Represalias

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El tiempo pasó rápido desde el incidente, las cosas fueron diferentes.
Volví al hospital por casi un mes y tuve que estar yendo y viniendo durante diez largos meses para seguir con mi recuperación.
Pam y Dante se mudaron conmigo a la cabaña para ayudarme en lo que se ocupará. Era grato tener a alguien que me apoyase en esos momentos.
Matt iba a verme de vez en cuando pero un día sin más me dio una noticia que no esperaba
- Leon tengo que decirte algo - de haber estado riendo hace segundos su rostro tomo un semblante serio
- ¿Qué pasa? Puedes decirme, ¿algún problema de dinero? - dije algo incómodo
- No, nada de eso, es solo que he decidido irme del pueblo - sus palabras me sobresaltaron - hace unos días vendí la casa... me traía demasiados recuerdos y no podía más estar ahí
- Lo entiendo, es bueno que dejes todo atrás e intentes avanzar, ¿pero a dónde irás?
- Me ofrecieron un buen puesto en un observatorio extranjero, pero no te preocupes, estaré bien y puede que hasta en vacaciones venga a visitarlos a ti y a los chicos - dijo mientras apoyaba su mano en mi hombro a manera de confort.

Todo había cambiado.
Ni siquiera yo era el mismo, cada día que pasaba para mí era más triste y gris. Cuando los chicos se daban cuenta de mi condición hacían lo posible por alegrarme el día pero era sólo por un momento. Todo para mí había acabado, sentía que en este mundo nada tenía sentido para mí pues dentro de mío había una mezcla de tristeza e ira. Algo para terminar con esto. Tomar cartas en este maldito asunto.

Así pues fueron pasando los días y en mi cabeza iba tomando forma una idea totalmente contraria a mi razonamiento.

Más tarde que temprano regresé al trabajo en el departamento de policía como forense. En mi tiempo libre entraba en los archivos sólo para saber algo sobre el imbécil que mato a Adha.
Después del funeral no se supo nada de él, los oficiales dicen que le dieron muerte ya hace tiempo, otros que sigue digiriendo la mafia del lugar con un perfil muy bajo y algunos pocos que se largó a otro país donde vive de las ganancias de las drogas, pero yo sé que no es así, algo dentro de mí dice que ese imbécil sigue rondando la ciudad, escondido como una asquerosa cucaracha entre la basura.

Pasé meses sin resultado alguno, rompiéndome la cabeza en mil pedazos, yendo a los lugares donde supuestamente se le había visto hace poco, no encontraba nada, incluso buscando algún indicio en los cadáveres de sus colegas que llegaban a la morgue, todo lo que hacía parecía en vano, así que decidí dejar esa búsqueda estúpida y seguí con lo mío.
Todo iba normal en la morgue hasta que un día mientras abría otro de los tantos cuerpo como por coincidencia en una pequeña radio de mano que sintonizaba el canal policial escuche su nombre
-CG, aquí patrulla MR-1406.
-Aquí CG, dime 1406
-He avistado a un civil con presumible parecido al criminal Rick Milletto, ¿cómo procedemos CG?
-Síganlo y aseguren de que es Rick Milleto, 1406
Parecía una puta broma del destino.
No tardé nada en dejar lo que estaba haciendo solo para ver con mi propios ojos si se trataba de ese malnacido hijo de puta.

Tomé mis llaves y la radio del escritorio, mismo de donde saqué una Glock 9mm y un par de cartuchos que guarde en los bolsillos de mi chamarra, antes de salir di un último vistazo al cadáver medio abierto que yacía sobre la mesa de operaciones <<Lo siento hermano, pero tengo un asunto pendiente que resolver, espero no tardar mucho>>
Cerré la puerta de la morgue y salí de la estación como alma que lleva el Diablo.
-Eh Leon, ¿a donde tan temprano?- me dijo el guardia bonachón que resguardaba el living
-No pasa si me voy temprano, Chef, no es como que esos cadáveres vayan a ningún lado- el guardia soltó una carcajada, mientras yo salía despidiéndome con lo mano de él.
Llegue a mi coche en el aparcamiento, coloqué la radio en el portavasos, rápidamente busque el canal de la patrulla que había informado de Rick
-CG, aquí 1406, el objetivo está en movimiento en dirección al viejo bar
-Muy bien, 1406, prosiga con el reconocimiento
¿El viejo bar? Donde hubo aquel tiroteo hace unos años. Tal parece que yo ayudaré en ese reconocimiento.

El camino hacia el bar desde la estación era de solo un par de minutos pero esa vez yo sentía que era eterno, la necesidad de saber si se trataba de mi era insoportable. Ese sentimiento me estaba carcomiendo. Casi choco por querer pasarme un semáforo en rojo, todo esto me estaba nublando el pensamiento.

Llegué al bar, con su anuncio de luces neón anunciaba un lugar de desenfreno, drogas, alcohol y sexo. El tipo de lugares que atraían a imbéciles como Rick. Di una vuelta alrededor del establecimiento en busca de algo que asegurara la presencia de esa rata. No tarde nada en ver su auto. Me estacione y descendí de mi vehículo solo para asegurarme si era el mismo que había acabado con la vida de Adha.
El mismo color mate rojo oscuro, las vidrios entintados, el mismo modelo, me acerque al frente, me agache metiendo la debajo del parachoques notando un par de abolladuras, un trabajo mal hecho de laminado, algo que era casi imperceptible a la vista. Las placas de lo poco que les recuerdo son diferentes, tal vez falsas, me asome hacia dentro del coche pude ver latas de cerveza vacías. Parecía que el pasado le estaba cobrando factura en su conciencia.

Aparte de lo obvio, ¿qué buscaba Rick aquí? Ahora, después de tanto tiempo decide aparecer como si nada, ¿acaso quería redención? ¿O solo desahogarse de una mala vida de mafioso? De cierta manera, su repentina aparición llego a ser confusa para mi.

¿Qué demonios buscaba?

Tú, Mi UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora