Es difícil fijar claramente tus sentimientos hacia alguien cuando esa persona tiene repentinos cambios de humor contigo, estoy hablando de Owens; es difícil saber si lo odio, lo amo, le guardo rencor o simplemente estoy agradecida por los buenos actos que ha tenido conmigo. Es una confusión inmensa que quita el sueño y desaparece el apetito, que invade la mente y confunde la razón.
La tarde se fue en apenas unos cuantos minutos de sueño, el dolor y la inflamación en mi espalda no me dejaban permanecer acostada, sentada o en pie, simplemente era imposible durar más de 30 minutos en una sola postura. Como un acto de compasión hacia mi decidieron darme dos días de descanso para reponerme, durante ese tiempo mi vida se fue mientras yo caminaba de la habitación al comedor y del comedor a la habitación, ida y vuelta sin más que hacer, Owens me hizo algunas visitas ocacionales para llevarme sus estúpidas pastillas que por supuesto no tomé, aunque el dolor era intenso y solo en pequeños momentos cesaba preferí aguantar y seguir desechando las píldoras.
Habiéndose pasado mis dos días de reposo pensaba en Ian ¿volvería a buscarme? ¿Estaría pensando una manera de verme otra vez? ¿Qué diría cuando viera la paliza que me pusieron? Mis planes eran volver a verlo. Es difícil saber si el universo conspiró en mi contra o a favor; cuando estábamos desayunando se escuchaba una discusión tras la puerta, algunas chicas intentaron levantarse para ver de qué se trataba pero Julie se los prohibió, minutos después entraron Owens y Teodoro al comedor, indicaron a Julie que saliera un momento para explicarle lo ocurrido y que después ella pudiera decírnoslo a nosotras
-Bueno chicas acaba de ocurrir algo ahí afuera- señaló al bar con su dedo índice, nosotras permanecimos sentadas y en silencio- Teodoro tiene algunos problemas con las autoridades de Las Vegas así que al parecer el bar cerrará por unos días o quizá semanas
-Y ¿Qué pasará con nosotras?- interrumpió una de las jóvenes, fue justo en este momento cuando noté que sentada al otro lado de la mesa había una chica con los mismos síntomas que Margot, recuerdo que ella parecía estar siempre alucinada, ida, un tanto inconsciente, ya no pude quitar la mirada de la chica, seguramente estarían drogándola igual que como hicieron con Margot y conmigo
-Permanecerán aquí, no se les pagarán esos días pero tampoco les faltará nada
-¿Podemos salir?- pregunté
-¿Tú?- me señaló –Por supuesto que no- carcajeó, comprendí que era porque desconfiaban de mí así que no insistí en averiguar razones –Pueden irse- cuando estuve junto a la puerta a punto de salir Julie me palmeó la espalda haciéndome por instinto doblar el cuerpo hacia un lado para alejarme un poco del rose de sus manos con mi herida espalda –Jiolette necesito que vayas a mi oficina en este momento, sígueme
Cuando entramos a su oficina Owens estaba dentro sentado en una silla con una bolsa femenina sobre sus piernas
-Julie ¡NO!, te dije que lo hicieras con otra de las chicas Jiolette aun no se repone y no sabremos si los resultados serán puros o intervenga su estado de salud
-Y yo ya te dije- respondió Julie –que no voy a arriesgar a mis chicas que SI están aquí por su voluntad y que NO causan problemas- me miraba con desprecio –siéntate
Use la silla posterior a Owens sin decir nada, no entendía de que hablaban
-Trae a otra de las chicas Julie- sus palabras sonaban como si fuese una orden
-Muchachito imberbe tu no me dices que hacer, dame la bolsa y cierra la estúpida boca, no quieres que tu padre sepa que otra vez estas protegiendo a esta-me dirigió la mirada -¿o sí?- Owens le dio la bolsa y torció los ojos a un lado en señal de descontento, no pude dejar de observar sus movimientos, Julie abrió el cierre y sacó un pequeño estuche que contenía jeringas muy similares a las que me hicieron traer el primer día que pise este bar, sacó una y la sacudió un poco para hacer fluir por el cilindro los pequeños grumos que se hacían –Pon el brazo sobre el escritorio- me indicó
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Jiolette
Romantik-contenido adulto- ¿Alguna vez has sentido la traición de la persona en quien confiabas? ¿Que harías si te dieras cuenta que tu verdugo es la persona que despierta sentimientos en ti? ¿Has escuchado hablar del síndrome de estocolmo? ¿Conoces las eta...