Don't Let Me Go

Selfish

— ¡Fue tu culpa, principalmente!

— ¿Mi culpa? ¡Yo no te pedí que la trataras de esa manera o si?

— ¡Si no te hubieras largado así nada más!

— ¡YA LOUIS! No volverá a pasar, no te preocupes.

El tono en el que Harry aseguró eso, hizo que Louis bajara la guardia.

Lo estaba culpando de su ruptura con Eleanor cuando tal vez él y el resto de los chicos eran culpables de la suya con Daniela. Pero Harry no les había dicho nada. Simplemente volvió justo de la misma manera en que se había ido: sin decir absolutamente nada.

Tenían programada la gira (que pospusieron durante la ausencia de Harry) para dentro de una semana. No podían ir con tantos problemas revoloteando en sus cabezas. Empezarían en America, recorrerían el continente prácticamente de punta a punta para continuar en Asia, pasarían por Australia, luego algunos países de Africa para terminar en Europa, empezando en Alemania, pasando por Italia, Francia, Rusia y otros (España entre ellos) para terminar en Inglaterra.

Sería la más importante que hubieran hecho nunca y Harry tenía la esperanza de que entre tanta ocupación, su cerebro se alejara de Daniela Tyler de
una vez por todas.

** **

— ¡Bien! Fernando, en menos de 8 Dias has avanzado bastante. Definitivamente debimos hacer esto antes.

Dany ahora pasaba las tardes con Fernando enseñándolo a tocar el piano, desde leer partituras hasta acostumbrar a sus toscos dedos a crear dulces melodías. Él al principio lo encontraba aburrido, pero ahora disfrutaba mucho sus clases y principalmente disfrutaba la sonrisa de Dany cuando hacía algo bien.

— Daniela.

Dany giró y vio a su abuelo apoyado en el marco de la puerta.

— Abuelo. Hola... ¿Qué pasa?

— Ven un momento.

Don Antonio giró y caminó alejándose por el pasillo.

— Ahora vuelvo. — avisó a Fernando.

Caminó a donde Don Antonio, al final del pasillo en el balcón. Él estaba apoyado mirando hacia los viñedos y Dany se paró a su lado, algo temerosa. Siempre le había tenido cierto miedo a su abuelo y trataba de mantener distancia.

— ¿Pasa algo?

— ¿Desde cuando lo sabes?

— ¿Saber qué?

— Que tú no eres hija de Frida.

A Dany se le encogió el corazón.

— Fue... poco antes de venir aquí.

— ¿Por qué volviste entonces?

La sangre de Dany de repente se heló.

— Yo... sólo quería irme de Manchester, pero si lo que quieres es que me vaya, lo haré.

— Nunca dije eso, Daniela.

Ella hizo una seca cabezada.

— Giorgio acaba de instalarse aquí en Castilla. Compró una casa cerca de aquí. ¿Lo sabías?

— Ammm, no. No lo sabía.

— Hemos hablado mucho de negocios. Pero no me fío de él.

Entre todas las cosas extrañas que Dany había vivido, esa era por mucho la más extraña de todas. ¿Estaba hablando con su abuelo? ¿Sin reclamos, regaños ni lágrimas? No recordaba la última vez que eso había pasado, porque jamás había sucedido antes.