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-Deséame suerte, mi amor. -Marco me tomaba por la cintura, viéndome a los ojos. Ya habían terminado de calentar, el partido estaba por empezar y yo debía irme a mi lugar en las gradas.
-Muchísima suerte, Marquito. -dejé un beso en sus labios y me separé.
-No dejes de besarme. -me volvió a acercar a él y plantó un beso más largo en mis labios.- Ya sabes, si meto un gol, es para ti. -sonreí y lo abracé.
-Suerte, campeón. -susurré en su oído. De repente, escuchamos a alguien hacer sonar su garganta. Nos separamos y vi de quién se trataba.
-Ya debemos irnos. -pose mi mirada en el dueño de la voz.
-Ya voy. -le respondió simplemente, volviendo hacia mí y dándole la espalda a Isco, como si no estuviera ahí.- Debo irme. -acarició mi mejilla.
-Lo sé. -hice un puchero, de reojo vi como Isco nos miraba, con cara de pocos amigos. Tenía que admitir que la presencia de Isco aquí, me hacía sentir incomoda con Marco.
-Antes de irme, quería decirte que te ves demasiado guapa con esa camiseta. -me dijo. Llevaba la camisa del Real morada.
-Y tú te vas a ver mejor jugando, así que anda ya. -lo empujé hacia los vestuarios, se giró con una sonrisa y me guiñó un ojo, para luego dejar a Isco atrás y entrar a los vestidores.
-Déjame decirte la verdad. -se acercó a mí el malagueño. Isco ya estaba vestido con su kit de visitante, o sea, el negro. Comencé a ponerme nerviosa cuando llegó al frente mío. Acercó su rostro al mío y mi mente ya pensaba en otras cosas.- Te ves demasiado caliente. -susurró en mi oído, provocando escalofríos en todo mi cuerpo.
Se separó y se fue hacia los banquillos, suponía que Isco no había quedado entre el once inicial, ¿me preguntaba si Marco lo hizo?
-Vanessa, debes ir a las gradas. Ya van a empezar a salir los jugadores por el túnel. -la voz de Marcelo me sorprendió. Asentí y me dirigí al lugar que me correspondía.
Luego de que sonó el himno de la UCL, los jugadores fueron colocándose cada uno en su posición hasta que el arbitro pitó, dando inicio al partido.
El Bayern comenzó mejor el juego, adelantándose en el minuto 25 con un gol de Vidal, pero el chileno falló luego un penal a los 45, que hubiera permitido a los alemanes aumentar en el marcador.
Cristiano igualó el partido con un gol a los 47 (que celebre como no tenéis idea), apenas iniciando el segundo tiempo. Esto permitió a los chicos controlar el partido. Después Cristiano, en el minuto 77, marcó el segundo y definitivo que nos dio la victoria.
-¡Enhorabuena! -corrí a abrazar a Marco en lo que lo vi. Me abrazó de manera amarga, y me separé.- ¿Qué te pasa? -le pregunté, tratando de conectar nuestras miradas pero él hacia lo posible para evitarlo.- Marco, ¿qué te pasa? -insistí ya que no me respondía.
