Dulce instrumento

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Hoy amanecí con el sol pegándome en la cara; como todas las mañanas preparé un lindo desayuno; panqueques, fruta y un poco de jugo de naranja en compañía de mi amado gato

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Hoy amanecí con el sol pegándome en la cara; como todas las mañanas preparé un lindo desayuno; panqueques, fruta y un poco de jugo de naranja en compañía de mi amado gato. Con cautela, tomé el arco y lo deslicé delicadamente en el puente de mi instrumento de trabajo, desentonadamente hizo un falso chillido y sin tomarle tanta importancia decidí seguir con mi arte, arrastrándome con pasión hasta el atardecer. De repente la noche se envolvió en mí, como un vestido de gala que me incita a bailar en la oscuridad.

Danzando sin cesar, me dirigí a aquel lugar... Un recinto ubicado en un bosque de abetos y arces, un sitio ideal para dejar descansar en paz mi arduo trabajo. Bajando el empedrado lo tomé del mango; para ser más exactos lo tomé del cuello, realicé pizzicatos hasta que no resistió más y mi fiel arco le reventó las tripas con un trémolo feroz. Mi amado gato descansa en paz ahora. En cuanto a mí, desdichada en el camino de regreso a casa, me encontré con otro minino. Esta noche tocaremos con mi fiel arco.

Sin RemitenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora