Canícula |L.S|

|18|: ¿Aún piensas en marcharte?

Capítulo 18.

15 días después...

Eran las 2:35 de la mañana, un estruendo originado de fuera hizo al ojiverde despertar, sólo para darse cuenta qué afuera caía una tormenta realmente fuerte. Decidido, tomó sus tenis y se los puso; dispuso de un cigarrillo perteneciente a aquella cajetilla color rojo con blanco que, con letras negras, tenía la leyenda de Marlboro. Caminó fuera de la habitación con aquel cigarrillo y un encendedor en mano, bajaba lentamente por las escaleras que conducían a la salida del edificio, caminaba sigilosamente, no queriendo despertar a nadie de aquel lugar.

No contó con que Louis estaba despierto y dispuesto a seguirlo fuera de ahí. Louis caminaba detrás calladamente, intentando no llamar su atención para poder saber que hacía Harry a esas horas. Se llevó una sorpresa cuando siguió caminando fuera del inmueble. Louis planeaba regresar a su cama, pero el aroma a tabaco lo hicieron caminar donde Harry. Ambos se miraron un momento y Louis tomó asiento a un lado del chico rizado que parecía no molestarle su presencia.

—¿Qué haces aquí, Lou? — preguntó.

Louis, que, con su cabello despeinado y una mirada somnolienta, se veía totalmente confundido ante el hombre a su lado.

—Tú te levantas a las dos de la mañana para fumar mientras llueve, ¿Qué es lo que piensas tú? Yo sólo te seguía.

—¿Me has seguido? — preguntó entretanto exhalanba el humo tóxico de sus pulmones, dejando que se desvaneciera entre el aire y la pequeña brisa que les golpeaba de repente.

—No. Bueno, sí—pausó—. Me despertaste al levantarte de tu cama.

—Lo siento.

—No hay problema.

—¿Quieres que me quede? — el ojiazul cuestionó una vez que el silencio se hizo presente.

Harry no hacía más que ver el agua caer frente a ello, inhalaba de vez en cuando del cigarrillo, eran más veces las que se detenía a respirar el aire fresco de la noche y perderse en la poca luz de la pista delante de ellos.

—No me importa si te quedas o te vas.

—Bien— Louis estiró sus piernas mientras miraba un punto invisible frente a él.

Delante del edificio, no había más que áreas verdes y algunos árboles grandes, que, desde la perspectiva de cualquiera, podía describirse como un ambiente aciago. El torrente de aire se mezclaba con la brisa, causando una sensación de frío al instante, junto a aquellos rayos que iluminaban todo el campus y parte de la ciudad londinense.

—¿Harry? — Louis murmuró causando que el rizado se girará un poco para verlo.

—¿Qué?

—¿Aún piensas en marcharte? — la preocupación por ello no dejaba a Louis en paz. Porque a pesar de todo, él había entendido que Harry tenía toda la razón en querer irse, y en parte estaba bien con eso, porque no quería aceptar que se encariño con él; pero por otra parte estaba mal, porque sentía que aquellos ojos verdes eran los únicos que podían cambiar su forma de ver el amor.

—No lo sé, la mitad de tiempo ni siquiera estoy en mi cuarto ¿Por qué?

—Curiosidad— mintió nuevamente.

—Dime una cosa— Harry pausó mientras apagaba el cigarrillo y guardaba la simple colilla en su pantalón— ¿Quieres que me vaya?

El tiempo se detuvo. Como aquella primera vez en la que durmieron juntos, como cuando Harry tocaba su guitarra y Louis escribía, como cuando se besaban.

—Esa pregunta es estúpida cuando tú sabes que me da igual...— Harry interrumpió.

—¿Te da igual? Y entonces, ¿Por qué preguntas las cosas sino te interesan? — pausó, levantándose y sacudiéndose la ropa, para que al entrar al edificio no metiera tierra o algún insecto, pero al mismo tiempo desarrugándola—. Deja de hacerte el tonto Lou, sabes que te importa esto tanto como a mí, sabes que te importo como tú me importas a mí—tomó aire y dijo—: Parte de madurar, Lou, es aceptar las cosas que uno siente.

Y entró al edificio, dejando a un chico totalmente abstraído por aquellas palabras. Los labios del ojiazul temblaban mientras recordaba con dolor una canción que EL (Jim) escuchaba...

Nothing goes as planned
Everything will break
People say goodbye
In their own special way

(In my veins- Andrew Belle).