capítulo 6

1.4K 69 9
                                    

No tenía ni una sola gana de pararme de la cama, ayer con Isco llegamos súper tarde y me acosté a dormir más tarde aún porque decidió quedarse a ver una película.

De mala gana me levanté y me quedé viendo a la nada durante unos minutos hasta que estuve totalmente despierta. En eso sonó mi móvil y sin ver el identificador, contesté.

-¿Hola? -me dirigí a la cocina y me serví un vaso de agua.

-Estoy afuera. -reconocí la voz de mi mejor amigo.

-Oh, ya voy. -dejé el vaso en la encimera y abrí la puerta.- Hola, Marquito. -sonreí adormecida. Él me devolvió la sonrisa y le hice paso para que entrara, en lo que lo hizo, cerré la puerta. 

-Me encanta como estás vestida. -fruncí el ceño y miré mi ropa. Andaba con sostén y un short de pijama. 

-Mierda. -me sonrojé y sonreí apenada. Nunca antes él me había visto así.- Iré a cambiarme. -avisé y corrí a mi cuarto, me puse una blusa y me cambié el short por un jetan.- Que pena, de verdad. -dije en lo que llegué a la pequeña sala de estar, donde él se encontraba sentado en un sofá y revisando su móvil.

-No te preocupes. -me sonrió y me senté a su lado. - Tengo planeado algo para hacer hoy ambos.

-¿Ah si? -alcé una ceja. Él asintió con una sonrisa.- Vale, ¿qué tienes planeado? 

-Es sorpresa, ¿vamos? -se levantó y me ofreció su mano, la tomé y salimos de la casa, no sin antes tomar mis cosas y cerrarla. 

Cuando ya estábamos en el coche, Marco puso música y ambos cantábamos, como en los viejos tiempos. 

-Primer destino. -se estacionó y vi al exterior confundida. 

-¿Al parque? -reí y nos bajamos del coche.

Estuvimos caminando por un rato, cuando Marco intentó agarrar mi mano, entrelazó estas y bajé la mirada para verlas juntas y luego volví a subir la mirada para encontrar a Marco mirándome con una sonrisa, no pude evitar devolvérsela. 

-¿Quieres un helado? -ofreció Marco en lo que vimos un coche de helados.

-Claro. -nos acercamos y pedimos los helados. 

Nos sentamos en un banco que daba a una linda vista del parque, donde habían niños jugando y personas caminando a los alrededores. 

-¿No te preocupa que alguien te vea aquí? -le pregunté comiendo mi helado mientras veía a los niños. 

-No, cuando estoy contigo nada me preocupa. -giré a verlo y me encontré con su mirada.- Tienes helado ahí. -señaló la comisura de mi labio y pase el dorso de mi mano para limpiarme. 

-¿Ya? -lo miré interrogante. 

-No...  -se acercó y puso su mano en mi mejilla pasando su pulgar por mis labios, lentamente y sin separar su vista de la mía. Tomé una bocanada de aire para tratar de calmar mis nervios. Nunca había estado en esta posición con Marco. 

-Gracias. -le sonreí levemente. Me devolvió la sonrisa, su atractiva sonrisa. 

Duramos unos segundos viéndonos hasta que él, sin apartar su mano de mi mejilla, se acercó a mí lentamente, sabía cuales eran sus intenciones y no me aparte. 

Cerré los ojos, hasta que sentí sus labios sobre los míos, de nuevo. 

Nuestros labios se movían sincronizadamente, rodeé su cuello con mis brazos y él colocó su mano libre en mi cintura. 

Nos separamos y juntamos nuestras frentes, con la respiración agitada y tratando de recuperar el aire. 

-No me esperaba eso. -admití con una sonrisa de lado. Él acarició mi mejilla con su mano que aun se mantenía ahí. 

-Eres preciosa, Vanessa. -me sonrojé y me di cuenta que aun tenía el helado en mis manos y comenzaba a derretirse. 

-¿Ahora adonde vamos? -nos separamos totalmente y al fin terminé mi helado. 

-A mi casa, debo buscar unas cosas y llevarlas a Valdebebas. -se levantó del banco y fruncí el ceño.

-Pensé que hoy lo tenías libre. -comenzamos a caminar hacia su coche de nuevo. 

-Así es. -no dijimos más nada y él manejo en dirección a su casa.- Iré a buscar algo en mi habitación, ¿puedes ir al patio trasero y buscar mis zapatillas? Están en la mesa de la piscina. -me pidió en lo que entramos a su casa. 

-¿Por qué dejaste tus zapatillas ahí? -lo vi extrañada, él se rascó la nuca algo nervioso. 

-Anda, sin preguntas. -me empujó levemente hacia el patio y luego se fue para arriba. 

-Vale, vale. -puse los ojos en blanco y salí al patio, di un pequeño salto cuando vi a quien tenía al frente.- ¿Nacho? -fruncí el ceño.

-Hola, Vane. -me saludó tranquilamente.

-Pero, ¿qué haces aquí? ¿Marco sabe? -me acerqué a él y solo rió.- ¿Estás loco? ¿Qué te pasa? 

-Ven acá. -tomó mi muñeca y me guió hasta una parte de la casa que no había visto. Era una clase de balcón que tenía vista a toda Madrid y se veía preciosa. Cuando giré a ver a Nacho, ya no estaba pero Marco había aparecido con un ramo de rosas y mi corazón se aceleró. 

-Marco, ¿por qué no me habías dicho de este lugar? -le pregunté tratando de ocultar mis nervios. 

-Nunca tuve la oportunidad. -se acercó y me tomó de las manos, mirándome a los ojos.- Vane, hay algo que quiero decirte. 

-¿Si? 

-No sé desde cuando, creo que fue cuando cumplí 16, me empezaste a gustar con una intensidad increíble, que me terminaste enamorando de pies a cabeza. -no sabía que hacer ni que decirle, nunca había pensado de otra forma sobre Marco, claro que era inevitable que no haber sentido nada durante mi adolescencia, pero cuando finalizamos la secundaria, Marco empezó una relación, al principio era como una relación cualquiera, ambos eran tiernos y a mí me empezaba a caer bien la tía pero después ella comenzó a cambiar y volverse posesiva, celosa y exagerada; supongo que Marco no la aguantó más y cortaron, lastima que mis sentimientos por Marco ya no estaban. 

-No sé que decirte. -sonreí de lado. 

-Te preguntaré algo, Vane... -suspiré nerviosa.- ¿Quieres ser mi novia, Vanessa? -quedé en shock cuando me lo preguntó, nunca me había imaginado que este momento llegaría. Marco estaba ahí parado esperando por mi respuesta. 

La verdad es que tenía un lío en mi cabeza, como dije antes, Marco me gustó pero luego ese sentimiento dejó de florecer, mas hay que admitir que la chispa siempre quedaba ahí. Podía decirle que sí pero la otra parte de mi corazón la tenía otro...

Isco. 

Sí, admito que Isco también me tenía loca.

-Sí. -decidí arriesgarme. Quizás estando con Marco podría olvidar a Isco y enamorarme de Marco.

-¿De verdad? -preguntó ilusionado.

-Claro. -le sonreí. Él dejó las rosas en el barandal del balcón,  me tomo por la cintura y me besó.

//

hello,  mil disculpas por tardarme en publicar :( espero que les haya gustado el cap y los que se vienen habrá war entre el bro y el pisha.

In between // Isco Alarcón, Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora