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Dos semanas.

Dos semanas en las que Park JiMin no abría ni un poquito sus ojitos.

Dos semanas en las que YoonGi no ha parado de llorar.

Su bebé, su esposo, su todo estaba ahí acostado, su piel, que era de un tono canela muy bello, ahora estaba pálida. Estaba muy delgado, se marcaban sus clavículas, se formaron leves manchas negras debajo de sus ojos. Parecía que estaba muerto aún sin estarlo.

Los pitidos de aquel aparto eran la vida de su amado, pero este ya se volvía cada vez más cansado y agitaba. Quería a su bebé de vuelta. Durante esas dos semanas, YoonGi se había quedado con JiMin en la habitación completamente blanca. Le rogaba que ya despertara, le decía que ya le estaba asustando.

Ahora mismo el de tez pálida se encontraba durmiendo en el mueble que estaba en la esquina de la habitación. Los ojos de Ji Min se habían abierto ya.

Miró a su alrededor, acostumbrándose a la luz que se filtraba por la ventana y miró el bulto en dicho mueble.

- H-Hyung - su voz salió rasposa y un poco grave por el lapso de tiempo sin usarla. Como si de una palabra mágica se tratase, YoonGi se levantó exaltado y miró a la cama, donde su esposo se encontraba conectado a una infinidad de cables y sueros.

JiMin estudió el rostro de su amado. Se preguntaba ¿Qué ha pasado? ¿Por qué su esposo parecía haber llorado durante largos años? Los ojos del mayor estaban rojos y las bolsas negras estaban debajo, por la falta de descanso, su piel un poco más pálida de lo que ya era, además de la notable perdida de peso.

Sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas - JiMin - sollozó, y, rápidamente se levantó para llegar donde su esposo, quien le miró confundido. - Pe-erdóname, bebé. Lo lamen-to.

JiMin, aún desconcertado, tomó el rostro de su marido entre sus manos y sonrió — ¿De qué estás hablando, amor?

Y YoonGi palideció. Tomo a su esposo del mentón y le hizo verle.

- JiMin, no juegues así conmigo, bebé. Y-ya fue mucho. ¿Qué no recuerdas sobre-... - y se detuvo ¿y si era otra oportunidad que le estaba dando el mundo? Besó los cachetes de su esposo y le sonrió - Olvídalo, bebé. No pasa nada.

Trust -- YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora