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Esa pequeña cintura, esas caderas, esa piel casi blanquecina... todo en el lo estaba volviendo loco.
Aunque naturalmente no tendría que verlo de aquella manera, no tendría que desearlo como lo estaba haciendo y muchísmo menos sabiendo cual era la relación que tenían. Siendo padrastro de Jimin sabía a la perfección que no podía tocarlo como, desde hacía dos años atrás, quería hacerlo.
¡Dios! Cuando se movía de aquella manera mientras practicaba danza lo hacía poner más duro que una roca. Las veces que había soñado en tenerlo en su cama, debajo de él, escuchando sus gemidos, pidiendo más, diciendo su nombre.
Yoongi negó con la cabeza tratando de borrar esos pensamientos que eran completamente indebidos. No sabía cómo rayos había hecho para comenzar a pensar de aquella manera cuando su relación era estrictamente de padre a hijo. Bueno... él era su padrastro desde hacía cuatro años... no había ningún lazo de sangre que los atara. Y si él trataba de negarlo tan solo tenía que pensar en las veces que le había hecho el amor a su esposa pensando en su hijo.
Jimin giró y miró a su padrastro sentado en el sofá que estaba ubicado en el porche trasero. El le sonrió hipócritamente antes de girarse y seguir con su baile.
Lo odiaba, realmente lo odiaba y no entendía por qué rayos no se había ido de allí meses después en que se quedó con el y su madre. Levantó las manos encima de su cabeza y se concentró en mover sus caderas. Cerró los ojos mientras deseaba que el techo del porche le cayera encima de él. Suspirando supo que las cosas buenas nunca pasan como y cuándo deberían.
Se había esforzado al máximo para hacer que él se vaya... y aún lo seguía haciendo. Quería hacerlo volver loco pero no de la manera buena. Y esa noche estaba más que seguro que lo lograría, sabía lo que tenía que hacer y cuándo hacerlo, sabía con quién iría y Jungkook era su cómplice que no lo dejaría solo.
Sonrió sin separar sus labios al saber que, como su madre estaba de viaje, el podría comportarse de la forma en que quisiera y, al regresar, el podría manipular a su madre con su faceta de niño-bueno-cero-problemas. Abrió los ojos y se giró justo a tiempo para ver como Yoongi lo miraba mordiendose el labio inferior.
Al ver aquella muestra de sea lo que sea eso, hizo que Jimin sintiera una pequeña corriente en su vientre que lo hizo poner incómodo. No quería saber nada de él y ahí estaba el, tratando de evitar sentir eso que su cuerpo se negaba a parar.
-Me estoy volviendo loco- susurró para sí mismo al mismo tiempo en que el se agachaba para tomar una botella de agua- Hoy saldré- dijo el en voz alta mientras veía que Yoongi fruncía el ceño.
-¿Con quién? ¿A qué hora y a dónde te irás?
-Saldré con Jungkook. Me iré a las once y el lugar se llama Qué-te-importa- le dijo el mientras comenzaba a caminar para entrar en la casa.¡Agh! Odiaba cuando él quería ocupar el lugar que jamás le correspondería, el lugar que jamás le iba a quedar bien.
¡Por Dios! No podía comprender cómo su madre podía haber elegido a un hombre diesiseís años menor que ella, su madre tenía cuarenta cuando Yoongi apenas tenía veinticuatro.
Desde un principio Jimin se había opuesto a aquella unión que era casi irracional. Yoongi podía ser su propio hermano o algún familiar perdido. Mientras iba pensando aquello no se dio cuenta que lo habían tomado de su antebrazo para girarlo. El se chocó contra el pecho de él antes de subir su vista y mirarlo a sus ojos oscuros.
-¿Ahora qué?- le preguntó el con el ceño fruncido.
-No irás, primero deberías haberlo consultado conmigo. Deberías pensar que tal vez, siendo el padre aquí, yo tendría la decisión de si irás o no.
-Jamás te pregunté- dijo Jimin antes de echarlo hacia atrás, separándose de su cuerpo- Solo te avisé.
-Si llegas a salir sin mi permiso...-jimin colocó los ojos en blanco.
-¿Si llego a salir sin tu permiso qué harás?- preguntó el haciendole frente- ¿Me castigarás? ¿No me dejarás estar con mi ordenador, con mi celular, con mis amigos?- el rió con ganas antes de cruzar los brazos bajo su pecho- Inténtalo y haré que te arrepientas.
