Guerra

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Rodeamos al pequeño Abra que Dawn estaba cuidando el cual nos llevó en pocos instantes hasta la ladera del desfiladero donde aún a varios metros pudimos escuchar que la batalla entre las fuerzas policiales y el Team Storm ya había comenzado.

—Muy bien, según lo que oí la ciudad está cercada por las fuerzas del Team Storm —expuse nuevamente mientras trazaba en el suelo un boceto del mapa de pueblo Lavacalde para repasar nuestro plan antes de llevarlo a cabo— mientras que las fuerzas de la región han ingresado trepando por el altiplano. Nuestra única opción de llegar a donde está la acción es atravesando el bosque espeso sin ser vistas, por lo que deberemos ir en silencio y aprovechando la noche oscura.

—Y si alguien nos descubre lanzaremos una flor de fuego como la que nos enseñaste para que Abra nos venga a buscar. No lo hemos olvidado —completó May sonriendo hacia donde mí. Yo asentí.

—Estén atentas al cielo por si alguna necesita ayuda. ¿Dudas? —Vi que Dawn observaba admirada hacia otro lado y luego levantaba la mano— ¿Si?

—¿Tienes idea de qué es esa cosa?

Las dos dirigimos la mirada hacia el punto señalado por la peliazul descubriendo una enorme y profundo cráter en la pared rocosa con dos soldados del Team Storm custodiando la entrada desde las penumbras.

—Qué curioso... ¿por qué no nos habrán atacado? —cuestionó la entrenadora del Piplup mientras que todas nos agazapábamos detrás de unos arbustos.

—Quizás aún no nos vieron —May se su cabeza por el borde de la vegetación que nos ocultaba tratando de ver mejor el interior de la cueva—. ¡Está muy oscuro, no podré ver nada sin exponerme! —Se quejó ella en voz baja y chillona.

—No hace falta que lo hagas —respondió Dawn sacando a un pokemón de su descanso para luego colocarle un collar con una extraña esfera en el centro—. Muy bien Pachirisu, ya sabes qué hacer.

El pequeño roedor eléctrico asintió feliz y luego corrió por las paredes de roca hasta ingresar a la caverna desde el techo, sin siquiera llamar la atención de los soldados en guardia. Se veía muy cómico, pero realmente tierno. Pasados unos minutos regresó donde su entrenadora, la cual extrajo el collar para luego premiarlo antes de regresar al pequeñín a su pokebola. Dawn conectó la esfera metálica a su pokenav y pronto pudimos ver una serie de imágenes que representaban el interior de la cueva iluminadas pobremente por las chispas de Pachirisu.

—Es una máquina... —Observé señalando al fondo de la caverna.

—Parece un taladro, ¿no crees May? —Cuestionó Dawn recibiendo leves asentimientos por parte de su interlocutora— Pero ¿para qué poner un taladro en la base de un volcán?

—Quizás estén buscando Mega Piedras —observé sin poder quitar el ojo de la imagen.

Dawn negó con la cabeza. —¿No sería demasiado peligroso? El volcán podría hacer erupción en cualquier momento...

—Sea lo que sea, ellos deberían ser extremadamente cuidadosos para evitar el volcán —repuso May sujetando su barbilla.

—Quizás la toma de la ciudad sea una maniobra de distracción para ocultar esto —propuse en voz alta ganándome la mirada curiosa de ambas muchachas.

—Distrajeron a los aldeanos para robar sus tesoros... ¡Podrían haber llamado la atención en otro lado, aquí están muy cerca! Serían descubiertos muy fácilmente —reflexionó May sin perder su aire deductivo.

—Sea lo que sea debemos detenerlos. —Las tres estuvimos de acuerdo en eso.

Entonces no hay más remedio que entrar —resolvió Dawn y ambas asentimos.

Alcanzaré mi objetivo (Amourlove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora