Capítulo 21.
You took a Polaroid of us
Then discovered (then discovered)
The rest of the world was black and white
But we were in screaming color.(Out of the woods, Taylor Swift)
Louis miraba fotos detenidamente de cada revista, habían recortado muchas imágenes para diferentes objetivos, su lista quedaba así
— Cocinar algo nuevo.
— Ir a un museo o galería.
— Tener una cena en un buen restaurante.
— Caminar en un parque cercano durante la noche y hacer una velada.
— Tener una noche de película.
— Ir a la cineteca.
— Conocer a la familia del otro.
— Ir a la dulcería y comprar sus dulces favoritos.
— Viajar en bicicleta. (Este ya estaba cumplido)
— Viajar juntos a algún lugar desconocido.
— Tomar una foto de ambos todos los días y llenar un álbum juntos.
Harry pegaba todo en el mural, y con letra sumamente delicada ponía los títulos de cada objetivo. Agregaron más cosas durante otra hora y al final, en medio, pegaron una foto de ellos dos juntos: una polaroid, Harry la agitaba para revelarla y poder ver a ambos sonreír ante la cámara. Con aquel efecto a blanco y negro que Harry amaba y que parecía encarecer más aquella teoría sobre el b/n en sus fotografías.
—Me ha encantado la foto— mencionó Louis mientras miraba el mural.
—¿Por qué?
—Porque, así como tú y yo tenemos diferentes historias detrás. Las fotos a blanco y negro ocultan los colores verdaderos, lo que le da vida a los lugares y a las personas.
(...)
—Hola, Tommo. Ya estoy aquí— dijo el ojiverde, entrando por la puerta con una gran sonrisa la cual se desvaneció al ver a Theo sentado aún lado de Louis—. Hola, Theo— susurró entre dientes.
—Hola, Haz-Harry. Perdón por no avisarte que Theo venía...—la mirada de súplica para que no lo echará fue tal, que Harry tuvo que afrontar la situación.
Harry resignado y sin decir nada; caminó hasta su cama y aventó su mochila. Se dejó caer sobre el colchón y sintió la mirada de ambos chicos posarse en él. Louis lo miraba con la esperanza de que no se enojara, pero para Harry era imposible, se habían llevado de lo mejor ayer y hoy venían aquellos ojos azules a quitarlo del camino, haciendo que Louis lo bateara y que él mayor le obligara a tolerarles.
Sus ojos vagaron en ambos y luego se decidió por salir de ahí al gimnasio que la escuela prestaba a todos los alumnos de la universidad. Harry tomó sus antiguas cosas deportivas de una caja debajo de su cama y salió de ahí con la canción Hate me now de Nas retumbando en sus oídos. Camino por el campus hasta llegar a aquel lugar, donde había aparatos siendo usados en su mayoría por el equipo de futbol.
Colocó su maleta en uno de los lockers disponibles en el baño, frente a las regaderas. El gimnasio casi ninguna estaba en uso, había doce puertas blancas de metal cerradas y, como 30 abiertas. En el establecimiento sonaba aquella canción poco conocida de Benji Hughes, Girls love shoes. Harry notó que el encargado de la música (mejor dicho: la encargada) era una chica que se encontraba en la recepción. Detrás de ella había refrigeradores enfriando botellas con agua y bebidas energizantes; ella miraba a su laptop entretenida, mientras que algunos chicos y chicas ejercitaban su cuerpo.
Camino entre las máquinas para pierna y llego hasta las caminadoras, subió a una y la programó de modo que caminará por al menos 10 minutos y otros diez corriera.
(...)
Louis se sentía extrañamente mal con Theo, no le gustaba experimentar aquel sentimiento cuando vio a Harry salir molesto. Creía que iban bien, creía que todo iba bien con Harry, que no habría problema porque Theo estuviera ahí. Ambos eran sus amigos y no podría simplemente mandar a la mierda a Theo.
—¿Por qué hoy has estado evitando mis besos todo el día? — Theo preguntó.
—No estoy evitándolos.
—¿Estás en algo con Styles? — cuestionó con una real duda en su voz y con poca seguridad de querer conocer la respuesta.
—No, bueno, sí. Somos amigos, sólo eso— murmuró mientras miraba del otro lado de la habitación y se encontraba con la cámara Polaroid.
Pensó en Harry de nuevo y en cómo volvieron a dormir juntos; dándose cuenta de que ya no les importaba que su yacija fuera pequeña e incómoda, que lograban dormir juntos de la mejor forma.
—¿Quieres salir conmigo mañana? Ya sabes, tomar un café o algo. Como una especie de cita.
—Theo, no me gustan ese tipo de cosas...
—Me gustas.
Todo se quedó en silencio, Harry acababa de entrar a la habitación y le había escuchado. Había escuchado como el amigo de Louis decía que gustaba de él. Sintió su estómago revuelto y la sangre correr más rápido por sus venas. Podía jurar que escuchaba los latidos de su corazón a todo volumen y en ese momento sentía que los puños no podía apretarlos más.
Harry no controló aquellas palabras que salieron de su boca, él sabía que era pésimo expresando lo que sentía la mayor parte del tiempo, pero esta vez se le fue de las manos.
—Deberían de salir, digo, se ven jodidamente genial juntos. Planearían su vida de mierda y harían carne asada todos los fines de semana. Mientras sus estúpidos niños corren por toda la casa y alguno de ustedes dos se pone los cuernos con el vecino toda la semana— pausó acercándose a los dos chicos y con una sonrisa sarnosa habló—: Yo sería el vecino y Louis te pondría los cuernos todos los días, ¡Oh no! ¿No te ha dicho que ya dormimos juntos? y sí, Theo, con dormir me refiero a coger.
—¡Harry! — Louis gritó molesto.
—¿Qué? ¿Me vas a venir con tus cuentos de corazones rotos para que no me marche? — la mirada amenazadora de Harry hizo a Louis temblar. Podría decir que nunca lo vio tan enojado.
—Harry, cálmate— se levantó de la cama y lo encaró. Aquellos esmeraldas exigían una explicación y una promesa. Una promesa que Louis nunca haría porque le daba miedo entregarse a sí mismo.
—Lárgate ahora, niño bonito— la voz rasposa de Harry hizo que Theo se levantará fastidiado de la cama y saliera de ahí molesto.
Cuando la puerta se cerró de un azoté, ambos siguieron mirándose retadoramente. Louis carraspeó antes de tratar hablar y fallando en el intento. Harry dirigió su mirada a los labios delgados y finos del ojiazul. Lo beso. Le atacó ferozmente como sólo él sabía hacerlo.
—Me tienes mal, cielo— murmuró Harry entre el beso.
Y es que él podía ver el cielo azul en los ojos de Louis, un cielo donde a veces había tormentas y se desbordaba en lágrimas.
No tengo palabras para describir cómo me siento respecto a la historia, llegó a los 10,00 casi 11,000 lectores y yo no creía que llegaría ni a la mitad. Debo de agradecerles a ustedes y a las personas que me inspiran en hacer está historia.
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Canícula |L.S|
FanficCanícula: período más caluroso del año Sólo estarían juntos un período de tiempo. O eso pensaban. O Donde Harry es utilizado por Louis, pero el ojiazul no quiere nada con él.