡Mátame de una puta vez! Si crees que eso te devolverá a Adha, ¡hazlo!
Un dolor taladro mi pecho, Rick tenía razón, matarle no haría que Adha regresara a mi. Baje el arma. Rick se tiro al suelo soltando un llanto lleno de rabia.
-Tienes razón- dije con la mirada perdida y voz desairada -matarte no hará que ella regrese de la muerte- Rick volteo hacia mi con mirada confundida -pero por lo menos terminara lo que tú empezaste
- ¿De qué demonios hablas?
- Tú, ¡tú! ¡Maldito saco de mierda! ¡Si esa noche no hubieras decidido arrollarnos con tu puto coche! ¡Su hubieras entendido y te hubieses largado de nuestras vida ella seguiría viva!
- No, claro que no, en primer lugar si tú no hubieras decidido defenderla, si no hubieras decidido engatusarla, ¡ella seguiría viva! ¡Ella hubiese sido mía! ¡No me habría visto en la necesidad de lanzarles el carro encima! ¡Además de que tú debiste haber muerto en ese accidente! ¡No ella! ¡Todo es tu puta culpa! ¡Niñato entrometido!
Rick se abalanzo sobre mi como un animal rabioso listo para atacar la yugular, no entiendo como pero mi única reacción fue alzar el arma y disparar el gatillo, después de eso un sonido ensordecedor en una mezcla con olor a pólvora inundo el lugar.
-Eres un... malnacido... con suerte...- Rick se encontraba moribundo, encima mío y no termino de hablar sin antes toser un poco de sangre sobre mi rostro.
Me lo quite de encima y pude ver que la bala habría penetrado en su tórax, como mucho tendría de diez a quince minutos de vida antes de que la sangre inunde sus pulmones y deje de respirar.
-Entonces... ¿Así... será?- volvió a toser sangre
-Creo que sí Rick, así será- dije mientras lo ayudaba a sentarse
-Vaya mierda, ¿eh?- otra vez la sangre -Leon, ¿podrías hacerme un último favor?- le mire extrañado ante tal petición -llévame hacia aquella lápida- dijo señalándola.
Aún extrañado ante tal suplica, le ayude a ponerse de pie, pasando su brazo por mi hombro. Lentamente nos acercábamos a la tumba que anteriormente había señalado.

-Hola viejo, espero que ahí abajo sea un lugar más acogedor- dijo Rick a duras penas -Recuéstame aquí- así lo hice lo baje despacio, poniendo su espalda contra la lápida -¿Sabes? Este n-no es... el final... que y-yo me esperaba... p-pero creo que es el único que merezco...- después de eso solo quedó el silencio.

Di un último vistazo al cadáver de Rick, todo había terminado... o casi todo.

Volví sobre mis pasos, en el camino recogí el arma que se encontraba a unos cuantos metros de la tumba de Adha, me recosté en la lapida con su nombre <<Y con el alba una hermosa estrella se deja ver en el oscuro horizonte. Brilla tanto como puedas ahora que estas en los cielos.>>
Se podía leer en el epitafio de su tumba.

Miles de pensamientos, palabras, recuerdos, sensaciones y demás, pasaron por mi mente en ese instante, parecía que todo había llegado a su fin. Ya todo acaba. Parecía que no hay motivos para seguir con esto.

Fue ahí cuando Leon firmo su condena con las palabras "Te veré muy pronto, cariño".
Terminada la oración colocó el cañón del arma, misma con la que dio muerte a su rival, en su sien. Sintió el frío escalofrío de la muerte recorriendo su espalda. Como un trueno se escucho el disparo que terminó con su vida y el aire se inundó nuevamente con el olor de la pólvora y muerte.

Tú, Mi UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora