Capítulo 1

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Una hermosa mañana, en la familia Hyuga, dos hermanas estaban desayunando, solas, lo único que tenían era la una a la otra y alrededor de ellas el servicio. Todas la mañanas era lo mismo, en cada ocasión se repetía, siempre.

-Mi padre ¿Cuándo vendrá? -preguntó Hanabi, hermana de Hinata, a una de las criadas.

-Como hasta la noche, muy tarde -respondió ella con delicadeza.

«Se ha olvidado, otra vez...» pensó Hinata cuando vio como su hermana se levantaba de la mesa, después de agradecer.

-Gracias -dijo ella, se puso de pie y siguió a su hermana escaleras arriba.

Cuando llegó delante de su puerta, golpeo suavemente con los nudillos.

-Esta abierto -se escuchó desde dentro de la habitación.

Hinata abrió la puerta, entró y se sentó junto a su hermana en la cama.

-¿Por qué siempre se olvida? -preguntó la castaña, recostando su cabeza sobre el hombro de su hermana.

-Tal vez solo hubo un contratiempo... -contestó la peliazul, siempre respondía lo mismo, intentaba todo lo posible para que Hanabi no se sienta mal ni culpable, solo quería que ella sonriera. Su padre casi nunca estaba presente, pero al menos Hanabi contaba con Hinata para representarlo en todo, porque no quería que Hanabi sintiera el mismo vacío que sintió cuando era pequeña, cuando Hanabi solo se paseaba con Natsu de un lugar a otro.

-Tienes razón, ya no importa, de todas formas, no iba a ir -informó Hanabi echándose para atrás con una sonrisa.

Adoraba ver a su hermana así.

-Si quieres puedo ir cont... -se ofreció Hinata.

-No, no te preocupes, no quería ir -reafirma.

-Vale... -dijo no muy convencida-. Cualquier cosa me llamas, sabes donde estaré -dijo, se puso de pie, le dio un beso en la frente y salio de la habitación.

Camino todo el corredor, luego subió otra vez las escaleras que la conducían al tercer piso y en la última puerta a la derecha, se encontraba su habitación. Llegó, se recostó y lo primero que sucedió fue que, se quedo sumida en un profundo sueño.

(...)

¿Qué más podía hacer ella que solo abrazar a su hermana y consolarla?

Nada.

Su madre había muerto, fue algo repentino, de la noche a la mañana, cuando se enteraron ni el adiós le pudieron decir, ni un último «te quiero» se pudieron compartir. Nada.

-¿P-Por qué? -dijo Hanabi entre sollozos.

-Tranquila, sé que mamá no nos quiso dejar, pero así son las cosas, pero ella nunca será olvidada, ella siempre estará aquí, -dijo y toco su pecho-, aquí -señalo su cabeza-, siempre en nuestros corazones y recuerdos.

La castaña escondió el rostro en el pecho de su hermana buscando consuelo y ella se lo brindo. No podía llorar, no delante de ella, ella debía ser fuerte por ambas, sino ¿quién lo seria?

-Chicas, vamos -dijo su padre desde lejos.

-No quiero dejar a mamá -repitió Hanabi arrodillándose delante de su tumba.

-No lo haremos, juro que vendremos todos los días y algún día la volveremos a ver -replico la peliazul poniéndose a la altura de su hermana.

Su hermana asintió.

Se pusieron de pie y se dirigieron hacia su padre, el también estaba mal, estaba muerto en vida, consumido, por su esposa, por el trabajo... Por todo.

Tú Me Hipnotizas - #NaruHina #SasuSaku #ShikaTema #NejiTen Y Más [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora