capítulo 12

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(hay que admitir que es super super hot)

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(hay que admitir que es super super hot)

-¿Hay algún jugador? -le pregunté en lo que ambos nos bajábamos del coche y caminábamos hacia la entrada del estadio. 

-No lo sé, no creo. -se encogió de hombros. Entramos al estadio, yo simplemente me dedicaba a seguirle los pasos a Yannick.- Esperame aquí, vuelvo en menos de lo que canta un gallo. - me pidió y yo asentí. Él se fue y me senté en una de las sillas  que estaban ahí.

-¿Puedo ayudarte en algo? -giré mi cabeza hacia donde la voz provenía, se trataba de un señor con notables canas. 

-Oh, no se preocupe. Estoy esperando a alguien. 

-Vale. -y desapareció por el pasillo. Eso había sido algo extraño. 

-Listo. Ya podemos irnos. -Yannick llegó y yo me puse de pie. 

Salimos del estadio y nuevamente nos dirigimos a su coche. 

-¿Qué vamos a hacer? -le preguntó cuando el termina de cerrar la puerta de su lado. 

-¿Quieres ir al cine? -ofreció y yo fruncí el ceño. 

-Al cine, ¿en serio? -reí. Para dos personas que se acababan de conocer, no creía que el cine fuera la mejor idea. 

-Vale, no odio al cine, por favor. -ambos reímos y me miró cuando se detuvo en un  semáforo.- Ya sé a donde te llevaré. -pone el coche en marcha cuando se enciende la luz verde. 

Duramos varios minutos en el coche, hablando y conociéndonos más. Era un tío increíble y me hacía olvidar aunque sea un momento del triángulo amoroso que tenía.

-¿De verdad me haz traído a la piscina? -pregunté irónicamente mientras reía y dejaba mi bolso en la mesa que estaba cerca.

-¿Qué nunca haz estado en una? -encarnó una ceja mientras tomaba por ambos extremos su camisa y luego se la quitaba, dejándome ver su marcado torso.

-Claro, pero no tengo traje de baño ahora misno. -él procedió a quitarse el Jean, quedando sólo en interior.

-Para algo existe la ropa interior. -me guiñó un ojo antes de tirarse a la piscina de un chapuzón.

-No voy a entrar en ropa interior.  -me senté al borde de la piscina, y le respondi cuando el asomó la cabeza por el agua.

-Está sabrosa. -se echó para atrás sin dejar sumergir su cabeza y no rompiendo el contacto visual conmigo.

-No, gracias. Te veo desde aquí. -me quité los zapatos y metí mis pies al agua.

- No seas aburrida. -hizo un puchero alargando la 'a'. Se acercó a mí y tomó mi brazo entre sus mojadas manos.

-Sueltame, Yannick. -advertí viéndolo amenazante, sabía lo que se traía en mente.

-¿No puedo agarrar tu mano? -puso cara triste.

In between // Isco Alarcón, Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora