34.- De sueños y sexo.

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Los rayos del sol entraban por la habitación del rubio, dando en su cara y haciendo que se despertara.

Abrió los ojos y volteo a su lado.

No había nadie.

Se levantó y colocó unos boxers.

Salio de su recamara y notó un aroma muy rico, caminó a la cocina y vio que Sucrette servía huevos, tocino y hotcakes en dos platos.

La chica solo vestía su pantaleta y la camisa del chico.

-¿Su?

-Buenos días.- se acercó a él y lo besó.

-Buenos días hermosa ¿Que haces?

-Pensé que seria lindo consentir a mi delegado favorito.

El rubio sonrió.

-Gracias.- se sentaron a desayunar.-¿A que hora tienes que estar con tu tía?

Sucrette pensó un momento. Debía hablar con sus padres... Pero prefería hacerlo junto a Nathaniel.

-No dije hora, piensan que estoy con Rosa.

El rubio asintió. No le gustaba la idea de mentir pero no quería a Philippe sobre él.

-Oye Nath... Tenemos que hablar.

El rubio dejó de comer y la observó.

- Dime.

-Verás... Mis padres... No quieren que estudie música, no me pagaran la carrera y... Pues no saben que aun así me inscribí, no se como decirles que me quedé y que quiero ir a España.

El rubio se pasó una mano por la cara.

¿Sucrette siempre tenia que esconder algo?

-¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Supuse que no te ibas a querer inscribir.

-¡Pues claro que no!

-Solo quería que fueras a donde serás feliz.

-Su. ¿No entiendes que eso es a tu lado? Aquí o allá hubiera estudiado literatura.

-Pero allá está todo lo que quieres.

-De nuevo ahí la respuesta eres tú.

La chica suspiró. En serio amaba a ese rubio.

-Quiero que entiendas que intentaré convencer a mis padres, pero si no quieren...

-Si no quieren nos quedamos aquí y es mi ultima palabra.

La azabache asintió. Ahora no solo era lo que ella quería, sino el futuro de Nath.

-¿Me acompañarías a hablar con ellos?

-Si.

Desayunaron. Sucrette sentía más alivio pero el rubio todo lo contrario.

Ya se había inscrito por la beca, ya había hablado con Castiel. Ya había acordado vivir en el mismo edificio que el friki... Y ahora todo estaba en peligro. No se iría sin Sucrette, no.

Los dos se cambiaron y salieron a casa de la chica.

Al llegar, Philippe los recibió.

-¿No estabas con Rosalya?

-Si, pero Nath me recogió hoy y me trajo.

El rubio sonrió.

-Buenos días.

Los tres pasaron y vieron a Monic en la sala.

-Como te fue ayer cielo? ¿Se dividieron?

-Si...- Sucrette estaba muy nerviosa.-Pero... Necesitamos hablar con ustedes.

Mi Delegado [Cdm Nathaniel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora