|5|: La fiesta de nuevo ingreso.

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Capítulo 5.

—Vamos, Miguel. Quiero ir a esa fiesta, ¿sabes lo que es ser de nuevo ingreso y no ir a la fiesta de los de nuevo ingreso? Mi popularidad depende de ello— un rubio desesperado entro por la puerta de aquella habitación. Nick frunció el ceño mirando a Miguel, su compañero de cuarto.

—Niall, relájate, amigo. No depende de ello...

—Bien, no quiero ir solo. Si tengo que cargarte lo haré.

Niall caminó hasta el chico de piel apiñonada, colocándose frente él para levantarlo de la cama. Al no conseguir su cometido, Niall miró a Nick.

—¿Y qué? ¿Tú tampoco iras?

—No tengo con quien.

—No es la fiesta de graduación, niño. Es la fiesta de nuevo ingreso, ¿Qué les pasa a estos chicos? Dios, no puedo creerlo— Niall tomaba su cabeza, fingiendo una jaqueca. Estaba siendo un dramático, no era normal que alguien actuará de esa manera; a menos que fuera Regina George en Mean Girls, o Courtney Shane en Jawbreaker.

—Bien, iremos contigo. Con una condición—. Nick le propuso de una manera que a Niall lo hizo dudar en dar un sí o un no.

—Bien. Estaré de acuerdo si esta no incluye algún trato sexual o que haga ridiculizarme, ¿Cuál es el trato?

Nick rio. —Cada que quieras entrar a esta habitación debes de estar enterado de que hay una puerta y esta existe para que las toques.

—Bien, lo haré. Ahora ¿Podemos irnos? — Niall dijo mirando cómo ambos chicos se levantaban de la cama con flojera y una pequeña sonrisa en sus rostros.

(...)

Harry y Louis se encontraban en su habitación; Harry tocaba los acordes de una triste canción en su guitarra, mientras que, Louis, escribía un poco. El escuchar a Harry tocar lo relajaba y le hacía pensar en historias que vagamente esperaban ser narradas a alguien que las valorara.

Louis se había perdido que no se dio cuenta cuando Harry dejó de tocar sólo para mirarlo. Harry sentía que había algo en Louis, algo que no iba bien, pero igual algo que lo atraía a él. Lo miraba teclear rápido en aquel computador, con esos ojos azules sumamente abiertos; su fina mandíbula se marcaba aún más por la fuerza con la que apretaba los dientes; algunas hebras de cabello caían en su frente, aterrizando un poco antes de las líneas de sus cejas.

Louis se había perdido en su historia romántica. Harry se había perdido en Louis.

Un ruido aparatoso sonó por toda la habitación sacando a ambos de su trance. Louis miró a Harry buscar su celular en los bolsillos de sus pantalones. Cuando por fin lo encontró, miró la pantalla y contestó.

—¿Quién es? — Harry preguntó a quien sea que fuera del otro lado del teléfono.

Louis miraba a Harry atento a cada gesto que este hacía y a cada palabra que mencionaba, la llamada iba a bien, al igual que su acoso. Hasta que Harry le habló a Louis.

—Louis, ¿Quieres ir a la fiesta de nuevo ingreso?

—Si esto es una especie de cita. Paso— Louis volvió a su computadora. Harry no sabía que había querido decir Louis con ello, pero no insistió. Igual él tampoco quería ir, ya estaba un poco cansado.

Después de terminar la llamada volvió su vista hacia Louis. El mayor se había quedado dormido recargado contra la pared y con su ordenador en las piernas. Harry negó y se recostó en su cama. Se colocó los audífonos, dándole la espalda a Louis. Un cover de la canción Little Talks comenzó a sonar, era en modo acústico, con Julia Sheer. Harry usaba las canciones en acústico para dormir, era la única forma en que lo conseguía estando fuera de casa,

2:00 A.M.

Las inaguantables ganas de ir al baño hicieron a Harry levantarse de la cama e ir al baño de su habitación. Cuando volvió a la cama, se dio cuenta de que Louis seguía dormido en la misma postura. Pensó en despertarlo y decirle que se acomodara, pero se veía tan cansado que decidió acomodarlo el mismo.

Tomó la computadora, la cerró y la puso en el escritorio de cristal que se encontraba a un lado de la cama; regresó a Louis, tomándolo por los hombros y haciéndolo caer lentamente de lado sobre la almohada. El ojiazul estiró las pierna y Harry le quitó los tenis, una vez que Louis se encontraba mejor, Harry caminó hasta su cama y se recostó en ella intentando volver a dormir.

Era difícil. Otra vez tomó sus audífonos y Leti t go de James Bay se hacía presente, se había colocado un audífono y cuando estaba a punto de colocarse el segundo un "Gracias" se escuchó por la habitación. Louis le había agradecido por acomodarlo.

Canícula |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora