In between // Isco Alarcón, Marco Asensio

capítulo 19

El día de la Champions había llegado, como se debe suponer, los chicos están todos nerviosos y emocionados por jugar la final por la que que tanto habían luchado.

Marco y yo estábamos en el hotel, desayunando. Habían algunos chicos comiendo en otras mesas, esta vez decidimos comer nosotros solos.

-Esto me recuerda cuando fuimos para Ibiza. -comenté dándole un trago a mi café.

-Sí, y el drama con la chica de Isco, ¿cómo era que se llamaba? -Marco rió.

-Dubai, ¿cómo puedes olvidar tal nombre? -coloqué la taza de café en la mesa y lo miré, detallando cada rasgo de su cara.

-Creo que una foto te dura más, Vane. -reí esta vez yo.

-Prefiero tenerte en persona que a una foto. -me incliné un poco sobre la mesa y deposité un beso en sus labios.- Te amo.

-Yo te amo más. -me sonrió y luego de eso continuamos hablando y comiendo.

-Marco, dice Zidane que tenemos que estar en el bus a las 18:00. -le avisó Kiko a Marco y este asintió.

-¿Quieres que hagamos algo para matar el tiempo? -ofreció Marco y yo asentí.

Salimos a caminar por los alrededores. Marco me cogió de la mano.

-No tengo la menor idea de a dónde podemos ir. –Marco rió mientras seguíamos caminando sin rumbo.

-Podemos seguir caminando y viendo, sin hacer algo en específico. –dije mientras me encogía de hombros.

Y eso hicimos, como normalmente hacíamos cuando vivíamos en Mallorca, caminar sin destino y hablar de cualquier tema.

Claro que en muchas ocasiones nos pararon para tomarse fotos con Marco, que yo de vez en cuando tenía que tomar.

-Ya son las 17:30 deberíamos ir yendo al hotel. –le avisé a Marco luego de ver la hora en el reloj de mi muñeca.

-Tienes razón. –se giró y se quedó callado unos segundos, luego me volvió a mirar.- No me mates.

-¿Qué pasa? –lo miré preocupada.

-¿Sabes en dónde estamos? –preguntó mordiéndose el labio, con una sonrisa nerviosa.

-¿Me ves cara de saber cada esquina de Cardiff? –le dije alzando una ceja y suspiré mirando a mi alrededor.- No creo que estemos tan lejos. –le dije, tratando de darle ánimos.

-Llevamos caminando desde hace mucho, Vane. Creo que sí podemos estar muy lejos. –sacó su móvil del bolsillo y lo vio.- Y sin señal.

-Podemos pedir un taxi. –recomendé y él asintió.- Te ahogas en un vaso de agua, cariño. –me coloqué cerca de la calle para parar un taxi.

Al parecer estábamos en una parte de la ciudad que no era muy céntrica y los taxis o me ignoraban, o no se dirigían a donde íbamos nosotros.

Después de un rato, Marco se paró al lado mío e intentó parar uno que venía.

-Es un caso perdi... -no terminé de hablar porque el carro se había detenido al lado de nosotros.- Solo porque eres futbolista. –fruncí el ceño. Marco rió y me abrió la puerta para montarme, seguida de él.

Marco dio la dirección del hotel y el taxista, que claramente conocía a Marco, nos llevó.

-¿Se puede saber dónde estabais? –Isco reclamó. Cuando el taxi nos dejó en la entrada del hotel, el bus ya estaba ahí y los jugadores se estaban subiendo.