Capítulo 23: En marcha

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Narra Sofía
Un rayo de sol me dio de lleno en la cara, provocando que me despertara. Miré el reloj y eran las nueve. Desperté a Coral  lo más silenciosa que pude para que Clara no nos oyera.
-¿Qué quieres? Todavía no son las diez.- dijo Coral adormilada.
-¿No te acuerdas? Tenemos que hojear el libro para ayudar a Clara.- dije susurrando.
-¡Anda es verdad!- dijo dando un respingo.
Nos levantamos rápidamente y cogimos el libro de mi maleta, luego nos marchamos sigilosamente cerrando la puerta con cuidado.
-¿Adónde vamos?
-Mmm... Al desván.
Sin que Pepe nos viera,nos dirigimos al jardín y salimos por la puerta trasera. Entramos en el desván, una pequeña habitación fuera de la casa de unos dos metros de largo que servía para almacenar cosas. Nos sentamos como pudimos y abrimos el libro de "Curaciones de paralíticos". Miré en el índice y abrí la página 106, justo el tipo de enfermedad de Clara. Tras un rato hojeándolo dije:
-En resumen, que tiene que tomar unas medicinas para fortalecer los huesos y los músculos, recibir un tratamiento de terapia e intentar que se ponga de pie y ya luego irá mejorando si hacemos todo lo que viene aquí.- dije algo pensativa.
-Lo malo es que puede durar mucho tiempo, incluso años.- dijo Coral amargamente.
-Pero el objetivo, es que lo pueda conseguir algún día - dije decidida- por mucho que cueste y por mucho que tarde.
-Tienes razón, hay que intentarlo.
-Primero hay que conseguir las medicinas. Mañana mismo, iremos a la farmacia.- dije.
-Me parece bien. Pero lo más complicado es lo de terapia.- dijo Coral.
-Además costará muy caro.- dije sin saber qué hacer.
-Podemos hacer lo que hicimos para conseguir el marcapasos para el abuelo de Emily, realizar actividades para conseguir dinero. Y podemos llamar a Pedro también, por Clara hará lo que sea.- dijo Coral.
-Muy buena idea, pero, ¿cuándo se lo decimos a Clara?- pregunté.
-Esta misma noche, no podemos ocultárselo más.- terció Coral.
-Tienes razón, se lo diremos esta noche. Pero lo que me preocupa es que se enfade con nosotras por meternos en temas que no nos incumben y por habérselo ocultado tanto.- dije angustiada.
-Sofía, ¡claro que nos incumbe! Es nuestra amiga y no podemos dejarla así, esta sufriendo mucho.
-Tienes razón, hay que intentarlo cueste lo que cueste.
Nos levantamos y nos fundimos en un abrazo, decidimos que algún día, lo que los médicos predijeron hacía ya doce años, se imcumpliese.

El sueño de ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora