"De ilusiones se abriga el amor, mientras la razón desviste los sentimientos y somete al frío intenso de la cordura" (Franny Marte)
Cuando el reloj dio las 6:00 de la tarde Owens entro a mi habitación y dejo a un lado de mi cuerpo brutalmente dormido después de semejante paliza un vestido negro y unos zapatos plateados muy altos, me movió un poco para que despertara y me dijo
-Debes ponerte lo que acabo de traer y salir al bar, dirígete al bar tender y pídele lo que quieras tomar él te servirá y mientras bebes tu trago esperaras a que un cliente solicite tu compañía, solo... solo haz lo que te pidan- al decir esas palabras salió y no lo volví a ver por un buen rato
Tome un baño rápidamente y me puse el vestido, era muy corto, me quedaba muy por encima de las rodillas, era entallado y tenía un pronunciado escote que seguramente incitaría pensamientos impuros en los hombres, deje mi cabello suelto para cubrir las marcas de los azotes que en la mañana había recibido, en el peinador había artículos de belleza pero decidí no maquillarme, tenía un toque de inocencia combinado con picardía, me puse los tacones y salí al bar para dirigirme a la barra
-Una limonada virgen por favor
-Sería lo único virgen de por aquí- me respondió el encargado de las bebidas en tono de burla mientras limpiaba un vaso de cristal con un pequeño limpiador blanco, al escucharlo me sonroje y le dije
-Entonces dame lo que te venga en gana- el chico sonrío y me dio un vaso con un liquido entre gris y transparente con el fondo azul, no sabía lo que era pero tenía un sabor agradable y a la vez embriagante, me recargue en la barra sosteniendo en una mano el vaso y tirando de mi vestido hacia abajo con la otra para que no luciera tan corto, no pasaron ni 10 minutos para cuando llegó un hombre horrible hasta mí, era gordo, anciano, sin dientes, ni siquiera traía placa dental, me miro y me dijo
-Muy bien nena, vamos, llévame a tu adorable dormitorio, te enseñaré algunas cositas
-Lo siento, no trabajo aquí- le dije y lo volteé la cara
-¿A sí? Ya veremos- Sonó amenazante y caminó rápidamente a la oficina de Julie, giré de nuevo a ver al bar tender con los ojos en blanco y dos minutos después ella ya estaba a un lado de mí
-¿Quién te crees? Pensé que ya estábamos claras en este asunto, eres una cualquiera más de este lugar, ve y atiende al señor Smith en este momento
Estaba esperando una bofetada como ya era costumbre en esa mujer pero no lo hizo, caminé hacia mi habitación pensando en poner algún pretexto, quizá que me sentía mal, que me dolía la cabeza o algo semejante. Cuando abrí la puerta me sorprendió ver que ese hombre ya estaba sobre mi cama, sentí mucha repugnancia, no traía puesta la camisa, su piel era tan floja que colgaba hacia abajo, era ridículo que a su avanzada edad aún pensara en sexo, seguramente ya no podría mantener ni una sola erección
-Mira- me dijo señalando un frasco de viagra -la señorita que no trabaja aquí pasará un muy buen rato conmigo- soltó una carcajada, abrió el frasco y tomó un puño de cerca de seis pastillas azules con una copa de champagne, se dirigió a mí y me tomó del brazo yo intenté soltarme pero era fuerte, me jaló hacia él y me dio un baboso beso, su aliento era como el olor de los hospitales, sentía mucho asco, comencé a jalonearme para alejarme de él hasta que uno de mis pies se volteo por los tacones y él logro tomarme por completo entre sus brazos presionando los míos a mi cuerpo, siguió besándome el cuello y cuando tuve oportunidad mordí con fuerza su oído para que se alejara, me soltó y las lagrimas rodaron por mis mejillas, giró a verme con cierta furia.
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Jiolette
Romance-contenido adulto- ¿Alguna vez has sentido la traición de la persona en quien confiabas? ¿Que harías si te dieras cuenta que tu verdugo es la persona que despierta sentimientos en ti? ¿Has escuchado hablar del síndrome de estocolmo? ¿Conoces las eta...