5.- La prueba

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Viktor nota que Lilia lo espera, cruzada de brazos y con un semblante todavía más serio de lo normal si acaso eso era posible. La preocupación lo invade de inmediato.

-¿Pasó algo?-cuestiona prudente, ella se acerca y lo toma de la barbilla, moviendo su rostro a un lado y luego hacia el otro, inspeccionándolo.

-Katsuki es realmente imprudente-expresa una vez que lo suelta y Viktor siente que le hierve la sangre en cuanto la escucha-Es obvio que tuviste problemas para dormir.

-Se llama "insomnio" y asumo que incluso usted lo habrá sufrido en alguna ocasión-responde con sorna-Yuuri no tuvo nada que ver-no puede evitar justificarlo, pero en el fondo miente.

Lilia lo contempla, escéptica.

-No me malinterpretes, él es imprudente pero eso no te exime de tener parte de culpa-aclara sin inmutarse-Tú eres un irresponsable y ambos sumamente inconscientes. Dejan que sus sentimientos personales interfieran y si siguen así, el único perjudicado vas a ser tú-lo señala y Viktor no intenta defenderse, sabe que tiene razón. Lilia saca un reloj de oro de bolsillo con un detallado grabado y lo contempla con atención-Tienes exactamente quince minutos para desayunar, te sugiero no elegir nada pesado. Luego, tomarás una siesta de treinta y cinco minutos, ni uno más y ni uno menos, y finalmente, cinco minutos para que termines de alistarte y los cinco restantes para llegar al centro de entrenamiento. ¿Está claro?

Lo único que puede hacer, es asentir resignado. Agradece que no se siente cansado, así que podrá sobrellevar el día con apenas unas cuantas horas de sueño. Aunque la comida luce apetitosa, no se le antoja en lo absoluto. En verdad no sería la primera vez que tiene que realizar sus actividades cansado y muerto de hambre. Igualmente, se obliga a comer para evitar la ira de Lilia.

El sonido de una puerta abriéndose lo devuelve a la realidad y prácticamente corre para averiguar de dónde proviene. Descubre que se trata de Minako, saliendo del cuarto de Yuuri.

-Ah, Viktor-saluda desganada, cerrando la puerta tras de sí-Yuuri pide que lo excuses, no se siente muy bien hoy-le explica y el otro es capaz de identificar la mentira al instante.

-¿Está enfermo?-pregunta a sabiendas que no es así y que la causa de su malestar se debe a su plática anterior.

-Un dolor de cabeza, nada serio- intenta sonreírle pero sus labios apenas y se curvan en una torpe mueca-Me dio un mensaje para ti...-toma aire, ordenando sus ideas-Dijo que si decides no hacerle caso, no volverá a insistir, pero te pide que por favor consideres sus palabras.

Viktor observa la puerta cerrada como si con eso bastara para que Yuuri apareciera. Todavía no sabe qué postura tomar respecto a las alianzas, más intuye que deberá decidirse pronto.

-¡Seis minutos!-exclama Lilia, para recordarle su itinerario, forzándolo a volver a su rutina.

***

Resultó que sí necesitaba esa siesta. Se quedó dormido tan pronto su cabeza tocó la almohada y cuando Lilia lo despertó, treinta y seis minutos después ("Agradece que te dejé dormir un poco más"), se sentía más renovado y alerta. Sin embargo, un pensamiento lo abrumaba.

Aún con Lilia apremiándolo, se las arregló para encontrar el tiempo de llenar un plato con panecillos, bollos y galletas y entregárselo a Minako.

-Para Yuuri-da por toda explicación y después se retira, deseando con todas sus fuerzas que el otro comprenda el significado de aquella acción.

Acaba por llegar al centro de entrenamiento con exactamente 36 segundos de sobra y agradece que al fin Lilia lo deja solo.

Se reúne con los otros tributos y al parecer, tal como Yuuri predijo, es día de alianzas. Los originarios de los primeros distritos conversan y practican entre ellos. En especial le resulta extraño ver a Georgi al lado de la chica de las lanzas. Contrario al día de ayer, toda la hostilidad del joven se ha desvanecido por completo, incluso sonríe mientras le enseña a su nueva amiga como manejar un pesado martillo con el que podría partir un cráneo sin problemas.

Everything remains as it never wasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora