Capítulo XV "Vida normal"

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La clave de tu futuro está escondida en tu vida diaria. Pierre Bonnard

Al despertar, todo giraba a mi alrededor, al intentar ponerme en pie el piso parecía moverse, una extraña debilidad recorría mi cuerpo y sin razón aparente comencé a sudar, caminé tambaleándome hasta el baño y abrí la regadera para darme una ducha, me introduje en el agua, aun sin quitar mi ropa el agua fresca corría por mi cuello y las pupilas comenzaron a dilatarse, me senté en el suelo y el agua de la regadera seguía cayendo sobre mi piel, en cuestión de repetidos parpadeos todo se tornó obscuro y al abrir nuevamente los ojos ya estaba recostada en la cama, Owens estaba sentado en el sillón próximo al buró de la recamara, tenía la frente recargada en su brazo ligeramente colocado sobre el respaldo

-¡Despertaste!- parecía darle gusto

-¿Qué paso?

Se puso en pie y caminó hasta mí, se sentó a un lado y acariciaba con ternura uno de mis brazos

-Pensé que no despertarías, tenía miedo de que no lo hicieras

-¿Qué me paso?

-No lo sé- me abrazó tan fuerte que sus palabras parecían sinceras, respondí su abrazo y le dije

-Por favor no me dejes, no tú- cerré los ojos y me refugie en su rígido pecho, me presionó aún más fuerte contra su cuerpo

-Hoy aremos algo especial, te daré el día libre y saldremos, solos tú y yo ¿qué te parece?

-Julie me matará- le dije en voz baja, aún me sentía débil y algo mareada

-Pues que nos mate juntos- me sonrió -Yo hablaré con ella, no tienes de que preocuparte- su comentario era justo lo que yo necesitaba, necesitaba saber que alguien en verdad quería estar cerca de mi por simple compañía y no por usar mi cuerpo, acaricié su rostro, lentamente se acercó a mi hasta darme un ligero y corto beso en la frente. Me soltó y salió de la habitación gritando desde el pasillo, prepárate porque en una hora regresaré por ti.

Entusiasmada me puse en pie y me di un baño, utilicé unos jeans deslavados de mezclilla, una blusa negra con unos converse del mismo color, dejé mi cabello suelto sostenido hacia atrás con una diadema y puse un poco de rímel en mis pestañas, el tatuaje que habían hecho en mi espalda comenzaba a desprender la piel muerta y era incomodo cuando la ropa me rosaba. Justo al terminar de maquillarme Owens cruzó la puerta, traía consigo una charola de comida, eran huevos fritos, un café, un poco de melón picado en pequeños cuadros y como postre extra: dos pastillas a un lado

-¿Para qué son las pastillas? Ya me siento mejor

-Sabes que tu trabajo es complicado y no es momento de quedar embarazada, la pastilla de la derecha evitará que eso suceda, la de la izquierda es para calmarte un poco por lo de esta mañana, tómalas por favor

-No, yo... no lo haré- negué con la cabeza

-Por favor, hazlo por mí- guiñó un ojo, tomé ambas pastillas y las acompañé con un sorbo de café -Come un poco, lo necesitarás- indicó que me sentara en la cama y colocó la charola en mis piernas -Luces hermosa- me sonrojé y comencé a comer, cuando terminé hasta la última migaja me tomó de la mano y caminamos a la salida, la felicidad en mí iluminaba mi rostro, de pronto esa felicidad se vio pausada cuando nos topamos en la puerta a Jhon y otro hombre que traían consigo una chica, parecía estar desmayada, su cuerpo estaba completamente suelto, mantenía la cabeza agachada hacia el frente sin intentos de levantarla, la sostenían de los brazos mientras los pies le arrastraban, se dirigieron con ella a los dormitorios. Conforme avanzaban y quedaban a nuestras espaldas giraba a verla, por un momento me quedé inmóvil, todo para mi estaba ocurriendo en cámara lenta, era como si fuera yo a quien llevaban, claramente era alguna desafortunada chica que comenzaría a trabajar en el bar

JioletteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora