Canícula |L.S|

|4|: Bikeman

Capítulo 4.

Louis se encontraba en su escritorio cuando Harry llegó a la habitación. Traía unas cajas vacías que tenían el logo de papas fritas, miró las cajas con el ceño fruncido y luego a Harry.

—¿Por qué me miras? ¿Te gusto o que mierda? —Harry preguntó en tono de enojo, realmente odiaba que lo mirara mucho Louis; lo ponía nervioso y no quería que aquel enano lo notara.

—Eres un odioso, ¿Qué mierda harás con esas cajas?

—Voy a adornar el cuarto con ellas, seguramente—. Louis estaba odiando aquel tono sarcástico en el que Harry hablaba casi todo el tiempo; al principio su sarcasmo era interesante, después, simplemente ya lo conocía.

—Okay. Tengo que pedir mi cambio.

—Estoy bromeando.

—Yo no. No puedo vivir con una persona que no puede poner en orden su parte del cuarto. Lo intento, sí. Pero tu actitud de imbécil lo arruina todo.

—Basta. Traje estás cajas para acomodar mi parte de este cuarto; relájate— pausó. —Oye, ¿te gusta acomodar, no?

—Sí. Pero no voy a ordenar tus pertenencias.

—Sólo quiero ayuda. Lo haría solo, pero el cuarto quedaría igual o peor.

—Perfecto, ¿Qué gano yo?

—Mi amistad...— pensó demasiado sólo para contestar aquello. No era porque Harry fuera un mamón, pero no tenía muchos amigos y Louis podía ser uno, si no fuera un obsesionado con el orden la mayoría del tiempo.

—¿En serio, Styles? Acomodaré tu mierda ¿y de premio recibo tu amistad? — mencionó en un tono sarcástico.

—¿Qué quieres entonces?

Louis pensó sobre algo que él quisiera y no, en ese momento no tenía conciencia de algo que él quisiera y necesitara verdaderamente.

—No tengo pensado qué pedirte— pausó. —Después te diré que necesito.

—Bien.

(...)

Después de dos horas entre doblar ropa, acomodar libros y algunos cuantos posters y fotografía, el cuarto quedo impecable. El trabajo que parecía oneroso para Harry, fue realmente agradable, ponían música de Bunbury, Ed Sheeran, Tom Odell, P!nk, Lady Gaga, The Killers y Queen; realmente fue un momento muy ameno para ambos, conversaban entre todo lo que hacían.

Louis descubrió que Harry realmente no era tan odioso como parecía durante los primeros dos días. Harry era un buen chico que simplemente te trataba como tú lo tratases.

Harry entendió que Louis no era aquel niño bonito que tenía toda su vida planeada por sus padres. Que su obsesión por el orden no era nada más que un efecto secundario de la poca atención que su madre le brindaba. Louis, al igual que él, tenía sueños y metas que aún no cumplía, pero que estaba luchando por lograrlas.

Ahora eran amigos, eran el fotógrafo y el escritor: luchando por terminar la universidad y comenzar con aquellos sueños que se quedaban pendientes al terminar la carrera.

—¿Harry?

—¿Quieres pagarme el favor ahora? — Louis estaba tirado en su cama, con un libro en la mano y sus tripas gruñendo como bestias feroces que no le dejaban concentrarse en la lectura.

—¿En serio? ¿Ahora?

—Tengo hambre.

—¿Quieres pizza, Lewis? —dijo levantándose de su escritorio, dejando su cuaderno abierto y el bolígrafo sobre este.

Caminó hasta su cama y tomo la cámara que se encontraba sobre una de las cajas donde había guardado su ropa hace unos momentos. Sus manos tomaron aquel aparato y, la cartera de piel sintética donde guardaba su dinero y aquella tarjeta de crédito que su madre se encargaba de llenar.

—Uhhmm, sí.

—Perfecto, vamos— pausó. Lo miró dejar su libro y como caminaba hacia la puerta saliendo de la habitación que compartían— ¿Tienes auto?

—No.

—Bien. Sólo tengo una bicicleta, puedes irte en los diablitos de ella y agarrarme de los hombros. Comprare un auto, pero dentro de dos semanas.

—Harry...

—¿Qué?

—Voy a caerme.

—No lo harás.

Bajaron las escaleras del edificio y Harry desencadeno su bici dejando sólo la cadena colgada junto con el candado cerrado en la barra que se usaba para encadenar aquel artefacto.

Harry subió a la bici y Louis tomó un respiro antes de hacerlo.

—Sólo agárrame de los hombros y no te sueltes hasta que lleguemos. La pizzería está a quince minutos de aquí.

—Está bien, Bikeman.

—¿Bikeman?

—Hombre bicicleta— Louis respondió sonriendo mientras andaban por el campus sobre dos ruedas. La escena era divertida, Louis sonreía mientras apretaba débilmente los hombros de Harry.

—Me gusta— murmuró el rizado.

Ambos sonreían porque podía decirse que estaban un poco locos, pero el hecho de que ambos estuvieran juntos, les daba una calma poco congruente.

Llegaron a Pizza Hot y Harry estaciono su bicicleta frente al local, en donde se les asignaba el lugar a todos los medios de transporte que tuvieran dos llantas. Louis entró primero y miró los carteles donde estaban escritas las distintas pizzas que preparaban ahí, optaron por la que tenía doritos en la orilla y pepperoni como ingrediente principal.

En el lugar sonaba Partition de Beyoncé. Louis la tarareaba mientras caminaban hacia la mesa que se encontraba a un lado del mostrador. Harry sonrió. Al darse cuenta del motivo por el que sonreía, cambio su expresión facial a una más seria.

—¿Beyoncé? — Harry preguntó.

—Sí. Creí que no escuchabas "mierda pop" — Louis respondió en un tono sarcástico, mientras que intentaba imitar la voz ronca de Harry.

—No. Pero mi hermana sí. Así que...

—¿Qué es lo que te gusta exactamente?

—¿Sobre?

—Sobre mí. Obvio.

Harry bebía del refresco que les acababan de entregar y se atragantó con este por la pregunta de Louis.

—Oye, tranquilo. Hablo sobre la música— intento calmarlo con pequeños golpes en su espalda e intentando que Harry no muriera. Sólo recibió una mirada de odio una vez que el rizado pudo respirar.

—Te odio— dijo en un tono juguetón mientras volvía a beber de su soda.

—Bien— sonrió.

—Me gusta la música clásica.

—¿Qué? ¿Mozart, Beethoven?

—No, imbécil. Hablo de The Beatles, Queen, Pink Floyd, Outkast, Withney Houston, Bee gees, etc.— Louis se sorprendió. El escuchaba todo tipo de música y el hecho de que encontrara a alguien con un estilo de música así, fue impresionante, podía aventarse a los brazos de aquel chico por siempre.