La llegada de Adam

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Cody...

–Respira Hayley ¡respira! –dije exaltado y Hayley solo me veía con cara de “Cody estas loco”.

–Oye tranquilo viejo –me dijo abrazándome– lo fue una pequeña contracción, todo esta bien.

–¿Segura? Puedo llevar al hospital ahora mismo.

–Cody ya cállate –me dijo Hayley mientras se sentaba con cuidado en el sofá– ¿Por qué no mejor me consigues un poco de chocolate?

Respire profundamente y fui hasta la cocina, todo iba bien, la doctora nos dijo que esta semana seria la definitiva, podría romper fuente en cualquier instante. Los curso propedéuticos no sirvieron de mucho, cada que Hayley sentía una contracción quería correr en círculos de la emoción y la preocupación que sentía, tome una barra de chocolate para mi y una para ella, Hayley comía tanto chocolate que me daba miedo que terminara dándole diabetes gestacional, los antojos de Hayley con cada mes que pasaba se hacia mas raros y difíciles de conseguir.

*FlashBack*

–¡Cody! –escuche decir a Hayley así que fui hasta ella, se asoleaba en una de las sillas que estaba pegado al mar– ¿sabes que se me antoja?

–Oh no –murmure, esas 5 palabras eran mi perdición en algunas ocasiones– ¿Qué quieres linda?

–Mmm ¿pides una pizza de pepperoni y jamón?

–Claro, iré a pedirla. En seguida vuelvo.

Pedí la pizza, afortunadamente eso era algo normal de entre las cosas que me había pedido antes, tome un jugo de arándanos y se lo lleve.

–¿Aun hay cajeta? –me pregunto.

–Si queda un poco, te traje un jugo.

–Gracias.

Acaricie su barriga de embarazada, amaba hacerlo, amaba leerle, ponerle música, hablarle de cualquier cosa, a mi bebé, mi pequeño. El timbre sonó así que fui con mi billetera a recoger la pizza, saque unos platos y la iba a llevar afuera cuando vi que Hayley venia en camino, deje la pizza sobre la mesa y la espere.

–¡Huele maravilloso! –exclamo Hayley mientras iba al refrigerador y yo servía la pizza, la vi regresar con la cajeta en las manos, ni tarda ni perezosa empezó a untar la cajeta a la pizza y a comérsela, no sabia si reírme, vomitar o que– ¿que? ¿¡Me estas juzgando!? Lo veo en tu mirada Runnels.

–Claro que no amor… claro que no.

*Fin FlashBack*

Y ese fue uno de los más normales, también la vi comer pollo frito con chocolate, eso fue de lo mas raro, recosté mi cabeza en el hombro de Hayley mientras ella degustaba su barra de chocolate, escuche como gimió y llevo su mano a su vientre, justo antes de que empezara a correr en círculos e hiperventilar ella tomo mi mano y la llevo hasta su abdomen.

–Siéntelo –musito Hayley respirando profundamente y entonces empecé a sentir las patadas, casi aparto la mano del susto pero la mantuve, creo que este niño iba a ser futbolista, las patadas se detuvieron y Hayley pudo respirar de nuevo– ayúdame a recostarme.

Nos levantamos suavemente y caminamos hasta el cuarto pero antes fui hasta la sala, cerré la puerta del patio y regrese para encontrar a Hayley viendo el suelo, un charco de agua, de donde salió… oh Dios.

–Se me rompió la fuente –dijo ella impactada tanto como yo– Cody ¡es hora!

¡¡Oh Dios es hora!! Corrí hasta le teléfono marcando el numero del hospital, en cuanto me contestaron les dije que llegaríamos en 10 minutos y que Hayley tendría al bebé, tome a Hayley y la lleve con sumo cuidado a la camioneta poniéndole en cinturón de seguridad. Regrese a la casa tomando la bolsa con ropa de Hayley y del bebé, tome las llaves de la casa y del auto antes de salir cerrando todo. Llegamos en 7 minutos. Unas enfermeras nos esperaban ya con una silla de ruedas,  me dejaron en el pasillo llenando formas y a Hayley se la llevaron a una habitación, después de un rato la doctora llego hasta donde estaba.

–¿Como esta Hayley?

–Bien Cody, tienes que tranquilizarte –me dijo ella y empecé a tratar de respirar profundamente– acompáñame, pero primero tienes que ponerte esto.

Me puse unos de esos trajes azules que tantas veces vi en películas, entre a la habitación y casi empujo a una enfermera que se interponía en mi camino y el de Hayley, me acerque a ella para besar su frente pero antes me agarro del cuello de la camisa y me jalo.

–Nunca volveré a tener un hijo –susurro en mi oído al mismo tiempo que se quejaba de las contracciones– ¡la próxima te embarazas tu! –me soltó con tanta fuerza que casi me voy de espaldas, inhala, exhala, inhala, exhala.

–Bien Hayley hora de pujar, tienes suerte de que estés dilatada, esto será rápido, cuando te diga pujas.

Ambos asentimos y entonces incorporamos a Hayley. Tome su mano mientras la rodeaba con mi otro brazo.

–¡Puja!

Hayley empezó a pujar y a apretar mi mano tan fuerte que estoy seguro de que algo se rompió, empecé a respirar y a darle palabras tranquilizadoras pero ella solo me gritaba que me callara.

–¡Puja!

Otra vez el mismo procedimiento, ella gritaba, yo gritaba, todos gritábamos o tal vez fue mi imaginación lo último.

–¡Una vez mas Hayley! Puedo ver la cabeza.

Oh Dios iba a desmayarme en cualquier momento, Hayley pujo una vez más y sentí como se aflojo que cayo rendida en mis brazos, el sonido de un llanto estridente lleno la habitación y las lagrimas inundaron mi vista y la de Hayley.

–¡Miren a su hermoso bebé! –nos dijo la doctora poniendo al pequeño sobre el abdomen de Hayley, bese su cabecita y después a Hayley.

–Hola pequeño –murmuro ella tomando sus manitas.

–Hola Adam… bienvenido.

My Criminal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora