Mi Delegado [Cdm Nathaniel]

32.- Graduación.

Sin darse cuenta, Sucrette estaba ya el jueves en la noche en su cama. Mañana era la ceremonia en el insti, a lo largo del día se vería quien y a que universidad iban.

-Maldita sea...- Desde que Nathaniel le había hablado de su beca, la chica estaba segura de que el rubio se iría, con o sin ella. Y era algo que no la dejaba en paz. ¡amaba a ese delegado!

-¿Cielo?- su tía entró.

-¿Qué pasa?

-Solo venia a decirte que estoy muy orgullosa de ti... En todo sentido, eres buena persona, tus amigos te adoran, te graduas con buen promedio, tienes a un chico maravilloso a tu lado, has mejorado mucho como persona.

La chica abrazó a su tía.

-Nada de eso sería sin ti. Gracias tía.

-Bien, duerme que mañana hay que salir temprano y tus padres llegan a la escuela.

-Si... Tía ¿Sabes que mis padres no me dejarán estudiar música?

-¿Qué?- su tía abrió los ojos sorprendida.

-Si... Y... Metí mis papeles para esa carrera en la UNE. En serio quiero estudiar ahí y no se que hacer.

-Tranquila... Mañana hablamos con tus padres. Ahora descansa.

La azabache se quedó sola en su habitación.

No descansaría.

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A las 9:45 am. Ya todos los alumnos estaban en el gimnasio, todos tenían sus togas.

Sucrette estaba con los gemelos. Nathaniel por alguna razón no llegaba.

-Esto empieza en 15 minutos y Nath no está aquí.- Sucrette revisaba su celular por milésima vez, ni una señal de su novio.

-A mi tampoco me contesta- Habló el azabache.

Nathaniel a estas cosas siempre llegaba antes.

-Tranquilos... Le hablamos en 10 minutos.

Castiel y Lysandro se acercaron. Castiel llevaba una cara peor que la que siempre cargaba.

-¿Ahora que te pasó?- preguntó la chica.

-Mis padres está ahí afuera con mil cámaras.

Todos sonrieron.

-No veo lo malo Castiel- habló Lysandro.

El pelirrojo solo bufó.

-En serio estoy preocupada por Nath, no me contesta desde ayer.

-Tranquila Su- Alexy la abrazó. -Ahorita llega.

Al faltar 5 minutos para que todo empezara, vieron al rubio entrar con sus padres y hermana.

Todos se quedaron en silencio, era un momento muy incómodo.

El rubio pasó a lado de sus amigos sin decir una palabra.

-¿Aquí será la ceremonia?- El padre de los rubios miraba con asco el lugar.

-S-Si...- Hace mucho que nadie veía a Nathaniel con esa mirada de miedo.

-¿No se supone eres el delegado principal? ¿No podías sugerir un lugar mejor?

-Yo no tomo esas decisiones, padre...

Sus padres sin decir más, salieron del gimnasio para esperar con los demás padres.

El rubio suspiró y en seguida todos sus amigos lo rodearon.