-¿Qué podría hacerme una chiquillo de diecinueve años como tú, eh?- preguntó Yoongi divertido mientras que el sonreía de costado.
-No me provoques.
-Y tú no lo hagas conmigo- le dijo Yoongi antes de mirarlo de pies a cabeza.
Pero esa vista iba cargada de algo más que hizo que los sentidos de Jimin se alteraran por completo. Eso no estaba bien, ¿Desde cuándo él lo había comenzado a mirar así? Solo sabía que ya se había acostumbrado a esa clase de observación hacia el, pero esta vez lo que sea que él tenía escondido dentro suyo fue un poco más que obvio. El levantó una ceja antes de bufar, girándose se dirigió hacia las escaleras.
-Descuida, trataré de volver lo más sano y solo posible- le dijo el con una sonrisa burlona antes de escuchar una maldición de la boca de Yoongi
El rió con ganas antes de encerrarse en su habitación. Solo que, al intentar ir al baño, escuchó el pestillo de la puerta cerrarse. Frunciendo el ceño, el se giró hacia la puerta e intentó abrirla... algo que no pudo.
Comenzó a forzarla lo más que pudo antes de comenzar a golpearla mientras gritaba para que Yoongi lo escuchara desde el otro lado.
-¡Déjame salir! ¡Saca el pestillo de aquí!
-¿Saldras esta noche?
-¡Creí decirte que sí ¿Acaso estás sordo?!
-Entonces esta llave que tengo en mi mano no abrirá la puerta hasta mañana. Que pases una bonita noche Jimin y trata de dormir temprano para que no te aburras.
Jimin golpeó la puerta con sus manos y comenzó a gritar un millón de insultos que se le cruzaban por la cabeza. ¿Qué se había creído? ¡Él no podía encerrarlo así por que sí! ¡El no se quedaría allí!
Echando su cabello hacia atrás miró hacia su cama en donde su teléfono estaba reposando tranquilamente. Se giró y saltó a la cama, tomó el celular y cayó hacia el otro lado de costado. Pasandose una mano por el brazo izquierdo, con el cual había aterrizado, se sentó en el suelo, llevándose las piernas hacia su pecho. Buscó, encontró y marcó el número de Jungkook.
-Hey- respondió después de dos minutos de haberlo llamado- ¿Qué haces Jimin? ¿Ya estás listo?
-Yoongi me encerró, no puedo salir.
El escuchó la risa burlesca de su amigo de la primaria al mismo tiempo en que el había comenzado a pensar que si lo mataba no tendría mucho problema.
-No quiero que te rías, quiero que me ayudes a buscar una solución- le dijo Jimin frunciendo el ceño. Escuchó un suspiro del otro lado antes de que la voz de Jungkook le hablara nuevamente.
-Muy bien, ¿Tu ventanal está abierto verdad?
-Sí- dijo el, mirando hacia su frente lo que su amigo le había dicho.
-¿Y todavía tienes las cuerdas de cuando practicamos alpinismo verdad?
-No haré la gran Tom Cruse en Misión Imposible- dijo el al mismo tiempo en que tiraba la cabeza hacia atrás, apoyándola en el colchón.
-Es eso o no habrá fiesta y habrás obedecido a tu padrastro.
El levantó la cabeza de donde la tenía apoyada antes de hablar.
-¿Sabes qué? De repente no me parece mala idea. ¿Puedo cambiarme en tu casa verdad?
-Por supuesto que sí- le dijo Jungkook y el supo que estaba sonriendo.
Jimin sonrió mientras suspiraba y cortaba la llamada. Mirando el móvil en su mano levantó una ceja. Yoongi no se iba a cansar nunca de retarlo... perfecto, ahora sabría lo quien realmente era Park Jimin
CONTINUARÁ....
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𝐌𝐢 𝐒𝐞𝐱𝐲 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨// 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧
Fanfiction~𝙷𝚊𝚢 𝚟𝚎𝚌𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚖á𝚜 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚜𝚘, 𝚜𝚎 𝚘𝚌𝚞𝚕𝚝𝚊 𝚍𝚎𝚝𝚛á𝚜 𝚍𝚎𝚕 𝚜𝚒𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘 𝚖á𝚜 𝚙𝚛𝚘𝚏𝚞𝚗𝚍𝚘~