La antología de cuentos de Liz.

Queridas personas tristes

No está mal sentirse triste.
La tristeza es un sentimiento natural que experimentamos como seres humanos y estará presente en nuestras vidas así lo queramos o no. Lo mejor es acostumbrarse a ella pronto.

Está carta va dirigida a ti si has perdido a un ser querido, si has terminado con tu pareja, si has peleado con tu mejor amigo/a, si no pasaste ese examen por el cual estudiaste tan duro, si te sientes solo, si te sientes confundido, si te sientes presionado, si te sientes triste sin ninguna razón en particular.
De cualquier forma, esto es para ti.

Y me encantaría llenarte de buenos consejos y decirte mil y un veces que todo mejorará (que en realidad así será). Pero lo más probable es que ninguna de esas frases motivacionales y enérgicas que escriba tengan mucho sentido para ti ahora. Por el momento lo que puedo decir es:

No te guardes nada.

Si quieres llorar, llora.
Si quieres gritar, grita.
Si por alguna extraña razón deseas reír, ríe.

Que tus sentimientos salgan a luz. Cuéntale a alguien más como te sientes, hablar sirve, créeme, funciona. Dile a quien amas que lo amas. Abraza a alguien. Llora tanto como quieras lloras, grita tanto como quieras gritar hasta que la razón por la cuál lo haces deje de tener sentido.

Está bien llorar, caer, gritar, patalear de vez en cuando. Somos humanos. Es natural.
Solo no olvides quién eres en el proceso. Alguien único, importante y valioso. Muy valioso.

La paz que buscamos, el consuelo, la alegría, volverán. Tarde o temprano lo harán.

Porque no está mal sentirse triste pero sentirse feliz es lo mejor que nos ha pasado.

n/a: Hoy quise compartir con ustedes algo que escribí hace días atrás cuando para mí nada tenía sentido y me sentía triste sin siquiera saber el por qué. Es completamente natural pasar por momentos así en la vida, no hay razón del porqué avergonzarse. Es terrible, eso sí. Es horrendo. Es una pesadilla. Y créanme, guardarse los sentimientos solo empeora las cosas. Si por alguna razón se sienten de esta manera, les pido lo hablen con alguien de confianza tan rápido como les sea posible, con un hermano, un padre, un amigo, si desean hablar conmigo, hablen conmigo, con muchísimo gusto y atención escucharé (o bueno, leeré). Espero de todo corazón brindar aunque sea un poco de ayuda. Valen más de lo que se imaginan y yo los quiero más de lo que podría expresar. Que tengan bonita noche.