— ¡DANIELA! — gritaron por tercera vez.
— Ya voy, ya voy.
— ¿Por que tardas tanto?
— Porque estaba tratando de...
— No, ya. Olvídalo. Lávate para que te sientes a comer.
Dany se quitó los guantes llenos de lodo y tierra y se lavó las manos y la cara. Odiaba tener que ayudar en el trabajo de jardinería. En cuanto se acercaba a una flor, su piel se enrojecía y empezaba a picarle terriblemente. Se unto algo de pomada y luego se sentó a la mesa.
— ¿Que tal las petunias?
— Floreciendo. — respondió Dany sirviéndose un poco de verdura.
— ¿Y los girasoles?
— Creciendo.
— ¿Podaste el árbol de la entrada, verdad?
Dany miró su pantalón. Era el que había roto al llegar a Manchester el día de... la muerte de Demian. Y ahora estaba roto del otro lado por haberse caído del mentado árbol.
— Si, lo hice.
— Bien. Por la tarde estaría bien que fueras a alimentar a los caballos, sabes dónde está todo, y después ayudarás a tu abuelo a recibir a los proveedores que vendrán a recoger las cajas de vino y los barriles. El tiene todo inventariado, solo tienes que entregarlo.
— Si, perfecto.
Dany comía y tragaba rápido. También odiaba la hora de la comida.
— ¿Sabes algo, Daniela? Te recordaba diferente. Parlanchina y enfadosa. No dejabas de molestar. Pero ahora apenas hablas...
— Aja.
Beatriz Mendoza no era la abuela más cariñosa del mundo, jamás lo había sido, pero incluso ella notaba que Dany no era la misma chica que era hacia unos años. Era una niña cuando Frida, su esposo y sus hijas se habían ido de la Hacienda, tal vez la chica solo había madurado.
Se sorprendió mucho cuando la vio parada frente a su puerta aquella tarde.
"Puedo ayudarte en lo que sea, solo... solo déjame estar aquí. No como nieta si no lo quieres, puedo ser... no sé, parte del servicio, una de las peonas del campo, lo que sea. Y será solo un tiempo, te lo prometo."
Bueno, ella se había ofrecido. Parecía más delgada que cuando había llegado, pero no era su culpa, Daniela apenas si tocaba su comida. Comía poco, deprisa y luego se iba a hacer algo. A limpiar la cocina, a separar uvas, a arreglar su habitación, a cocinar, a cepillar a los caballos... cualquier cosa, pero rara vez se sentaba. A veces, Beatriz la había visto caminar o cabalgar por lo viñedos con la mirada perdida en el horizonte. Al verla, no podía imaginarse lo mal que lo había pasado en Inglaterra como para querer volver a España después de todo.
** **
Dany se sentó en una rama de uno de los árboles más altos de la Hacienda. Se acerco sigilosa al nido que contemplaba todos los días al atardecer y se aseguró de que los huevos estuvieran en buen estado. Escuchó a alguien trepar y sentarse a su lado, pero no le presto atención hasta que hablo.
— Otra vez haciéndola de la mamá de los pollitos. — dijo el con su marcado acento español.
— Solo me aseguró que estén bien, Fernando.
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Don't Let Me Go
Fanfiction"Nada fija algo más interesante en la memoria, que el deseo de olvidarlo..." Tiempo, distancia, nuevas personas, nuevos labios... hay cosas que pueden ayudar a olvidar, pero sacar a alguien de tu mente es fácil. Sacarlo de tu corazón, bueno... es ot...