It was you

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Dany y Fernando estuvieron platicando tranquilamente mientras hicieron sus labores del día, juntos. Al caer la noche, se encontraron con Ricardo y un par de trabajadores más.

— Cenaremos en el campo, en el espacio que está cerca de las caballerizas, es el cumpleaños de Esteban. — dijo palmeando a uno de los hombres que iban con el. — Matamos uno de los becerros para asarlo y está más que listo para comerse.

Dany no se sintió segura de querer probar la carne después de esa información, pero prometieron que irían en cuanto terminaran de atar montones de leña.

— ¡No tarden entonces! — dijo Ricardo despidiéndose. — Hijo, cuida de la señorita.

— A eso me dedico, papá. — dijo Fernando haciendo un saludo militar y sonriendo ampliamente. Su sonrisa era contagiosa, o al menos Dany sonrió al verlo sonreír.

Dany se reprendió a si misma por esto y se dedicó a amarrar con fuerza el montón de leña que sostenía con su pie.

— Ok, chica ruda. Continuaremos mañana con esto. De noche te puede salir un alacrán entre la leña y no verlo, es peligroso, así que mañana con la luz del sol será mejor. Hiciste un buen trabajo.

— Gracias, jefe. — bromeó Dany bajándose las mangas de la blusa y sacudiéndose el pantalón.

— No es un cumplido. — dijo Fernando tomando una uva entre sus labios.

— Da igual. ¿De dónde sacas uvas todo el tiempo?

— Ammm, estamos en un viñedo, ¿Será por eso?

Dany puso los ojos en blanco.

— Toma. — Le ofreció Fernando de una bolsita. — Siempre cargo mis provisiones.

Dany hizo que iba a tomar una uva y Fernando cerró la bolsa antes de que ella metiera su mano.

— MIS provisiones, chiquilla.

— Osh...

Fernando rio.

— Sólo bromeaba. Toma todas las que quieras.

— No, ya no quiero nada.

— Anda, toma una.

Dany tomo una uva, pero no se la comió. Se la lanzó a Fernando en la cara.

— Uuuuuh, ¿Quieres jugar entonces?

— No contigo.

Fernando se levantó y cargo a Dany por las piernas.

— ¡¿Que te pasa?! ¡Bájame!

— Has sido muy grosera, Dany.

— Fernando, ya.

Dany no sabía a dónde la llevaba, solo veía el suelo y se agarraba de la camisa de Fernando.

— Mira niña, si tú idea es quitarme la camisa, hubieras empezado por ahí... no tenías que complicarlo tanto.

Dany casi pudo escuchar su sonrisa burlona.

— BA-JA-ME.

— Ok.

— ¡AAAAH!

Fernando la soltó sobre un montón de paja. Dany trato de levantarse, pero el se interpuso, poniendo una mano sobre su hombro y agachándose sobre ella. Sonriendo, como siempre.

Don't Let Me GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora