Primer amor 🌻 LuffyIchiji ; One Piece

II. Cliché.

Viernes. Era por seguro su día de la semana favorito, ¿razón? No porque venía el fin de semana, no por salir de la escuela e ir con amigos a dar una vuelta, no; la única razón era: casa sola.

Todos salían de la casa, iban a distintos lugares.

Mientras que Sanji tenía juegos de Fútbol, Reiju salía con sus amigas y sin mencionar que tanto Niji como Yonji se iban a quien sabe donde a pasar toda la tarde del viernes. Sin ellos, ni sus padres –quienes acostumbraban a salir de la ciudad– en casa, el lugar se convertía en un santuario, donde solo el silencio y libros estaban invitados a entrar.

Eso para Ichiji era fantástico. Como un regalo que ya sabías que te lo iban a hacer pero aún así lo esperabas con ansias.

Cuando regreso de sus clases, lo primero que hizo fue darse una buena ducha. Busco la ropa más cómoda que tenía, una camisa sin mangas, unas bermudas y listo. Había demasiado calor en esos días del año, pero claro, estando a nada de salir de vacaciones como no iba a hacer calor.

Encendió el aire acondicionado de su cuarto, tomando asiento sobre un viejo puf color rojo que tenía. Dejando su teléfono de lado, al cual no dejaban de lloverle mensajes del grupo de chat familiar, los cuales no tenía pensado en siquiera ver.

Tomo un libro, que antes de ducharse había dejado sobre la cama. Miró la portada por unos momentos antes de abrirlo, lo hojeo, dándose el placer de respirar aquel aroma que soltaban las páginas nuevas de un libro.

Uno de esos grandes placeres de la vida.

Sonrió de forma muy suave, antes de viajar con sus dedos a la primera página, y empezar con la lectura. Con sus dedos jugando con los bordes de la contraportada de manera lenta, haciéndose cosquillas en la punta de estos.

Al pasar de las horas e ir avanzando entre páginas, el sueño le fue atacando poco a poco. Sin darse cuenta se quedó dormido, con el libro en su regazo.

🌻

El ruido de algo cayendo y gritos de adolescentes lo saco de su profundo y hermoso sueño.
Pues claro, si soñar con que todos desaparecían y saber cocinar igual que Sanji se podía llamar "hermoso".

Se talló los ojos con el dorso de su mano, mientras que con su mano libre limpiaba la baba que se le había salido mientras dormía. Miro por la ventana de su cuarto como el cielo comenzaba a tornarse anaranjado. No sabia cuando tiempo había estado dormido, pero estaba seguro de que no era lo suficientemente tarde como para que sus hermanos comenzaran a llegar.

Otro fuerte ruido llego a sus oídos, esta vez, la puerta siendo azotada. En lo primero que pensó fue en Niji y Yonji.

Estos bastardos llegaron antes de lo imaginado.

Eran los únicos que hacian tanto ruido al estar de regreso. Les gusta hacerse notar, o mas bien les gustaba sacarlo de sus casillas.

Suspiró con pesadez, tomando el libro de sobre sus piernas y levantándose del puf. Era hora de ir a poner orden allá abajo, o aquellos dos seguirían con su escándalo.

Sin molestarse en ponerse zapatos, salio de su cuarto y bajo las escaleras a paso lento, tallando nuevamente su ojo izquierdo, dando a notar que recién había despertado luego de unas horas.