La mañana llegó demasiado rápido.
Una vez más, Lilia fue la encargada de despertar a Viktor, si bien se comportó notoriamente más amable y el joven tributo sospechó que se debía a que esa bien pudiera ser la última ocasión en que se verían.
Minako le informó que Phichit se había adelantado. No era extraño, puesto que los estilistas acompañaban a sus tributos hasta antes de que estos entrarán a la arena para ayudarlos a prepararse, en tanto que los mentores y las asistentes permanecían en el Capitolio para tratar con los patrocinadores y coordinar el envío de los posibles regalos. Hasta el año pasado, Lilia tuvo que encargarse de aquello sola. El que el Distrito 12 no contará con ningún vencedor los dejaba con una desventaja considerable, y sin embargo Viktor recordaba algunas ocasiones durante Juegos anteriores en que los tributos de hecho recibían regalos: piezas de pan, agua, cerillos e incluso un par de gafas de visión nocturna, lo que implicaba que la mujer se esforzaba por cumplir con su trabajo. Viktor no pudo evitar pensar en lo frustrante que debía ser para Lilia el ver que todos sus esfuerzos eran en vano.
Para la mayoría de las enviadas del Capitolio, los tributos eran simples herramientas para sobresalir, y Lilia tenía al que fácilmente se consideraba como el peor distrito, si bien ella demostró ser diferente a sus compañeras, de modo que quizás lo consideraba como algo más que un instrumento para ganar prestigio. Y cuando lo abrazó para despedirse, dejando escapar una única lágrima, supo que estaba en lo cierto. Decidió que, después de todo, Lilia le agradaba.
-Preocúpate por sobrevivir y no seas descuidado- lo instruyó en tono maternal-Buena suerte, Katsuki y yo estaremos al pendiente y te ayudaremos en todo lo posible.
Yuuri...
Hasta ese momento, Viktor logró mantenerlo fuera de su mente, pero de pronto cayó en cuenta de su ausencia y de que seguramente no se despediría. Deseó contar con la oportunidad de aclarar las cosas antes de irse, sin embargo le resultó claro que no sería posible. Una vez más, Yuuri lo evitaba. Sintió una punzada de dolor.
-Eres un favorito, lo que quiere decir que los otros tributos te tendrán en la mira-advirtió Minako muy seria mientras lo acompañaba al sitio de donde partiría a la arena-Así que no seas imprudente y no te expongas-ordenó dándole un suave golpecito en la cabeza, a lo que Viktor asintió, solemne-Cualquier asunto pendiente, podrás arreglarlo cuando regreses-pronunció con una convicción tal, que a Viktor no le quedó más remedio que creerle-Haz lo que sea necesario para ganar, recuerda a quienes te esperan.
Viktor se permitió dedicarle a su familia postiza un pensamiento: Nikolai, quien lo tomó de la mano y no dudó en acogerlo al percatarse de su soledad, y Yuri, el enojado y orgulloso hermano menor que nunca supo que quería hasta que lo tuvo en su vida. Una vez más, deseó no estuvieran pasando demasiadas dificultades y reflexionó en lo que su ausencia permanente implicaría para ellos. Su determinación se renovó. Se los debía, por supuesto que debía regresar.
-Gracias por todo-le dijo sinceramente.
En verdad las palabras se quedaban cortas para expresarle su gratitud. En apenas unos pocos días, llegó a apreciarla mucho.
Minako lo besó en la mejilla.
-Ve y hazle honor a tu nombre-le deseó con una sonrisa y alzando el pulgar, retomando su actitud despreocupada habitual.
Viktor la dejó para recorrer el tramo final por su cuenta. Ahora que estaba por enfrentarse a lo inminente, se preguntó a dónde iría. A través de los años, numerosos escenarios fungieron como arenas: bosques de distintos tipos, praderas, ciudades en ruinas, incluso desiertos y páramos helados y cubiertos de nieve. Esperaba que cuando menos en el que le tocara pudiera contar con una fuente de alimento y agua o de lo contrario todo se complicaría. Recordó que en el caso de Yuuri, ni el agua ni la comida fueron un problema.
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Everything remains as it never was
Fiksi PenggemarHace un año, Viktor Nikiforov fue seleccionado para participar en los Juegos del Hambre. Sin motivo aparente, Yuuri Katsuki se ofreció por él. Los dos no eran más que simples conocidos sin ninguna relación en especial. No se han visto ni hablado des...