Epílogo

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Dedicado a MarthaVazquez611

Los quejidos de JiMin se escuchaban en todo el pasillo, mientras los doctores se movían con rapidez hasta la sala de partos. NamJoon estaba allí, sudando y nervioso.

Por más que había rogado a sus compañeros de trabajo, no le permitieron estar allí mientras nacía el pequeño, así que al llegar a la gran puerta se quedó allí parado viendo cómo se llevaban al chico de cabello rubio que necesitaba un retoque.

— ¡JiMinnie, eres fuerte! — gritó desde allí, el mencionado sonrió como pudo al escucharlo — ¡Te amo, pequeño!

Suspirando, retuvo el aire, nunca pensó que le dolería tanto al momento de romper fuente. Al llegar a la sala de partos, inmediatamente empezaron a buscar los instrumentos que utilizarían para la cesárea.

Fuera de allí, NamJoon se mordía las uñas nervioso, quería estar presente para apoyar a JiMin, ¡Joder que si! Sus compañeros pasaban por su lado dándole palmadas en el hombro y palabras de aliento. ¡Que nervios! Sentía sus piernas temblar, así que se obligó a moverse de allí y sentarse en una de las sillas en la gran sala de espera del hospital.

Ok, un doctor esperaba que otros doctores terminaran con el parto de su prometido mientras se sentaba al lado de los pacientes con su bata de doctor manchada del chocolate caliente que JiMin bebía antes de que rompiera fuente y lo dejase caer al suelo y sobre su ropa.

Irónico, ¿no?

El tiempo pasaba lento, ¿que tanto trabajo debía ser que sacaran un bebé?

¿Y si hubo alguna complicación? ¿Y si lastiman a JiMin o a su bebé? ¡Demonios, ¿por qué nadie salía a darle noticias?! Su desesperación crecía por segundo, había ingresado al hospital a eso de las 9:15 de la mañana. Se ponía a ver su reloj de mano cada que veía a algún doctor pasar frente a él sin dar noticias, es decir, cada cinco segundos.

¡Habían pasado casi dos horas y aún no tenía noticias! Estaba pensando seriamente en irrumpir allí y ver a su precioso chico. Su pie se movía insistentemente en el piso, se secaba el sudor que no tenía con el brazo izquierdo y de vez en cuando se mordía las uñas. SeokJin y la madre de JiMin estarían allí dentro de poco al igual que el padre de NamJoon, quien había estado en el extranjero desde que este se especializó en el area de medicina unos seis años atrás.

El rostro de Samuel, su compañero, hizo presencia. Tenía una sonrisa en su rostro y se veía emocionado — ¡Kim! ¡Venga, rápido!

Se levantó como un rayo y corrió hacia donde tenían a su prometido y a su bebé. No sabía ni cómo estaba de pie con los nervios que tenía, pero llegó a estar frente al chico de rubios cabellos desordenados.

— Monnie... — sollozó el pequeño — M-míralo, es t-an precioso — volvió a hablar, ya sin contener más su emoción, sus mejillas estaban mojadas, tenía entre sus brazos un bulto pequeño entre mantas azules con dibujitos, este se quejaba casi inaudible.

No podía creerlo.

Aún temblando, se acercó y lo vio.
Tan pequeño, su piel muy clara, tenía la carita roja aún, todo arrugadito y tierno, sus mejillas regordetas, sus cabellos negros levemente ondulados tapaban parte de sus orejas. ¡Tan precioso!

— Es nuestro pequeño... — sollozó de nueva vez el rubio en la camilla — Es nuestro hijo.

Y aunque NamJoon sabía que no era el padre biológico de ese bebé, quería ser todo para ese niño, quería darle a ese bebé todo lo que se merece, ¡Claro que es su pequeño! Es su hijo aún si él no lo engendró. Y lo amaría con toda su vida.

Trust -- YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora