12.-Los Juegos: días 7 y 8 -Estrategia y sabotaje-

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Dedicaron el resto del día a pulir su estrategia.

Georgi les contó sobre una zona rocosa no muy lejos del bosque que podrían aprovechar como campo de batalla.

-Hay algunos lugares altos desde donde atacar y otros donde ocultarnos-explicó a sus compañeros, dibujando en la tierra con una rama-Anya y yo nos refugiamos ahí el primer día-Lis se removió inquieta, ante la mención de la chica, pero no dijo nada y Georgi fingió no notarlo-Hay tres maneras de llegar: una desde el bosque...-hizo una línea partiendo desde lo que semejaban árboles-Otra desde la meseta...-agregó un nuevo trazo-Y un camino desde la montaña de al lado-realizó una raya inclinada, como si estuviera bajando-Además hay una cueva, la entrada a un túnel, pero no la exploramos y no sabemos a dónde lleve. Podríamos dejarla como ruta de escape alternativa.

Decidieron que dada su habilidad con el arco, Viktor fungiría como el atacante principal, encargado de dar el primer golpe. Georgi sería la reserva en caso de que Viktor fallara, puesto que Pierre no se esperaría que se aliara con tributos no profesionales.

-Yo también quiero ayudar-expresó Lis, resentida por no ser tomada en cuenta.

-Y lo harás, gatita-señaló Christophe, el cual actuaría como la carnada, en tono conciliador-De ninguna manera saldremos ilesos, ahí entrarás tú.

-O si todo se complica, podrías iniciar un incendio-sugiere Viktor, aunque bromea más que ser serio. Lis se queda callada, como reflexionándolo-Pero preferiría que no intervinieras. Ya te atrapó antes, podría volver a intentarlo.

-Opino lo mismo-secundó Chris.

-No estoy de acuerdo-se opuso Georgi y los otros dos le lanzaron duras miradas, en tanto que Lis lo contempló llena de sorpresa, no esperando contarlo como aliado-¿Qué? En mi distrito, nuestros niños empiezan a entrenarse desde que son tan jóvenes como ella, algunos incluso antes.

-Pero no estamos en tu distrito-ladra Chris, inconforme.

-Por supuesto que no, estamos en los Juegos del Hambre, y ustedes no van a estar para cuidarla siempre-sentencia, brutalmente honesto-Es mejor que aprenda a defenderse, ahora que puede.

Tanto Viktor como Chris conceden que se trata de un argumento válido. Lis continúa molesta.

-Sigo aquí, por si se les había olvidado-señala de mala gana, cruzándose de brazos, enfadada por sentir que no la toman en cuenta-Y si a alguien le interesa lo que pienso... también quiero participar. Eso no significa que vaya a correr directo al peligro, pero si puedo impedir que resulten heridos y hacer más que sólo tratarlos después... -su vista se posó sobre Viktor por unos segundos-Quiero hacerlo.

Rememoró al Distrito 12 una vez más y que Yuri Plisetsky le dijo algo muy parecido cuando recién empezó a enseñarle a cazar.

-Está bien-asintió, resignado-Préstale una de tus armas.

Georgi rebusco entre sus cosas. Tras el incendio no quedó mucho: un garrote metálico, una cadena con un gancho afilado en un extremo, y tres cuchillos, uno más largo que los otros.

-El cuchillo es suficiente-intervino Lis-Uno de los pequeños-aclaró, esperando a que Georgi se lo acercara.

-¿Sabes cómo usarlo?

-Sí, él me enseñó-indico a Viktor.

El aludido sintió un deje de orgullo porque ella lo reconociera como su maestro y se maravillo ante la escena: Georgi le daba algunas indicaciones adicionales, Lis lo escuchaba atenta, ya habiendo superado su miedo hacia él y ambos se unían para reprender a Christophe, quien de cuando en cuando los interrumpía con una que otra broma (y en un punto, Georgi le cubrió los oídos a Lis). El ambiente era de camaradería pura, no sólo era que trabajaran para un mismo fin porque tenían que hacerlo, en verdad eran un equipo. Y para Viktor era aún más asombroso. De pronto, caía en la cuenta que de hecho nunca asumió ninguna imagen específica para tratar con ellos. Fue sincero, y lo aceptaron.

Everything remains as it never wasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora