A la mañana siguiente, Yuuri ha regresado a su papel de mentor frío, distante y profesional. Pero Viktor no tiene tiempo para lamentarse.
El entrenamiento está por iniciar y tanto Yuuri como Minako se deshacen en consejos para su pupilo.
-Pórtate bien, no presumas demasiado pero tampoco pases desapercibido-recomienda Minako-Además es la oportunidad para analizar a tus oponentes, tienes que aprovecharla al máximo.
-El combate no lo es todo, practica y pule tus habilidades de supervivencia-indica Yuuri, severo-También creo que sería bueno si buscaras una alternativa al arco, y...
-Lo sé, lo sé-interrumpe Viktor, decidiendo de forma madura que así como Yuuri no quiso escucharlo la noche anterior, él tampoco quiere hacerlo ahora-Básicamente es cómo regresar a la escuela: poner atención, ser bueno con los otros, no pelear...
-Esto es serio-insiste Yuuri, interrumpiéndolo a su vez-Según que tan bien uses estos días, podría ser la diferencia entre vivir o morir.
-¿Crees que no lo sé?-se defiende Viktor.
-Ustedes dos, basta ya-interviene Minako colocándose entre ellos para separarlos. Su enojo es evidente, sin embargo se las arregla para componer una sonrisa-Entiendo que todos estamos nerviosos y es comprensible, pero no es momento para pelear-pone su mano en el hombro de Viktor y la otra en el de Yuuri en un gesto aparentemente conciliador pero que les produce un escalofrío-Estamos en el mismo equipo, ¿cierto?
Ambos asienten en silencio. Minako sigue sonriendo e increíblemente, se ve más amenazante. Sin lugar a dudas se trata de una ganadora de los Juegos del Hambre.
-¡Bien!-exclama alegre-Ahora que ya nos arreglamos, quiero que se den la mano y hagan las paces.
-Pero...-empieza a protestar Yuuri y su mentora lo hace callar con una simple mirada.
Reticente, extiende su mano y Viktor la estrecha igualmente poco convencido. Recuerda lo ocurrido la noche anterior y deduce que Yuuri está pensando lo mismo. Al final, deja escapar un suspiro de resignación y lo suelta.
-¡Listo!-Minako asiente, batiendo las palmas, muy contenta consigo misma-¿Verdad que no fue tan difícil?
Viktor y Yuuri se limitan a contemplarla en silencio.
***
La sala de entrenamientos consiste en una habitación amplia con distintas secciones. Viktor hace un excelente trabajo disimulando su entusiasmo. Por fuera luce tranquilo y confiado, por dentro se siente como un niño frente a un montón de juguetes nuevos que apenas puede esperar por probarlos todos.
Prácticamente ignora a la mujer que les da indicaciones. En la mayor parte se trata de los mismos consejos que Minako y Yuuri le dieran antes. Cuando les permiten retirarse a entrenar, no está seguro de dónde empezar. Su primer instinto es dirigirse a la zona de práctica de tiro. Observa maravillado los blancos, algunos son móviles para aumentar el grado de dificultad. Cerca se encuentran cuchillos, dardos, y por supuesto, arcos y flechas. Toma uno e inevitablemente piensa en el que usaba en el Distrito 12 para cazar, mucho más viejo y desgastado, pero también mucho más familiar. A fin de cuentas, le había pertenecido a su padre.
Vuelve a colocarlo en su lugar, optando por buscar otra zona.
A su alrededor, los otros tributos ya han comenzado con sus respectivos entrenamientos. En otra sección, una chica inspecciona fascinada una espada y un poco más allá, un chico levanta con excesiva facilidad una pesada esfera de metal y la arroja como si nada.
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Everything remains as it never was
FanficHace un año, Viktor Nikiforov fue seleccionado para participar en los Juegos del Hambre. Sin motivo aparente, Yuuri Katsuki se ofreció por él. Los dos no eran más que simples conocidos sin ninguna relación en especial. No se han visto ni hablado des...