You're hell wrong

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Cuando por fin Beatriz abrió la puerta de la habitación de Dany, Leticia la abrazó con fuerza.

— ¿Que está pasando? ¿Que...?

No hacía falta preguntar más.

— No...

Desde el enorme ventanal, Dany pudo ver lo que se suponían que eran los viñedos, pero lo único que divisó fue una manta de fuego enorme sobre ellos. Se llevó la mano a la boca y quedó en shock un instante. Instante en el que Leticia le dijo algo que no entendió, vio a Beatriz bajar las escaleras corriendo y sintió que alguien la jalaba del brazo.

Con la respiración entrecortada, Dany bajo las escaleras y a la entrada de la casa se encontró con que Fernando y algunas de las chicas de la limpieza estaban en una de las camionetas de la Hacienda, listos para abandonar el lugar.

Dany escucho muy lejos a Ricardo decir algo así como "¡Tráiganla, rápido!" , siendo que el estaba ahí a unos cuantos pasos, pero no volvió a la realidad hasta que vio la cara de Ricardo demasiado cerca de la suya.

— ¡Dany! ¿Estás bien?

— Los niños...

— ¿Qué?

Dany se soltó de Leticia, arrebatándole el paño húmedo con el que se cubría la boca y la nariz y fue corriendo hasta los encendidos viñedos.

— ¡¡DANIELAAA!! ¡Ricardo! ¡Ricardo detenla!. — rogó Leticia.

** **

El fuego alcanzaba una altitud increíble, el humo le lastimaba los ojos y el calor del fuego le lastimaba los pies. Pero no podía dejarlos ahí...

Diviso la pequeña casa que comenzaba a consumirse y deseó con todas sus fuerzas que no fuera demasiado tarde.

— ¡CLARA!

Dany escuchaba los llantos de los niños y trató de abrir la puerta, pero no lo consiguió, estaba atorada con algo.

— ¡CLARA! ¡CLARA!

— ¡DANY!

— ¡Aléjense de la puerta! ¡Trataré de sacarlos!

Dany buscó alrededor y lo único que vio fue una especie de cuña con la que los peones cortaban la hierba de los sembradíos...

Con ella comenzó a golpear la puerta hasta que logró separarla un poco y con todas las fuerzas que reunió la empujó hasta que hizo un espacio suficiente para que alguien cupiera por ahí.

— ¡Clara! ¿Me escuchas?

— Dany. — Clara lloraba, los niños lloraban.

— ¡Necesito que salgan! ¡Vamos te ayudaré!


Dany sintió una manita haciéndose a su mano y sacó con algo de dificultad al niño más pequeño... luego a otro. No era fácil, pero tenía que ayudarles a salir de ahí.

— ¡Clara! ¡Clara, salgan!

— Dany... mi abuela... mi mamá...

Los cuatro niños ya estaban afuera, estaban asustados y seguían llorando. Dany se acercó a los dos más grandes.

— Ustedes conocen esta Hacienda. Lo sé. Vayan a la casa, Fernando tiene que estar ahí, yo sacaré a Clara, a su abuela y a su madre, ¿Está bien? Corran y salgan de aquí. No regresen por nada del mundo.

Uno de ellos, Omar. Asintió tomando a uno de sus hermanitos sobre su espalda, el otro lo imitó y se alejaron corriendo entre los lamentos que aún se escuchaban de Clara en el interior.

Don't Let Me GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora