The man of my life

618 37 7
                                    

Dany veia su sortija. Era sencilla, pero muy bonita. Habia aprovechado que Fernando tenía que salir para estar sola un momento.

— ¿Era tarde para decir "mejor no"?

** **

Después del desayuno, cuando sus padres, Vanessa, Beatriz (y ese día hasta Ricardo) y Dany terminaron y Leticia hubo recogido los platos, Fernando pidio la palabra de una manera especial. Todos lo escucharon demasiado atentos, pero se estaba dirigiendo particularmente a Dany.

Sé que... entre todo esto que ha pasado en la familia Mendoza, tal vez no sea el mejor momento para hacerlo, pero... quisiera que todos aquí supieran... que siento un amor enorme por Daniela. — Dany se sonrojo como nunca en este punto, pero Fernando continuo. — Yo... yo conozco a tu familia desde antes de que nacieras y por el respeto que tengo hacia tus padres, y hacia Don Antonio, a quien veo en Frida, yo... quisiera aprovechar que ellos están aquí para hacerte una petición muy especial, Dany.

Fernando sacó una pequeña caja de su bolsillo. Dany se llevó una mano a la boca, igual que Frida. Vanessa negó con la cabeza y Hugh abrió mucho los ojos. La sonrisa de Beatriz era un tanto malévola, pero nadie la notó.

Fernando hizo todo exactamente como debería hacerse. Se inclinó sobre su rodilla y la miró directo a los ojos.

— Dany. Tú llegaste aquí para empezar una nueva vida, y dicen que el mejor momento para empezar de nuevo es después de perderlo todo. Ambos perdimos mucho con la muerte de Don Antonio y el incidente de los viñedos, pero si tú así lo quieres, podemos empezar ese nuevo camino. Juntos. De manera que nada ni nadie pueda separarnos ni robar nuestra tranquilidad. Yo quiero pedirte... que me hagas el honor de ser mi esposa.

Dany no podía hablar, estaba en shock.

Al menos Fernando tenía razón en algo: había ido a España con la esperanza de comenzar de nuevo y estaba en un punto en el que cualquier decisión era importante para sus nuevos planes. ¿Casarse? No era uno de ellos. Como tampoco lo era que su abuelo muriera, que los viñedos se consumieran, que Clara estuviera en un orfanato... y sin embargo tenía que encarar todo eso. ¿Sola? No, no era lo suficientemente fuerte. Frida, Hugh y Vanessa se irían en un par de días. ¿Qué le quedaría entonces? Solamente Beatriz y la presión enorme de restaurar las tierras, de soportar a Bertolini que no quitaba el dedo del renglón y hasta de seguir luchando contra ella misma y sus propios recuerdos que solo la auto destruían.

Una boda.

Nunca se vio casada realmente. Intercambió una mirada con su familia. Frida tenía los ojos llorosos, Vanessa parecía querer gritarle algo y Hugh sólo se encogió de hombros.

— Sé lo que debes estar pensando. Eres muy joven, pero... ¿No es eso mejor? Nos dará más tiempo para estar juntos y... sé que será para siempre, Dany. No podría fallarte nunca. Lo que siento por ti es real, es enorme... no podría dejarte ir jamás.

Dany volvió a mirar a Fernando. ¿Cómo podría haber respondido otra cosa, si había dicho las palabras necesarias en la medida justa?

— Sí. Sí, supongo que... que sí quiero, todo eso. A ti.

Fernando sonrió como sólo él sabía hacerlo y sacó el anillo de la cajita para deslizarlo por el dedo anular de su pequeña mano izquierda. Parecía hecho a su medida.

Vanessa se llevó ambas manos a la boca mientras pensaba "¡Daniela, no seas idiota! iDile que NO!"

— ¡Bueno, pero por favor! ¿Por qué tan desanimados? iNuestra querida Daniela se va a casar! ¡Merece un brindis!

Don't Let Me GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora