Viejos compañeros de viaje

982 50 147
                                    

Desde mi encuentro con Charizard sentía una nueva energía recorrer mi cuerpo. Había desarrollado una especie de sensibilidad diferente, algo que me permitía captar los estados de ánimo de mi dragón como así también sus deseos e incomodidades. Era algo difícil de describir, como si una sensación de vacío que siempre había llevado dentro y de la cual no había sido consciente hasta ahora comenzara a llenarse cuando el pokemón de fuego estaba cerca. Incluso ese vacío se acrecentaba cuando me alejaba de él, siquiera darle su pokebola a Joy era suficiente para que sintiera que me faltaba algo. Por primera vez entendía a Diantha y a Korrina en aquellos momentos en que se separaban de sus compañeros.

No es que ahora lo prefiriera frente a mis otros amigos, cada uno era diferente para mí, cada uno especial y el modo de relacionarme con cada uno difería según esas particularidades. En el caso de Charizard se trataba de una unión sinérgica, un vínculo que nos potenciaba mutuamente.

Quizás por eso también es que sentía una necesidad indómita de acercarme a las fuentes de calor y en este caso las arenas cálidas resultaban una tentación irresistible para mí, mas elegí primero pasar por el centro pokemón para poder hacer aquella llamada que venía ansiando desde el momento justo del combate, aquella donde pudiera comunicarme con mi queridísimo entrenador y narrarle lo ocurrido. 

—Satoshi, ¿estás ahí? —dije al ver el rostro del caballero de azul al otro lado de la pantalla. Habíamos intercambiado algunos mensajes por los cuales me enteré que estaba en el centro pokemón de isla Canela, gracias a eso nuestra llamada incluía una vista espectacular de su rostro tostado en primera persona, todo un deleite para mis pupilas—. Oye, ¿quién está contigo?

—¡Serena! Estoy tan feliz de verte... Mira, me encontré a Citron —El aludido saludó haciendo un tímido gesto con la cabeza—. Vino conmigo desde ciudad Viridian.

—¡Hola Serena! —dijo aquel con una voz aniñada—. No sabía que seguías en contacto con Satoshi... ya no hablas conmigo.

¡Rayos! Me dejó en evidencia tan inesperadamente que me subió la sangre a la cabeza haciéndome sentir un calor mayor al que anhelaba encontrar en las fuentes termales o sus arenas circundantes.

—¡Ah! Lo que ocurre es que él conoce mucho de Hoenn y a veces necesito su guía para no estar sola en esto —Yo no solía ser buena mintiendo pero esta vez daba la impresión de que mi embaucado se la había creído aunque una punzada en mi pecho se hizo presente al notar que Citron no era el único en caer en mis mentiras—. Es eso y que además el vínculo que tengo con Satoshi es muy diferente. Por favor, no te lo tomes a mal.

No, no me imaginen hablando con claridad, sin trabarme con mi propia lengua ni mucho menos con la más mínima cuota de seguridad pintada en la voz. Articular esas simples palabras fue uno de los desafíos más grandes que hubiera afrontado en mi corta vida y sin embargo resultaron ser suficientes como para devolver la sonrisa al rostro del causante de mis desvelos.

—Oh, por supuesto que lo entiendo. Después de todo, él es tu objetivo, ¿no es así?

 Después de todo, él es tu objetivo, ¿no es así?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Alcanzaré mi objetivo (Amourlove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora