Capitulo 30

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Cody…

–Servicio a la habitación –dije y vi a la rubia sonriéndome.

–Yo no lo ordene –me dijo mordiendo su labio.

–Cortesía del hotel –mencione y me dejo entrar– que lo disfrute –hice un guiño y salí de ahí.

Era el ultimo platillo, me levante temprano y fui a una farmacia que estaba cerca a comprar somníferos. Pedí servicio a la habitación y prepare todo, me robe un uniforme de la cocina y fui a entregarlos, regrese a la habitación del primero, el que beso a Hayley. Toque la puerta suavemente, no escuche ruidos así que abrí, quite la cinta adhesiva del marco de la puerta y me escabullí rápido, la televisión estaba encendida, me asome temerosamente y vi al tipo tirado en el mueble, roncaba. Me asegure que no muriera ahogado con ese panecillo y me lleve las herramientas con los uniformes.

–¿Donde estabas? –me dijo Ted cuando llegue a la suite.

–Fui a dormir a los tipos de las alarmas ¿tu que haces? –le pregunte viéndolo frente a la computadora.

–Envió el comunicado donde cambias de trabajadores, cuando abran el Antwerp lo encontraran en uno de sus correos ¿tienes los uniformes?

–Si ¿quien entrara? ¿Tú o Christian?

–El –dijo Christian saliendo de la habitación– no soy bueno con los aparatos eléctricos y eso.

–Si es así, ten –le dije a Ted y le arroje uno de los uniformes– ¿Hayley ya esta levantada?

–Si lo esta –dijo acomodando su traje, llevaba sus pantalones ajustados, sus pantalones para huir– ¿como me veo de rubia? –pregunto viéndose en el espejo.

–¿Es una peluca? –pregunto Ted.

–Obvio –contesto Hayley– nunca me pintaría de rubia, chicos si están listos, vámonos.

–Yo me quedare en el vestíbulo, si veo a uno de los tres bajar los llamare, antes de que terminen avísenme para llevar la camioneta.

–Bien.

Sacamos nuestras maletas y las dejamos en la pequeña sala, nos pusimos Ted y  yo los trajes, tomamos la bolsa de herramientas y bajamos por elevador.

–Como los viejos tiempos –murmuro Ted y nos dirigimos a Antwerp.

Cuando llegamos al centro de diamantes nos quedamos congelados, ¡Dios, era enorme! el vestíbulo era del tamaño del departamento que tenia en New York o mas grande, Hayley se acomodo el cabello y de una manera profesional se acerco a la recepcionista, la seguimos cabizbajos tratando de que las cámaras no captaran nuestros rostros.

–Buenos días venimos de la compañía de Alarmas para la revisión mensual.

–Oh por supuesto, un momento –dijo la recepcionista y llamo por teléfono.

Esperamos por unos minutos, luego un hombre con traje elegante salió con una hoja y se acerco a nosotros.

–Supongo que han de ser los remplazos ¿no? –nos dijo y estrecho la mano con Hayley.

–Si, lamentamos la falta de antelación por el cambio, espero y no le moleste –ella sonrió y batió sus pestañas, ¡yo le había enseñado eso!

–Oh no hay problema –el tipo sonrió, no era una sonrisa afable, era una sonrisa de… ¿deseo? ¿Gusto?– bueno vamos de una vez –menciono apenas dándonos un vistazo, le ofreció el brazo a Hayley y ella lo acepto sonrojándose.

Llegamos a un ascensor donde bajamos un piso, Hayley llevaba un broche con una cámara cortesía de los juguetes de espía de Ted, necesitábamos todo lo que pudiéramos captar.

My Criminal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora