Don't Let Me Go

It's done. I'm done.

Elegir un vestido, hacer pruebas de peinado y maquillaje, ir a elegir un pastel y todas esas cosas era exhaustivo. Dany veía en el calendario cómo pasaba el tiempo de rápido. Una semana atrás jamás se hubiera imaginado la vuelta que su vida daría. Vanessa y Dany habían ido a Barcelona a comprar el vestido de Dany, su hermana había decidido quedarse con ella y Dany se lo agradecía enormemente.

El que habían elegido era sencillo, pero elegante. Algo que Dany encontrara más bien cómodo.
Tampoco quería un escándalo de vestido.

Vanessa le había hecho una lista de diseñadores, temporadas, colores, texturas y otras mil cosas que a Dany realmente no le importaron al elegir. No había gastado más de lo necesario, de hecho, el vestido de Vanessa fue más caro.

Por más que lo veía colgado en su armario, no se hacía a la idea de tener que usarlo...

— Preciosa.

Fernando entró en la habitación y Dany cerró el armario de golpe.

— Hola.

— ¿Qué escondes ahí?

— Mi vestido. No quiero que lo veas hasta el día de... de la boda.

Fernando sonrió y enrolló el cabello de Dany en su mano, acercándola a él para besarla. Dany no había reparado en que Fernando había cerrado la puerta con seguro hasta que sintió sus manos desabotonando su blusa.

— Hey... Fer... no, espera.

—Dany , ¿Qué más da? Nos vamos a casar , ¿No? Será algo que haremos a diario...

— ¿Diario?

Fernando sonrió. Interpretó la expresión de Dany como "iWow! Diario..." cuando realmente fue un   "¿Es en serio? ¿Será diario? "

—Exacto. Fernando, no tenemos que adelantar las cosas.

— Te deseo, Dany. Mucho.

— Sí, bueno... pero puedes esperar un poco más , ¿Cierto?

— No lo sé.

Fernando seguía besándola, acariciándola, pero ella no se sentía cómoda.

— De verdad, tendrás que hacerlo...

Fernando se detuvo. Pero su mirada fue tan... fuerte, que Dany hubiera preferido que siguiera besándola.

-Por favor. Sólo un par de semanas y unos días más.

Él relajó el gesto y besó la frente de Dany.

— ¿Eres virgen, Dany?

Ella sintió su corazón dar un vuelco con la pregunta. Podía mentir, pero en algún momento Fernando se daría cuenta.

— No. Fernando dejó escapar un suspiro.

— Bueno, tampoco esperaba que lo fueras. Eres preciosa, exquisita. Cualquiera moriría por estar... dentro de ti. Yo, por ejemplo.

—Fernando...

— Dany . ¿Por qué no quieres acostarte conmigo? ¿No te gusto?

— Mucho. Pero no sé, no siento que sea el momento.

— ¿Quieres esperar hasta el matrimonio? Porque en ese caso, antes no lo pensaste...

— ¿Estás juzgándome?

— No, Dany, pero...

— No, no hay "peros", Fernando. Si, no soy virgen, pero eso no te da derecho a presionarme para acostarme contigo.