Capítulo Cinco:"Jerome Valeska".

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La celda era fría, tal y como lo imaginaba, caminé por el lugar mirando cada detalle,me dieron la típica ropa de presa y me llevaron a una sala,no habían mujeres,solo hombres locos y sucios. Caminé hasta una silla alejada de los demás y me senté mirando una revista que había encontrado por allí.
-Eh niña,-levanté mi ceja y baje lentamente la revista,un hombre de cabellos alocados estaba frente a mí- ¿que hace alguien tan pequeña aquí?
-Ya déjala Greenwood,no será tu cena-habló un pelirrojo caminando hacia donde nos encontrábamos, excelente, más personas. Dos hombres le seguían,uno no dejaba de mirar a los lados,parecía nervioso.
-Soy Jerome, ellos son- giró los ojos- dah,da igual quienes sean- rió.
De un momento al otro los demás se alejaron dejándonos a los dos,solos.
-¿Por qué estas aquí?-preguntó.
-Maté a mi madre y a su amante- admití orgullosa.
-¡Yo también! Bueno, solo a mi madre,ya me entiendes- rieron.
<<este chico nos agrada>> escuché una voz.
Pasaron algunos días,los guardias,por alguna razón no me dejaron salir de mi celda por cinco días y la vida allí me estaba aburriendo,necesitaba salir. En la noche,cuando el guarda que vigilaba mi celda comenzó a dormitar estiré mi mano y la metí en todos sus bolsillos.
¡Bingo!
Esperé a que el turno de los guardias y el lugar quedara sin seguridad acabara para introducir la llave y salir sin hacer ruido, el pasillo estaba tan oscuro que me tire al suelo para gatear hacia la salida, abrí lentamente la puerta que daba a otro pasillo y corrí silenciosamente hacia la sala principal, allí pude ver a la lejanía la puerta que daba a otra sala y luego a la salida. Seguí escabulléndome y cuando por fin llegué a la puerta las luces se encendieron.
-Veo que querías escapar- habló un policía, era imposible,me sabia los horarios de cada superior en el edificio.- Mereces un castigo, loca.
Miré un reloj, tres y cincuenta de la mañana,¿tan rápido había pasado el tiempo?
Me guió a una sala, habían algunos doctores con rostros cansados,parece que ese día había contra turno, maldije a mi interior por no imaginarlo. El policía me sentó en una silla y esposo mis manos y pies mientras una doctora colocaba un casco en mi cabeza.
-¿Qué...?-un gritó salio de mi boca al sentir la electricidad recorrer mi cuerpo,era doloroso pero por otra parte era emocionante sentir la adrenalina que producía el momento. Seguí gritando por aproximadamente diez minutos, pero ya no de dolor, si no de emoción. La doctora miraba con los ojos bien abiertos mi actitud.

Gotham Kings ||Jerome Valeska||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora