Capítulo 2: Cambio de hogar

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Estaba yo desayunando mis cereales con leche, hasta que llegó Dolores como todas las mañanas. Me estaba enseñando a hacer raíces cuadradas, hasta que oí unas voces, eran de mi padre y...  de otro hombre desconocido para mí. Solo pude oír algunas palabras:
- Creo que lo mejor para su hija es... en la ciudad.- dice el hombre de la voz desconocida.
- Pero... aquí está muy bien ya que...-dice mi padre.
- Ya lo sé. Pero su hija tiene que aprender más... porque...
- Bueno lo intentaré... Hablaré con ella...- dice mi padre .
- Gracias... Luego me confirma si...- dice el hombre
Estaba deseando salir afuera a ver de qué hablaban.¿Y si ella soy yo? Espero que no. Al acabar la clase de mates, Dolores se va, y me dice mi padre:
- Clara, tengo que hablar contigo.
- ¿Con quién hablabas fuera?- dije.
- De eso quería hablarte- dice mi padre.
Mi padre continuó hablando:
- Clara, he estado hablando con el director del colegio de la ciudad de León. Me ha dicho que ya eres suficiente mayor para irte al colegio y estudiar más cosas, así tendrás una buena carrera y harás muchos amigos. Dentro de 2 días nos iremos de la cabaña y nos instalaremos en una casa de León que he comprado.
-¡Papá!- dije llorando. ¿Cómo es que nos vamos de este maravilloso lugar? Ha sido mi casa desde siempre, y yo nací aquí estando con mamá esos felices años de mi vida.¡No me puedes hacer esto!
- Hija, hija, yo te entiendo... Solo que harás una buena carrera, ya llegó la hora. Además, esta sigue siendo nuestra cabaña y vendremos aquí en verano- dice mi padre tranquilamente .
- ¡¡Papá!! ¡No me entiendes! ¡Estoy en una silla de ruedas y se van a reír de mí!¿Además que hay de Dolores, y de Pepe y de mi cabrita Algodón?- dije.
- No se van a reír de ti, que más da que estés en una silla de ruedas. ¡Eres perfecta tal y como eres! Dolores les va a dar clase a otros niños y Pepe se vendrá a nuestra casa de León igual que aquí. Y tu cabrita Algodón se irá contigo, yo me encargaré de comprarle un establo pequeño o algo así.- dice mi padre.
- ¡Papá!¡No me puedes hacer esto! ¡¡Este ha sido mi hogar de siempre!!- dije llorando y gritando.
Me fui a mi habitación ( me subió Pepe) y cerré la puerta de un portazo.

El sueño de ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora