capítulo 10

1.2K 62 5
                                    

-Bienvenidos, chicos. -Dani abrió la puerta y nos dejó pasar, dejé mi bolso en uno de los sofás y vi que había mucha gente, era una fiesta fiesta.

-No sabía que ibas a invitar a más personas aparte de nosotros. -le dijo Isco extrañado.

-¿Crees que no tengo amigos aparte de vosotros? -dijo Carvajal haciéndose el popular e Isco y yo reímos.

-Me dolió. -respondió Isco llevándose la mano al pecho.

Decidí dejarlos a ellos dos hablar y entrar a la cocina. Ahí estaba Alice, la novia de Álvaro.

-Ciao, bella! -se acercó a mí y me abrazó.

-Hola, Al. -le sonreí. -No sabía que vendrías. -me ofreció un vaso, lo tomé sin preguntar que era, al darle un sorbo, supe que se trataba de una bebida alcoholizada.

-No iba a venir porque mañana tengo una sesión de fotos pero Álvaro me prometió que nos iremos temprano. -explicó y yo asentí. Nos sentamos en unos sofás afuera y empezamos a hablar, Alice siempre ha sido una chica extraordinaria, y se podía hablar de mil temas con ella.

-Iré a por Álvaro. -después de un rato de pura charla junto a ella, se levantó y fue en busca de su novio. Me di cuenta de que llevaba ya dos vasos completos.

En mi camino a la cocina, me encontré a Dani.

-¡Vane! ¿Dónde habías estado? -colocó su brazo alrededor de mi cuello, estaba borracho.

-Con Alice. -llegamos a la cocina, él por su parte agarró una cerveza y yo me volví a servir lo que anteriormente me había dado Alice.

-Vamos a jugar Beer Pong, ¿vienes? -Dani me preguntó. Al ver que Alice y Álvaro ya se habían ido, decidí aceptar.

Caminé detrás de Dani hasta que logramos salir al patio, donde se encontraban la mayoría de los chicos y algunas tías.

-¡Te estuve buscando por todas partes! -Isco se acercó a mí y su aliento a alcohol chocó con mis fosas nasales, reí y lo abrace por la cintura.

-Tú desapareciste.

-¿Serías mi compañera? -preguntó refiriéndose al juego que iba a comenzar.

-Vale. -nos acercamos al otro extremo de la mesa, al frente de Dani y Nacho.

-No puedo creer que estáis jugando Beer Pong. -dijo riendo María, la mujer de Nacho.

- Yo tampoco. -llegó Sergio y se sentó a su lado, poco después llegó Pilar y entre los tres entablaron una conversación.

-Vale, empecemos. -dijo emocionado Dani.

Llevábamos jugando horas, hasta que el pobre de Dani no dio más con el alcohol y decidió parar.

Por otra parte, Isco, Nacho y yo, estábamos borrachos. María algo cansada cogió a Nacho de los hombros y se lo llevó dentro de la casa, dejándonos solos.

-No sabía que eras tan buena jugando Beer Pong. -comenzamos a caminar por el extenso jardín.

-Mis días de adolescente. -respondi riendo. Sabía que no estaba completamente borracha pero si el alcohol había hecho efecto en mí, al igual que Isco.

Cuando nos apartamos de todos, nos sentamos en la grama, estábamos uno al lado del otro, podía sentir su mirada encima de mi rostro mientras yo veía el cielo entrellado.

-Eres preciosa, Vanessa. -sonreí sin verle y luego coloqué mi mirada en él.

-Estás borracho. -coloqué mi cabeza en su hombro, él suspiró.

-Borracho o no, tú sigues siendo preciosa, hermosa, linda, encantadora y todos los halagos que puedan existir. - yo simplemente lo escuchaba.- Desde el primer día que te conocí, cambiaste algo dentro de mí, Vanessa. Nunca me había sentido así por una tía, le diste un giro a mi vida, una razón por la cual despertar cada mañana. -alcé la cabeza conmovida, lo miré a los ojos y él continuó. - Pero cuando Marco te tuvo, supe que ya no había vuelta atrás, no podía quitarle la novia a mi amigo, pero Vanessa, eres irresistible y te juro que jamás te haría daño. -colocó su mano delicadamente en mi mejilla y fue acercándose, mi mirada no se apartó de la suya hasta que cerré los ojos cuando sentí sus labios en los mios.

Él comenzó a inclinar su cuerpo encima del mío hasta que yo quedé recostada en el piso con Isco encima de mí pero no colocando todo su peso en mi cuerpo. Sus besos eran apasionados, tan calientes que me prendieron de una y pude saber que él también cuando en un movimiento sentí su erección.

-No podemos hacer esto aquí. -murmuré al separarme jadeando.

-Ven. -se levantó y me guió hasta el interior de la casa, subimos las escaleras y por suerte nadie nos había visto.

- Isco, ¿estás loco? -pregunté riendo, mientras me llevaba de la mano, buscando una habitación.

- Ya está. -dijo satisfecho al abrir una puerta y ver su interior. Me tomó de la cintura y me ingresó al cuarto, cerró la puerta detrás de él y me besó.

Cuando Isco me recostó en la cama, le quité la camiseta que llevaba, poco después él no resistió y literalmente me arrancó el vestido, dejándome solamente en sujetador; al verme sin nada arriba, en sus ojos se podía notar la lujuria.

-Eres perfecta. -se acercó a mi cuello, dejó un camino de besos hasta el medio de mis pechos, pasó sus manos a mi espalda y sin dificultad, desabrochó el sujetador.

-Creo que me toca a mí. -de alguna forma, quedé encima de él, Isco me veía desde abajo con una sonrisa perversa, esperando mi próximo movimiento.

Toqué su erección por encima del pantalón que cargaba, haciéndolo suspirar cada cuanto.

-Quítalo de una vez. -jadeó. Sonreí orgullosa y le quite el pantalon, junto al boxer.

De un momento a otro, Isco se encontraba otra vez encima de mí y ya deshaciendose de mis bragas.

-¿Lista? -me vio a los ojos cuando colocó su pene en mi entrada. Asentí echando la cabeza para atrás, preparándome para lo que venía.

Lo introdució y suspiré, se sentía muy bien.

-Oh, Dios. -cada vez aumentaba la velocidad de sus movimientos.

-Di mi nombre. -ordenó con notorio tono de agitación.

-Ah, Isco, más..., más rápido. -él me hizo caso y luego de un momento, ambos llegamos al clímax. Él cayó rendido en la cama y me acosté en su agitado pecho.

-Nunca me imaginé esto. -suspiró.

- Yo menos. -respondí.

No sabía si en la mañana me arrepentiria pero sí sabía que ambos estábamos borrachos y que al despertar, quizás no recordariamos nada.

//

admito que nunca había escrito una escena hot, siempre me las saltaba, así que si esta mal, no me juzguen lol.

In between // Isco Alarcón, Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora