Capítulo 15: La mentirosa y la ladrona

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—¿Qué es lo que dice la carta? —preguntó Carmen, con curiosidad, pero Sarabell comenzó a pasear por la habitación en lugar de contestar.

—Axel debe saber lo que dice la carta. Pero, ¿cómo se lo hago saber sin comprometerme? Necesito un chivo expiatorio.

—Dígame que dice la carta y yo le ayudo.

Sarabell le dedicó una dulce sonrisa a Carmen sin responderle.

Moriana se dirigía al despacho de Lunet, cuando se topó con Fortunata

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Moriana se dirigía al despacho de Lunet, cuando se topó con Fortunata.

—¿Qué llevas ahí? —le preguntó la pelirroja.

—Una carta para el señor Lunet.

—Déjame ver. —Fortunata leyó el nombre en el sobre—. "Mauro Bustamante", no, no lo conozco. Déjala en el despacho para que la lea mi cuñado cuando regrese de la fábrica.

—Sí, señora.

Fortunata siguió caminando hasta la cocina, donde se estaba disponiendo todo para hacer caldo de pollo.

—Dame un café, por favor —le pidió a la cocinera.

—Enseguida señora.

Los ánimos apenas renovados ya se habían ido por tierra, y es que por más que se quebraba la cabeza, Fortunata no encontraba ningún pretexto para ir a Costa Blanca sin levantar sospechas.

—Aquí tiene su café, doña Fortunata.

—Gracias.

Por su parte, Gema estaba afuera, admirando el agujero en la barda que daba al acantilado, "¿hasta cuándo lo arreglarán?" pensaba, cuando Sarabell llegó de improvisto

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Por su parte, Gema estaba afuera, admirando el agujero en la barda que daba al acantilado, "¿hasta cuándo lo arreglarán?" pensaba, cuando Sarabell llegó de improvisto.

—Hermanita, quiero hablar contigo.

—Dime.

—En privado, de ser posible.

Gema se giró para ver a su hermana, su cara angelical y su piel blanca concordaban con su cabellera rubia, y su hermosura resaltaba con aquel vestido en tono pastel. Sintió aborrecerla en ese momento.

Flor ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora