My Criminal Love

Capitulo 8

–Cody ¿podrías mover tu trasero hacia el auto? –Gruñí desesperada.

–Oye tranquila –me dice tomando sus llaves y teléfono– sabes nunca vuelvo a conseguirte entradas para tu banda favorita.

–Es Maroon 5 Cody –mencione siendo obvia– te vendería para comprármelos.

–Exacto, por cosas como esas no te llevo a conciertos –admitió tratando de sonar dolido.

Después de discutir un rato sobre si Adam Levine era sensual con sus tatuajes o no, llegamos al estadio, estábamos en los Ángeles, Cody me consiguió boletos en primera fila y entradas a  backstage, no podía estar mas feliz, era mi banda favorita y estábamos a unos días de robar un cuadro, cuando fuimos a la galería hace casi 2 semanas me enamore de ese cuadro, Cody me dijo que seria mío, pasado mañana seria el gran día, hoy era día de relajación, el concierto empezó y yo empecé a fangirlear, coreaba cada una de las canciones y Cody solo estaba detrás de mío y me abrazaba, en un intermedio  Adam salió al escenario.

–Buenas noches Los Ángeles –grito en el micrófono y todos reaccionaron gritando– tengo un mensaje especial, de un nuevo amigo, su nombre es Cody.

Voltee a ver a Cody y el solo me sonrió, volví a posar mi mirada en el escenario y puse atención a lo que Adam decía.

–Me dijo que hace un tiempo que fue su aniversario con una chica muy especial para el, creo que los veo desde aquí –señalo hacia nosotros y los reflectores nos enfocaron– esperen ¿que no era la chica que gritaba “Adam hazme un hijo”? –Todo el publico rio y yo me sonroje, no había gritado eso…– esta bien, Cody me dijo que te desea un feliz aniversario y que te ama ¿acaso no es lindo? –si era lindo, y solo mío, me voltee y bese a Cody mientras otra canción empezaba, lo abrace hasta que termino el concierto y lo solté solo porque teníamos que ir a los camerinos, amaba a Cody y a cada uno de sus detalles, el era la clase de chico que te escuchaba, que ponía interés en la mas mínima tontería que pensara, que sabia como sacarme una sonrisa aun en los días mas obscuros, por eso y mas lo amaba.

–Ho ho la –tartamudeé al ver a Adam tan cerca.

–Hola, supongo que eres Hayley.

–Si –murmure sonriendo, sentí un golpe por parte de Cody, saque mi disco y se lo di a Adam.

–Ah, gracias pero ya tengo varios –dijo sonriendo, me derretí ante esa sonrisa.

–Ella quiere que lo firmes –intervino Cody al ver que solo veía a Adam embelesada.

–Entonces ¿7 años chicos? –Pregunto Adam firmando mi disco– vaya, cuando sea la boda me invitan.

Me limite a asentir y Cody rio incómodamente, después de tomar mi disco y unas fotos nos fuimos, “Boda” una palabra que inusualmente salía en nuestras conversaciones, nunca había hablado con Cody sobre planes para casarnos, sabia lo que esto significaría para el, dejar de estafar y demás, yo quería un día dejar nuestra vida de huir de un lugar a otro, quería tener una casa estable, una familia, no se como lo tomaría Cody, yo lo amo y se que lo nuestro seria para siempre, llegamos al departamento donde nos quedábamos.

–Cody…–

–¿Si? –estábamos en la habitación y el tomaba mi mano y trazaba círculos en la parte interna de mi muñeca.

Lo mire fijamente a los ojos, un azul uniforme se proyectaba en ellos, después de 7 años, seguía enamorándome de su mirada, seguía perdiéndome en ella, roce levemente mis labios con los suyos y lo abrace, recosté mi cabeza en su pecho, su respiración era lenta y podía escuchar los latidos de su corazón, no quería arruinar este momento con preguntas que es posible que ni siquiera el tuviera las respuestas, me aleje lentamente y volví a darle un beso lento, tratando de captar cada roce, cada movimiento de nuestros labios. Cody dejaba de besar mis labios y descendía a mi mandíbula esparciendo besos hasta llegar a mi cuello, sus manos viajaban por cada centímetro de mi cuerpo, la ropa no parecía ser un obstáculo para el, alejo sus labios de mi cuerpo y regrese por un momento a la realidad, lo encontré mirándome fijamente.

–Te amo –me dijo mirándome fijamente.

–Te amo –le respondí.

–Una vez más –me susurro al oído.

–Te amo Cody, hoy y siempre.

Una sonrisa se dibujo en su rostro y se acerco a mis labios apenas rozándolos –hoy y siempre– se repitió a si mismo y me beso, la tranquilidad que habíamos tenido antes quedo en el pasado, era un derroche de sensualidad pura, la ropa fue desapareciendo rápidamente, sus labios vagaban por todo mi cuerpo, mis jadeos se intensificaban, acerque a Cody con mis piernas y el no me hizo esperar, comenzó a embestirme, me aferre a su espalda y lentamente pasaba mis manos sobre ella, arquee mi espalda en busca de sus suaves caricias, instintivamente Cody empezó a acariciarme, unos movimientos mas bastaron para que llegara a mi punto culminante, bese a Cody y ahogue su gruñido en nuestros salvajes besos, se dejo caer y lentamente se retiro, me abrazo y antes de que el sueño me venciera lo escuche murmurar en mi oído.

–Te amare por siempre Hayley eres la única dueña de mi corazón.

2 días después…

–Vamos Cody necesitamos deshacernos de esto –masculle y empecé a deshacerme de los planos que teníamos de la galería de arte, una vez que habíamos limpiado, tomamos nuestras maletas y fuimos hasta el auto, una vez caída la noche fuimos hasta la galería eran la 2:30 a.m. teníamos puesto los pasamontañas, las cámaras estaban activadas y teníamos que taparlas de algún modo, logramos escabullirnos hasta la entrada, Ted no nos acompaño esta vez, pero su codificador de alarmas era nuestro amigo esta noche, después de desactivar la alarma teníamos 15 minutos antes de que volvieran a activarse y toda la policía estuviera aquí, lentamente entramos y fuimos a los puntos de las cámaras de seguridad, las tapamos y me descubrí el rostro, odiaba esas cosas.

–Estas algo despeinada –me dijo Cody tratando de reprimir una carcajada.

El sabia cuando odiaba los pasamontañas, golpee su cabeza y fuimos directo al cuadro, no podíamos simplemente quitarlo y llevárnoslo, entrar había sido fácil, pero la seguridad del cuadro era mejor, Cody saco un exacto/cúter y se acerco lentamente al cuadro.

–Con cuidado –masculle antes de que empezara a cortarlo, me dedico una de sus miradas de “no molestes ahora”.

Me quede callada y veía como cuidadosamente cortaba el perímetro del cuadro, el marco se quedaría pero no la pintura, cuando termine pude ver como se secaba  el sudor, metimos la pintura en el porta planos que traíamos con nosotros y regresamos por donde entramos, cuando las alarmas se activaron…