Don't Let Me Go

Time Out

¿Era normal que estando a días de su boda discutiera de esa manera con Fernando? Parecía cosa de todos los días. Estaba conociendo realmente su mal humor y eso la hacía dudar cada vez más. Pero luego volvía a ser el Fernando cariñoso y comprensivo que la convencía de que se dejaba llevar por los nervios de la boda.

— ¿Ya pensaste a quien invitarás, amor?

Dany no quería invitar a nadie.

— A mis padres, a Vanessa a Leticia.

Fernando rió.

— Bueno, pero de tus amigos, o conocidos.

— Mis mejores amigas están en Alemania, mi mejor amigo está muerto.

"Y a mis otros amigos y amigas, ni loca los invitaría."

— Lo siento...

— Olvídalo. No lo sabias...

Fernando no sabía algo tan básico en ella como eso. Cómo quienes eran sus amigos... no sabía prácticamente nada de ella y eso, estando a unos cuantos días de casarse, no debería ser normal.

— Dany, ¿Sabes lo feliz que me hace pensar que dentro de una semana esteremos casados? Tomando un avión a Paris.

Dany esbozó media sonrisa. Paris. No quería ir a Paris. No con él. Su primer viaje a Francia tendría que haber sido con alguien más .

— Si, yo igual. — mintió.

Fernando lo notó y su expresión cambio.

— Otra vez...

— ¿Qué?

— Daniela, ¡YA! Deja de hacer eso.

— ¿Hacer qué?

— De hablarme así. Así cómo haciéndome sentir mal.

— No hago eso.

— ¡Claro que si! Esa voz... aaggh, como si fuera más bien un castigo para ti estar conmigo.

"Tal vez lo sea..." pensó Dany.

— Sabes que no es así. Tu dices que te dejas llevar por los nervios... también yo Fernando, comprende un poco lo que estoy sintiendo.

— ¡Es que no se qué sientas!

— ¡Estoy nerviosa! ¡Es todo!

— No me amas.

— ¿De nuevo esa discusión?

Dany puso los ojos en blanco. Era lo mismo que le decía todos los días, se ponía en ese plan y ella terminaba consolándolo, asegurándole que lo amaba y prácticamente pidiéndole perdón. Por algo tan estupido...

— Si. De nuevo hasta que no me hagas dudar de todo. ¿Cómo esperas que seamos felices si...?

— ¡¿CÓMO LO ESPERAS TU SI TE PONES EN ESE PLAN TODO EL TIEMPO?

— No me grites, Daniela.

— ¡ES QUE ESTOY HARTANDOME!

— Estás hartándote. De mi. ¿Verdad?

Dany se pasó una mano por la cara con rabia.

— ¿Sabes algo? Yo ya no soy responsable de lo que pienses.

Dany quiso alejarse de Fernando, pero el la detuvo del brazo.

—No. SI lo eres. De todo lo que me haces pensar.

— MADURA POR DIOS. Tú sabrás cómo quieres interpretar lo que yo diga o haga, no es mi culpa que seas tan inseguro. DEJA-DE-CHANTAJEARME.

Fernando levantó una mano y Dany se cubrió instintivamente. No la golpeó, pero el siempre gesto la aterró. Fernando la liberó y ella se alejó de él corriendo.