La antología de cuentos de Liz.

Sonrisa superpoderosa

Todo el mundo odia a morir la clase del señor Quintero.

Pero sí hay alguien que la odia verdaderamente a morir ese es Asha Ortiz. Aficionado de realizar comentarios sarcásticos y de hacer chistes de mal gusto, el adolescente se dispone a enumerar en su cuaderno todos los motivos por lo cuáles nos debería estar ahí en ese preciso momento en un intento de pretender que escucha y hace notas de lo que el profesor parloteta sin cesar:

«Razón número uno» escribe sin ningún intento de que luzca pulcramente decente. «Detesto la química».

«Razón número dos: odio a todos aquí y parece ser algo mutuo. Especialmente odio al Señor Quintero. Que se pudra. Se negó a calificar mi maqueta la semana pasada por haber usado gel para el cabello como material para el citoplasma».

Razón número tres. «Viniendo a clase o no, de igual manera reprobare el curso».

Razón cuatro: «Tía Carlota está pasandola realmente mal en el seguro y yo estoy haciendo una boba lista sin motivo.»

Deja el bolígrafo a un lado y dirige la vista al reloj esperando que la última hora haya pasado increíblemente rápido después de haber revisado el artefacto por última vez hacía dos minutos. Nada. Rendido, da un recorrido al salón y con la mirada y se topa con la sonrisa de Lorena Palazuelos. Sin saber si lo hace por cortesía o inercia, automáticamente le regresa la sonrisa y devuelve la mirada al reloj justo cuando suena la campana.

Wow, ¿en qué momento se había ido la última hora?

n/a: Regalar sonrisas es gratis y les aseguro que cambian días. Traten de sonreír honestamente y de corazón a las personas a su alrededor, traten de que su sonrisa hable por ustedes y diga: "¡ten buen día!" "si necesitas ayuda, aquí estoy" "tú puedes". Tu sonrisa tiene poder.